Nos levantamos temprano, porque queríamos estar en el Valle de los Templos lo más pronto posible, ya que el calor estaba siendo muy fuerte y los sitios arqueológicos no suelen ser vergeles precisamente.
En unos 15 minutos estábamos en la entrada del valle, pudimos aparcar sin problemas en la zona habilitada al respecto, es un parking de pago (1,5€ la hora), habíamos leído que no se admitía el pago con tarjeta, pero ahora si estaba habilitada esta posibilidad.
Las entradas, tanto del sitio arqueológico como del museo, las llevábamos reservadas.
El Valle de los templos es uno de los sitios arqueológicos imprescindible en cualquier viaje a la isla, si solo se puede visitar uno, este es el sitio. Empezamos el recorrido por el Templo de Giunone, y seguimos todo el recorrido por el de la Concordia, el de Zeus olímpico con sus Telamones, etc. Los dos primeros son los mejor conservamos, pero el resto también merecen una visita
Todo el Valle en una preciosidad y muy cómodo de visitar, hicimos el recorrido con calma, el calor no permitía otra cosa, y disfrutando de cada rincón. Dentro del recinto hay una curiosidad, podréis ver un pequeño corral en el que hay unas cabras blancas de pelo largo, es una raza autóctona que está en peligro de extinción y están recuperando.
Después de hacer todas las fotos del mundo y unas cuantas más nos fuimos hacia el museo. Antes de entrar nos sentamos en el jardín y aprovechamos a comer en el bar del museo, sitio sencillo pero perfecto para descansar un rato bajo los arboles y reponer fuerzas, una ensalada de fruta, un arancine de espinadas y un bocadillo más las bebida
17€
Con las fuerzas restablecidas visitamos el museo, muchos de los visitantes del Valle lo ignoran y en mi opinión es un error, es el complemento perfecto del sitio arqueológico, ya que puedes ver un buen número de piezas muy bien expuestas y explicadas. Desde la esculturas contemporáneas del jardín (desde el mismo escultor del Icaro que está junto al Templo de la Concordia), hasta el Telamón que te da una idea del tamaño que tendría el templo de Zeus Olímpico, pasando por vasos, esculturas, sarcófagos, y restos de pintura en los que se aprecia lo que les gustaban los colores vivos.
Continuamos el día en Favara, a primera vista es una localidad que no tiene el más mínimo interés, tiene la triste fama de ser la localidad con más paro de toda la isla, que ya es decir. Entonces por que ir? Por Farm Cultural Park, es un proyecto de rehabilitar la parte antigua de la localidad a través del arte contemporáneo.
Llegar es un poco difícil, ya que no hay apenas indicaciones, y hay que pasar por zonas muy deterioradas del pueblo, casas derruidas, algún coche quemado, hay calles que mas parecen los restos de una guerra que un sitio habitado. El coche hay que dejarlo en la parte baja, porque si no, es prácticamente imposible aparcar.
La entrada es de pago,(15€) y tienes acceso a las exposiciones, de mayor o menor interés según los gustos, pero interesante y curioso toda la zona rehabilitada, (ahora están actuando también sobre la zona del castillo), tras darnos una vuelta nos sentamos a tomar algo fresquito y unos dulces típicos de la zona, no tenían uno de los que queríamos y nos ofrecieron una cassata casera que resulto la mejor que probamos en todo el viaje.
De regreso paramos en un centro comercial de Agrigento, compramos algo para la cena, y nos fuimos a disfrutar de la piscina que el día había sido largo.