Día 12. De Cartagena hacía Barú. ✏️ Diarios de Viajes de Colombia

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Hoy toca ir ya para nuestro merecido relax, que también mola. Sólo va a ser poco más de un día en la playita, lo suficiente para para ponernos un poco morenitos y disfrutar de las cálidas aguas del Caribe.

Tenemos un buen rato en transportes hasta Playa Blanca, aunque nosotros tenemos nuestro hospedaje en Playa Tranquila, un poquito más alejados del bullicio. Primero vamos andando hasta la rotonda donde está la India Catalina. Allí cogemos un bus hasta Pasacaballos, que se demora una hora. Ahí cogemos un destartalado coche, que no es taxi, que nos lleva por 15000 pesos hasta la entrada de Playa Blanca. Y de ahí, cogemos una barca, que nos lleva hasta Despertarte, en Playa Tranquila.
No sé cómo llamar a ese hospedaje, es como una cabaña de madera en plan hippie, que lo llevan dos hermanas argentinas, que solo tiene dos habitaciones en el piso superior con una cuca terraza. Está a 20 cms del agua, y no exagero, mientras tomas el sol en las hamacas, te estás mojando los pies. El sitio es totalmente recomendable, y más por lo que vale. También se preocupan de él almuerzo, la cena y el desayuno, esto último incluido en el precio.
En esa zona hay muy poca gente, la mayoría de los negocios cerrados, no hay vida ninguna, menos mal que sólo vamos a estar una noche, porque aparte de tomar el sol, bañarse, y pasear, poco más se puede hacer. Si bajas caminando hasta Playa Blanca, allí si están las motos de agua, los gusanos esos q te llevan a toda hostia hasta q te tiran y cosas de esas.
Aprovechamos todo el sol que queda del día, y ya atardexiendo, nos vamos a explorar un poco la playa. Donde más anchura hay de sitio de arena para tomar el sol, es un metro. Las rudimentarias construcciones, están todas casi tocando el mar, y la verdad, prefiero las grandes playas de aquí. Otra cosa es el agua, que está súper calentita.
Empieza a llover y nos vamos para nuestra... choza jaja. Nos duchamos y decidimos ir a cenar a playa Blanca, ya que hemos comido pescado en el Despertarte, que así se llama nuestro hospedaje. Andamos y andamos, totalmente de noche con la luz del móvil, por la poquísima arena que hay, y cuando ya nos cansamos de ver sitios cerrados y los pocos que hay abiertos, sin nadie, nos volvemos a cenar a nuestro chabolo. Esta noche vamos a bebernos pocos mojitos....

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