Desayunamos en el hotel pues teníamos tiempo de sobra, ya que nos pasaban a recoger a las 9 h. para llevarnos por carretera hacia Samarcanda.
El trayecto, de 290 kilómetros por un autovía un poco bacheada, fue de unas cuatro horas y media incluyendo una breve parada a mitad de camino donde visitamos un gran pozo cubierto que había sido utilizando por las caravanas de viajeros en los tiempos de la ruta de la seda.
Samarcanda
Supongo que a casi todos nos sucede, que cuando nos nombran Samarcanda, enseguida pensamos en la mítica ciudad de la Ruta de la Seda, llena de mercaderes con sus camellos transportando las especias y las telas hacia la vieja Europa.
Pero en la actualidad, al entrar en Samarcanda con el coche, lo primero que vimos fueron unos inmensos complejos urbanísticos de rascacielos en construcción, con grandes avenidas de estilo soviético que atraviesan la ciudad.
No por ello vamos a restarle encanto al centro histórico, pues lo tiene y mucho, con sus impresionantes mezquitas, numerosas madrasas y mausoleos repletos de bellos mosaicos.
Restaurante Xan Atlas
Llegamos a Samarcanda a la hora de comer, con algunas dificultades pues el puente principal de acceso estaba cortado por obras y tuvimos que dar una gran rodeo por estrecha callejuelas para llegar al centro, dirigiéndonos directamente al restaurante Xan Atlas para almorzar. Estuvo correcto pero sin más.
Nos fuimos primero al Hotel Gran Samarcanda, situado a una media hora andando del centro histórico o cinco minutos en taxi, con varios restaurantes a su alrededor, el hotel fue cómodo, con el personal muy amable, grandes habitaciones y un encantador patio central ideal para tomar un té relajadamente.
Dejamos nuestras cosas y salimos inmediatamente a visitar la ciudad.
Mausoleo Gur-Emir o de Tamerlán
Nuestra primera visita fue el Mausoleo Gur- Emir, construido en el siglos XIV, que significa en persa «Tumba Del Rey», contiene la tumba de Tamerlán y su familia. La vista exterior es majestuosa, a pesar de los andamios que nos encontramos en su cúpula, y con un interior muy elaborado.
Tamerlán ordenó la construcción de este mausoleo en 1403 para su nieto Mohamed Sultán, pero cosas de la vida , Tamerlán murió prematuramente en una campaña militar contra China, siendo enterrado en este mausoleo en contra de sus ordenes, ya que su voluntad era ser enterrado en un lugar más sencillo.
Posteriormente también fue enterrado en este mausoleo Muḥammad Ṭaraghāy ibn Shāhruj ibn Tīmūr, más conocido como Ulugh Beg, nieto de Tamarlán, convirtiendo el mausoleo en un panteón real de la dinastía Timúrida.
Mausoleo Rukhabad
El Mausoleo Rukhabad fue construido en el siglo XV por orden de Amir Temur sobre de la tumba del jeque religioso musulmán, Burkhaneddín Sagardji, siendo uno de los más antiguos de Samarcanda. En él dicen que se guardan seis pelos del profeta.
Al lado del mausoleo se construyó posteriormente un centro espiritual compuesto de una madraza y khanako sufí.
Plaza Registán
Llegamos a la visita estrella por excelencia en Samarcanda, el hermoso Conjunto Arquitectónico de la Plaza Registán que supongo habréis visto en casi todos los catálogos de viajes a Uzbekistán con sus tres inmensas madrasas.
La palabra registán significa lugar de arena en persa, una plaza pública donde las personas se reunían para escuchar las proclamas reales y lugar de ejecuciones públicas, de ahí que fuera de arena para absorber mejor la sangre derramada al igual que los circos romanos.
Para acceder a la plaza hay que pagar 15.000 Som que incluye las visitas a las tres madrasas.
Al rebasar el control de entradas nos dejamos deslumbrar por las tres Madrasas, a cual más hermosa, he de decir que la plaza Registán es de esos lugares que te dejan boquiabierto, lo contemplamos durante varios minutos para saborear la imagen del conjunto.
Pasando a visitar el interior de todas las madrasas, donde en la actualidad se han establecido algunos artesanos y tiendas varias de recuerdos turísticos.
Madrasa Tilla-Kari
La Madrasa Tilla-Kari fue construida en el siglo XVII, con un patio repleto de árboles, las celdas alrededor del patio para los estudiantes y la vistosa mezquita decorada con motivos dorados y azulados.
Madrasa Ulughbek
La Madrasa Ulughbek fue construida por orden del nieto del Tamerlán, Ulug Beg, en el siglo XV, siendo la más antigua de las tres, con un bello arco de entrada decorado con dibujos geométricos con azulejos turquesa, amarillos y azules.
En su patio interior disponía de las 56 habitaciones en dos plantas para los estudiantes, hoy en día ocupadas por tiendas de artesanos dedicadas a la venta de recuerdos turísticos.
Madrasa Sher-Dor
La Madrasa Sher-Dor fue construida en el siglo XVII. su fachada suele ser de las más usadas en las guías impresas de Uzbekistán, también se la conoce como la Madrasa del León, nos explicaron que tardaron dieciséis años en construirla.
La característica principal de esta madrasa es el hecho de que se representen animales vivos en sus decoración, algo prohibido de representar en los monumentos islámicos. Podemos ver en el arco de entrada o pishtaq la imagen de dos tigres, aunque también hay quien dice son leones, atacando a unos ciervos.
En el patio interior, nos encontramos con dos pisos donde se encuentran las celdas para los estudiantes y ,al igual que en la anterior madrasa, se han reconvertido en tiendas de artesanías y recuerdos turísticos.
Estuvimos visitando las tres Madrazas y fotografiando constantemente por todos lados, en mi caso grabando vídeo para mi canal de YouTube que es lo mío.
Parque de los Tigres
Cuando ya estábamos satisfechos de la visita, todavía faltaba bastante rato para el espectáculo de luz, así que salimos del recinto a pasear por el parque de los tigres, situado a poca distancia de la Plaza Registán.
En la esquina inferior se encuentran dos estatuas de unos tigres que dan nombre a la plaza, subiendo la escalinata junto a las fuentes, a la izquierda nos encontramos con el Mausoleo Rukhabad junto a su Madraza.
Al llegar a la parte alta del parque, fuimos a hacernos unas fotografías con la estatua de Amir Temur, con su gran paseo ajardinado tras de él y frente al letrero de Samarkand en letras blancas para enviar a los amigos.
Espectáculo de Luz de la Plaza Registán
Regresamos a la Plaza Registán para ver el espectáculo que en teoría empezaba a las 20h. Pasaron las 20h., después las 20:15, las 20:40 y allí no empezaba ningún espectáculo, pensábamos que igual no lo hacían este día, pero cuando le pregunté a un policía cercano me dijo que empezaba a las 21h, vaya chasco, pero bueno, como faltaba pocos minutos, regresamos al punto central de la plataforma mirador, preparando nuestras cámaras para fotografiarlo todo.
Como un clavo, a las 21h empezó el espectáculo, que estuvo curioso, pero si he de ser sincero me gustan más los monumentos con luces fijas de tonos blanquecinos aunque les añadan algún color puntualmente, que no estos espectáculos multicolor.
Restaurante Platan
Como se había hecho algo tarde, cogimos un taxi, tras la negociación pertinente, que nos llevaría al restaurante Platan, recomendado por nuestro guía y además estaba muy cerca del hotel. Está en la calle Pushkin, 27 esquina con la calle Mustaqillik.
Comimos excelentemente, en mi caso un estofado de ternera con patatas y cebolla que estaba delicioso y mi pareja un bistec ruso, que con las bebidas nos costó 16€ en total, restaurante muy recomendable en cualquier visita a Samarcanda. La anécdota curiosa es que estuvimos cenando frente a una gran pantalla de tv que nos iba mostrando imágenes en bucle de enclaves turísticos de nuestra tierra.
Como estaba bastante cerca el hotel fuimos andando.