Día 6: Etosha. Okaukuejo (II) ✏️ Diarios de Viajes de Africa Sur

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Esta noche hemos pasado un frio increíble. Ya cuando nos metimos en la tienda hacia mucho frio pero durante la noche empezó a bajar y cuando nos despertábamos el coche marcaba 4 grados fuera. La tienda de campaña encima tiene aislamiento cero. Con dos mantas gordas echadas por encima y al menos al ser pequeña la tienda estábamos apretados. Lo peor ha sido desmontar la tienda y guardar las cosas. Las manos ni las sentía. Vaya cambio de temperatura entre la noche y el día.

A las 7:15 estábamos aun así esperando en la puerta a que abriesen mientras nos comíamos nuestras magdalenas y galletas de desayuno. A los quince minutos de conducir hemos llegado a la primera charca. No han pasado ni cinco minutos y a lo lejos se ha empezado a ver como se acercaba una leona, detrás de esta otra y así cuatro leonas. Se han acercado a beber agua, han jugado entre ellas se han tumbado y a la media hora se han ido, una escena preciosa. Tras ver que se quedaba la charca desangelada hemos seguido a un camión de los de safari pagado y hemos dado con otro grupo de leones, estos más lejos, que se desplazaban por la maleza.



La siguiente charca hemos parado un rato y estaba el club de las cebras y el club de los ñus. Aquí van los herbívoros en manada, beben unos, terminan y entran otros, al rato ha entrado el club jirafa. Se ven avestruces y algún pájaro que otro interesante. De camino a otra charca nos hemos encontrado de frente con un elefante. Cuando te los encuentras en medio del camino no les gusta nada y si avanzas hacia el comienza a mover la cabeza y ya te puedes estar quieto o tirar para atrás. Tras un rato comiendo de los arboles ha despejado el camino y hemos seguido.



Etosha por lo que veo se centra mucho en las charcas. En el Kruger no había tanta necesidad de ir de charca en charca si no que ibas por caminos lentamente. En el Kruger al haber rio no hace falta las charcas pues lo animales ya tienen agua. Aquí en cambio toda la vida se concentra en ellas. Las cebras, los ñus y las jirafas son un básico, luego te sorprenden elefantes, kudus, avestruces o chacales. Hemos estado por las charcas hasta las 12:30 que hemos vuelto para el campamento. Por el camino nos hemos encontrado un pájaro que llaman "Secretario" que es toda una rareza. Parece medio pavo y medio águila, única en su familia y en su especie.




Ya en el campamento hemos comprado algunas cosas a precio desorbitado. Los precios en los campamentos, tanto en el restaurante como en las mini tiendas que hay son un auténtico abuso, así que hay que ir bien abastecidos. Hemos comido con unas cervezas delante de la charca, la situación es idílica. Cuando eran ya las tres y estábamos a punto de irnos, ha aparecido un rinoceronte negro, tan tranquilamente a beber. Justo por la derecha nuestra, andando con una tranquilidad pasmosa. Ha estado en la charca una hora y media y hasta lo hemos podido ver comer de los matorrales que hay pegado al muro a escaso un metro de nosotros. Un animal tan grande genera respeto, más cuando te separa un murete de piedra. El respeto que genera se rompe cuando cada dos por tres se casca un señor pedo. La gente guardando un silencio sepulcral, solo se escucha el masticar del rinoceronte y de repente zasca, un pedo sonoro, largo y mantenido. Es imposible no reírse. Lo más sorprendente es la frecuencia con la que lo hace, conforme anda se va tirando pedos mientras los ventila con la colita, el pobre se lo tendría que mirar. Bromas aparte, es un encuentro brutal. Poder verlo a plena luz del día una suerte que no sucede con la misma frecuencia con la que aparecen por la noche.




Con la alegría del rinoceronte pedorro hemos cogido el coche para pasarnos por un par de charcas antes del atardecer, en este caso no ha habido tanta suerte y nos hemos comido los animales del pack: Cebra, ñus, jirafas e impalas.

Ya atardeciendo hemos vuelto para ducharnos y hacer una barbacoa para cenar más carne, solo hay carne... Cenando se nos ha acercado un chacal que se cuela en el campamento. Está todo lleno de carteles de que los chacales son transmisores de rabia y que no nos acerquemos pero el perro al oler comida prueba a acercarse. Al final se ha llevado restos de salchicha que se los hemos dejado en la parcela de al lado.

Antes de que caiga el frio hemos visto un rato los rinocerontes de la charca y poco más. Noche fría me parece que nos toca.

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