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Miércoles 17 de Noviembre
Levantarme, despedirme de Sonia y camino al parque de Palo verde. No está muy lejos de Bagaces (a unos 10 kilómetros) pero son todo caminos de tierra, que aunque no sean muy malos levanta mucho polvo y los pocos vehículos que circulaban por allá iban como locos. La entrada a Palo verde cuesta 13,56 dólares, me comentan que se hace todo en coche, se para al lado de los senderos (son 7 nada más) dejas el coche a un lado haces el sendero (que no son nada largos) y vuelves.
Parque nacional de Palo verde
Con la teoría aprendida fui a ponerlo en práctica, paré al lado del sendero de la roca como pude y mi dispuse a subir al mirador. De repente hasta 5 mosquitos gigantes tenía encima, de esos que muerden, corriendo hasta el coche a cambiarme de ropa. Me pongo pantalones largos y camiseta de agua de mangas largas para estar tapado el 99% del cuerpo. Salgo de nuevo y al principio parecía que iba mejor, pero empezaron a ir a por las manos y ahora además tenían superpoderes y podían atravesar mi camiseta de agua. Pues nada, sendero de piedras sueltas con cuesta arriba corriendo y moviendo todas las extremidades para evitar que se posaran lo bichos. ¿Las vistas eran buenas? Sí, pero no vuelvo a hacer ningún sendero más que estos bichos me comen la moral.
Volví al coche corriendo de nuevo y avancé hasta el sendero elevado. Este no era un sendero dentro del bosque, era un tablado por encima del humedal que no era nada largo. Bajé del coche y en esta zona al aire libre parecía no haber mosquitos con lo cual pude estar tranquilo sacando fotos. Apenas se podía ver el agua con tanta cantidad de plantas emergiendo del agua, al avanzar por la pasarela se veían varias aves acuáticas buscar comida en el humedal.
De nuevo en el coche para llegar hasta el final del parque, pude ver muchas iguanas en medio de la carretera y en los árboles, la estación biológica y el puesto de los rangers (que quedan al lado de un establo con un montón de reses) y por fin llego a puerto chamorro que es el fin del parque. En esta zona pude bajar y estirar las piernas ya que tampoco había muchos mosquitos, desde aquí se puede ver el río Tempisque desde donde se supone que salen barcos, pero no sé si será por la covid o por temporada pero de allí no salía nada. Hora de salir del parque deshaciendo todo el camino. No ha sido un gran acierto elegir este parque por culpa de los mosquitos, puede que sea cosa de temporada (estamos a finales de temporada lluviosa) pero tampoco es que viera a nadie más en las carreteras del parque.
De vuelta a los caminos de tierra para salir a la “autovía 1” para hacer una decena de kilómetros hacia el este hasta el desvío para coger la “carretera 6” dirección Upala que también está en buen estado pero con solo un carril para cada dirección. En Upala estuve buscando una barbería porque parezco un vagabundo, pero todas las que veía con googlemaps o estaban cerradas o eso parecía. Salí de Upala bajando por la “carretera 4” para coger el desvío hacia Caño Negro “ruta 138 Upala- Caño negro- Los Chiles”.
Justo al entrar en el camino de tierra que me llevará a Caño Negro veo una librería….Barbería en medio de la nada (Librería Barbería Colonia). No me daba mucha confianza la verdad, ¿me atreveré? ¿No me atreveré? Hemos venido a jugar. Al entrar para mi sorpresa a un lado tenía el mostrador con el almacén de artículos de librería y al otro un salón muy bien equipado para barbería. Un hombre mayor me preguntó que necesitaba, un afeitado. Sin problema, ¿Cómo lo quiere? Muy cortito. El tío se tomó su tiempo, me echó potingues, casi me duermo de lo a gusto que estaba y el resultado fue EXPECTACULAR. A la hora de pagar pregunto cuánto es y me dice que 2900 colones…tuve que preguntar de nuevo, ese precio debía estar mal, 2900 colones me dijo de nuevo. Miré en el bolsillo a ver cuánto tenía y le dejé todo lo que había, algo más de 5000 colones y aun así me pareció poco para el tiempo que se había tomado.
De nuevo en aquella carretera de tierra camino hasta Caño negro. No está en muy mal estado, tiene algún bache que otro pero se pueden esquivar cambiando de lado, aunque tardaría lo mío en llegar debido a la baja velocidad a la que vas y los kilómetros que hay. Al llegar a Caño Negro paré a comer en el Restaurante “El Fogón de Caño Negro” que tiene parking. El restaurante es bonito, grande y se come al aire libre. Aconsejado por el camarero volví a pedir lo mismo que comí ayer en Bagaces, costillas de cerdo con su acompañamiento de arroz y patatas fritas y esta vez pedí 2 Coca-Colas, todo salió por 7300 colones (más caro que en Bagaces).
Mientras comía miraba alojamiento para esta noche, en principio estaba decidido por el Poponjoche que queda justo al lado del restaurante, pero mirando googlemaps me fije que había alojamiento antes de entrar al pueblo, el “Oasis caño negro”, y se me ocurrió pasar por allá. Al preguntar por la noche me pidieron 9000 colones (tirado de precio, menos de una cuarta parte de lo que piden en booking) por una cabina le di un billete de 10000 y en paz. Al instalarme incluso Asada la señora que lo lleva me trajo un jugo de bienvenida y cualquier pregunta que tuviese me la respondía sin problemas.
El cielo está nuboso de llover pero antes de que empiece paso por un súper que hay antes de llegar al restaurante, no muy lejos del alojamiento y compré 2 batidos de chocolate, waffles de chocolate, golosinas y cereales de chocolate bolsa grande 3780 colones todo. Volví al alojamiento y estuve tomando la fresca en un banco en la pequeña terraza de mi cabina mientras veía llover y ponía los pies en la lluvia para ver si bajaba la hinchazón de las picaduras. No me moví más de allí, a la noche me tome un batido y unas cuantas galletas, ducha y a dormir.
Posada rural Oasis, Caño Negro. Costa Rica 20000 colones 2 noches.
Pequeñas cabinas pero muy bien de espacio con televisión, baño privado y ducha. No tienen aire acondicionado pero tampoco se necesita ya que aquí la temperatura es más fresca que en otras partes de Costa Rica. Tienen un Jardín chulo en el que aparecen montones de aves a cualquier hora del día. También tienen un pequeño museo de cosas viejas de uso diario, como herramientas o cartillas de racionamiento. Dispone también de un sendero por el bosque y una huerta con un montón de frutales de los que me dieron un montón de frutas. Es de esos sitios que aunque no allá nada para hacer estas a gusto y tranquilo, tanto por el clima suave como por estar viendo el jardín observando aves. Tanto Asada como su marido se portaron muy bien conmigo enseñándome todo aquello. Volvería a cogerlo de cabeza, lugar súper recomendado si te vienes a Caño Negro.
Jueves 18 de Noviembre
No tuve mucha prisa por madrugar porque estaba lloviendo un poco. Cuando paró sobre las 10:30, salí y al ver a Asada le pregunté a ver si podía quedarme otra noche más, ya que no me apetece hacer kilómetros hoy y estoy realmente a gusto con este clima y con mi habitación. Le di otros 10000 más y sin problema.
Parque nacional de Caño negro
Monto en el coche y pongo el GPS para que me lleve a la entrada del parque de Caño Negro, hay que decir que como casi siempre no me había molestado en mirar de qué iba total solo es “otro” parque más. El GPS me llevó hasta un lugar en el que no se veía a nadie y no parecía realmente unas oficinas… así que fui directamente a la carretera que llevaba al río a ver si por ahí había algo, no sé un trail o algo así me esperaba en esos momentos. Solo había una plataforma de madera encima del agua a la que acudí a ver si se veía algo, que va a ser que no.
De repente un hombre mayor me preguntó a ver si estaba interesado en ver el parque de Caño Negro, que él tenía una barca y podía darme una vuelta. Aaaaaanda coño, que esto va a ser como Tortuguero que necesitas una barca para verlo. No hay nadie más así que me propone un tour privado por 40 dólares más la entrada al parque. Hay que aceptar si se quiere ver así que andando, el hombre va a por la barca mientras yo espero en la orilla. Montamos en la barca lo primero que hacemos es ir a la torre de observación que está al otro lado del río, desde ella se puede ver como en los lados del río hay muchas lagunas con gran cantidad de aves. Al volver a la barca ponemos dirección al centro de Sinac Caño Negro para pagar la entrada, que está río arriba pero como entré por un pantalán de madera donde amarran los barcos de los tours tampoco vi como se puede llegar a él en coche. La entrada es de las más baratas que he visto 5.65 dólares, puede ser que sea porque necesitas pagar a alguien que tenga barca en vez de hacerlo tu mismo, y además aquí sí que me dan un pequeño folleto con datos del parque. Vuelvo al barco y seguimos dirección río arriba para visitar un pequeño trekking de madera y dos lagunas. Por el camino ves caimanes fijo, será de los mejores sitios en todo Costa Rica ya que está plagado de ellos. Además de los caimanes pude ver, tortugas, iguanas, un lagarto de Jesucristo (basilisco), cantidad de garzas tigre, azules, blancas, cormoranes, martines pescadores, patos, aningas y chocuacos (aves nocturnas de pico raro) entre otras aves siendo estos últimos lo más raro que vi en el tour. Le había pedido una única cosa al hombre del tour, ver un pez Gaspar, cosa que es bastante imposible dado que aquella agua es color chocolate.
Pero él tenía en su casa un ejemplar en una fuente en su jardín con lo que al terminar me llevó hasta su casa (donde se encuentran las oficinas de su agencia de tours Kingfisher lodges and tours, Antonio Sequeira me llevé una tarjeta) y bueno ver lo pude ver, aunque hacerle fotos fue bastante más complicado por el reflejo del agua. Le pagué 26000 colones por el tour, me despedí y fui al restaurante Luna mágica por el que habíamos pasado anteriormente de camino a su casa.
Ya había hablado con el propietario momentos antes así que me estaba esperando, no es un sitio muy grande pero es bonito, al aire libre pero bajo techo en el jardín de la casa del hombre. Estando al lado de un río pedí pescado, unas bolitas de pescado empanado con acompañamiento de arroz y ensalada, una coca cola y café en vaso “grande” para el que me trajeron leche en polvo y azúcar, total 7000 colones.
Volví al alojamiento a descansar pero al ver a Asada le pregunté por algún lugar para comprar recuerdos y me dirigió a una calle al lado de la Soda la palmera. El sitio era una casa normal y corriente dentro de su jardín con su “garaje” creo recordar que lo único que te llevaba a pensar que allí había algo era un pequeño cartel. No parecía que hubiese nadie por allá, pero unos chicos que estaban arreglando una moto en la casa del otro lado de la carretera la llamaron a gritos y salió. Me abrió la puerta y entramos al “garaje” donde lo tenía preparado como una… tienda… más o menos… Todo era artesanía con escamas de pez, madera, alas de mariposas, semillas, etc. Terminé gastándome 7000 colones en 3 cosillas.
Volví al alojamiento y me senté de nuevo en la pequeña terracita de mi cabina a ver pájaros en el jardín, de repente el marido de Asada empezó a traerme frutas y frutas, luego me preguntó a ver si quería que me enseñara la finca, ¡por supuesto!. Me enseño todos los distintos árboles frutales que tenían y lo que daban, un pequeño museo de cosas viejas de los 70-80 de allá más que nada herramientas y útiles pero también cosas como cartillas de racionamiento y demás. La vuelta daría para casi una horita y ¡volví con más fruta! Muy buena gente allí. Después de esto al poco se puso a llover y ya lo que quedaba de tarde la pasé descansando en mi cuarto. Fin del día.
Posada rural Oasis, Caño Negro. Costa Rica 20000 colones 2 noches.
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