18/08/2022
Nos marchamos de Valdez para dirigirnos a Denali, pero como el trayecto es tan largo lo haremos en dos etapas. Hoy dormiremos en mitad de la mítica Denali Hwy.
El día se ha levantado como la noche, lloviendo. Hoy ni hemos madrugado ni nada por el estilo. Tras desayunar fuerte en el buffet, recogemos todo y partimos hacia nuestro destino.
Volvemos a acercarnos por la Dayville Road a ver si hay suerte faunística. Nada, vamos lentos mirando y llegamos a la piscifactoría. Me bajo para hacer una foto de la cascada Solomon Gulch, que baja con bastante agua con tanta lluvia caída en las últimas horas.
Regresamos resignados cuando de repente veo salir por uno de los arroyos a dos grizzlys. ¡¡¡Yuhuuu!!! Son una madre y un hijo ya criado. Bajamos del coche y hacemos un reportaje bajo una penetrante lluvia. Me da igual. El resultado es unos 5 minutos intensos hasta que se dan la vuelta tras haberse zampado unos salmones y desaparecen por la maleza.
Con una sonrisa en la cara por haber disfrutado al fin de unos osos en un sitio diferente de Lake Clarke, nos dirigimos a la siguiente parada, que es las cascadas de Keystone Canyon, para que mi mujer las vea más o menos bien. Digo más o menos porque cae agua a mansalva.
Siguiente parada Worthington Glacier. Hay un pequeño sendero que te acerca a la lengua y luego hay uno más agreste que te sube por el lateral de la morrena. Este lleva un año cerrado, aunque sé que hay gente que lo hace. Con un tiempo decente a lo mejor me hubiera animado, con la que está cayendo me vale con el caminito asfaltado.
Hacemos más kilómetros por la Richardson Hwy y el tiempo mejora. Sí, sigue nublado, pero la lluvia desaparece. En el cruce de la Richardson con la Edgerton Hwy nos metemos por esta para ver si tenemos suerte faunística ya que se trata de una carretera aún menos transitada. Sí, es la que te lleva a Chitina.
Se supone que tienen buenas vistas las montañas del parque nacional Wrangell-St. Elías, pero no se ven con las nubes. Los primeros kilómetros son una recta impresionante que va subiendo y bajando. Sobre la milla 15 a la derecha hay una granja con Yaks, el bóvido típico del Himalaya.
La carretera se acerca al gran río Cooper, que está más abajo. Y llegamos a nuestro destino, en la milla 23.3, la cabecera del sendero de Liberty Falls Creek. Un senderito que tenía apuntado que en 3 kms te lleva hasta una bonita lagunita y que en la parte alta te muestra unas excelentes vistas a la cordillera montañosa Wrangell.
El recorrido lo hago yo solo, mi mujer prefiere quedarse en el coche. Por supuesto estamos solos, esto es una zona remota. En el inicio, eso sí, tiene el típico pupitre para que apuntes tu nombre.
La primera parte es un poco empinada, pero una vez que estás fuera del bosque de abetos, el resto de la caminata es agradable y te lleva a lo largo de la cresta de la montaña. Una vez en la cresta, hay lugares donde los árboles se abren y hay vistas excelentes. El sendero oficial termina en la milla 1.7, pero una vez que vi desde lo alto el lago e hice unas fotos me volví, para realizar poco más de 4 kms.
Lago con Copper River a la derecha. Vistas a la vuelta al coche.
Ya en el coche, seguimos 300 metros más adelante para meternos en Liberty Falls Recreation Site, que es donde realmente se ve la cascadita. Allí hay una zona para acampar superchula y el sitio me gustó por lo remoto y por la bonita cascada, a la cual intenté acercarme lo máximo posible por el cauce, ya que desde el puente no se ve muy bien.
Foto desde el puente con zoom. Foto sin zoom conmigo en el cauce (el punto amarillo) Foto desde el cauce
Desde ahí ya sí que volvimos a dirigirnos para la Richardson Hwy. Una vez en ella paramos en el apartadero con vistas a Willow Lake para comer y para ver si teníamos suerte de que las nubes nos dejaran ver las montañas de Wrangell que desde aquí son impresionantes. No hubo suerte, aunque sí mantuve una conversación con una pareja en autocaravana que venían desde el estado de Washington con ella. Vieron que mi coche tenía matrícula de allí y creían que era paisano.
Cuando reanudamos el camino paramos pronto en el centro de visitantes de Wrangell-St. Elias, el Cooper Center. Allí hay unos pequeños senderos que nos sirven para estirar las piernas. Los hicimos todos, al fin y al cabo, son algo menos de 2,5 kms. Bonitos y solitarios y para nada duros. Me hace gracia que el Copper River Bluff Trail lo califiquen de moderado a difícil, cuando no pasa de paseíto. Eso sí, el mirador al río Cooper se había derrumbado por un corrimiento de tierras y me daba algo de vértigo el mirar abajo
Tras conectarnos un ratillo en el visitor center seguimos para el norte. En 10 millas llegamos al cruce con la GlennAllen donde echamos gasolina ya que puede escasear hasta salir de la Denali Hwy.
Si hasta ahora había pocos coches una vez pasado el cruce ya si que estábamos en mitad de la nada. Tan en la mitad que íbamos conduciendo tan tranquilamente cuando a nuestra derecha vimos una moose con su cría. Paramos más adelante y dimos la vuelta, pero en cuanto nos vio que parábamos relativamente cerca de ella se largaron rápidamente y se perdieron en la taiga.
Y llegamos a la entrada este de la Denali Hwy. Nos quedaban 42 millas por ella hasta llegar a nuestro alojamiento, el McLaren River Lodge. Tenía apuntado unos cuántos sitios como estos:
o Mud Lake (mp 0.5)
o Alaska Range (mp 6.5)
o Wrangel Mt – Tundra viewpoint (mp 13)
o Tangle Lakes (mp 21.5)
o Landmark gap view (mp 22.5)
o Mclaren river viewpoint (mp37)
o Kettle Lakes (mp 41.5)
Muchos de los puntos de interés de la carretera los saqué de aquí
Empezamos mal, no veíamos ni el Mud Lake ni señal ni nada que nos indicara por donde era. Más tarde comprendimos que las millas no están señaladas en la carretera, así que teníamos que habernos fijado en nuestro mileaje al entrar en la Hwy. La cordillera de Alaska ya la daba por no vista porque estaba nublado totalmente y empezando a llover. Sí paramos en algún mirador, pero poco más, el resto atentos desde el coche por si veíamos algún bicho. Ahora estábamos en una zona de tundra totalmente y los colores empezaban a amarillear. El frío también se notaba ya que estábamos ganado altura, rondábamos los 6 o 7 grados. Pero lo que sí me sorprendió es el estado de la carretera. Bastante bien y no solo la parte asfaltada, la siguiente me pareció en un estado excelente, por lo menos hasta que llegamos a nuestro alojamiento.
Llegamos al mismo pasadas las 7 de la tarde. El checkin se realizaba en el bar-restaurante del complejo, que estaba con bastante gente. Un lugar muy auténtico. Nos dieron la llave de nuestra cabaña y fuimos a dejar las cosas. La cabaña perfecta, con balcón al lado del río, amplia, con calefacción y a buen precio para ser Alaska y estar en mitad de la nada. Muy aconsejable el lugar.
Tras ducharnos miré la previsión del tiempo por si iba a clarear, hoy por fecha y situación podría ser una buena noche para intentar ver la aurora, pero de nuevo todo indicaba que iba a ser una noche lluviosa… y fría.
Vistas desde el balcón de la cabaña
El día se ha levantado como la noche, lloviendo. Hoy ni hemos madrugado ni nada por el estilo. Tras desayunar fuerte en el buffet, recogemos todo y partimos hacia nuestro destino.
Volvemos a acercarnos por la Dayville Road a ver si hay suerte faunística. Nada, vamos lentos mirando y llegamos a la piscifactoría. Me bajo para hacer una foto de la cascada Solomon Gulch, que baja con bastante agua con tanta lluvia caída en las últimas horas.
Regresamos resignados cuando de repente veo salir por uno de los arroyos a dos grizzlys. ¡¡¡Yuhuuu!!! Son una madre y un hijo ya criado. Bajamos del coche y hacemos un reportaje bajo una penetrante lluvia. Me da igual. El resultado es unos 5 minutos intensos hasta que se dan la vuelta tras haberse zampado unos salmones y desaparecen por la maleza.
Con una sonrisa en la cara por haber disfrutado al fin de unos osos en un sitio diferente de Lake Clarke, nos dirigimos a la siguiente parada, que es las cascadas de Keystone Canyon, para que mi mujer las vea más o menos bien. Digo más o menos porque cae agua a mansalva.
Siguiente parada Worthington Glacier. Hay un pequeño sendero que te acerca a la lengua y luego hay uno más agreste que te sube por el lateral de la morrena. Este lleva un año cerrado, aunque sé que hay gente que lo hace. Con un tiempo decente a lo mejor me hubiera animado, con la que está cayendo me vale con el caminito asfaltado.
Hacemos más kilómetros por la Richardson Hwy y el tiempo mejora. Sí, sigue nublado, pero la lluvia desaparece. En el cruce de la Richardson con la Edgerton Hwy nos metemos por esta para ver si tenemos suerte faunística ya que se trata de una carretera aún menos transitada. Sí, es la que te lleva a Chitina.
Se supone que tienen buenas vistas las montañas del parque nacional Wrangell-St. Elías, pero no se ven con las nubes. Los primeros kilómetros son una recta impresionante que va subiendo y bajando. Sobre la milla 15 a la derecha hay una granja con Yaks, el bóvido típico del Himalaya.
La carretera se acerca al gran río Cooper, que está más abajo. Y llegamos a nuestro destino, en la milla 23.3, la cabecera del sendero de Liberty Falls Creek. Un senderito que tenía apuntado que en 3 kms te lleva hasta una bonita lagunita y que en la parte alta te muestra unas excelentes vistas a la cordillera montañosa Wrangell.
El recorrido lo hago yo solo, mi mujer prefiere quedarse en el coche. Por supuesto estamos solos, esto es una zona remota. En el inicio, eso sí, tiene el típico pupitre para que apuntes tu nombre.
La primera parte es un poco empinada, pero una vez que estás fuera del bosque de abetos, el resto de la caminata es agradable y te lleva a lo largo de la cresta de la montaña. Una vez en la cresta, hay lugares donde los árboles se abren y hay vistas excelentes. El sendero oficial termina en la milla 1.7, pero una vez que vi desde lo alto el lago e hice unas fotos me volví, para realizar poco más de 4 kms.
Lago con Copper River a la derecha. Vistas a la vuelta al coche.
Ya en el coche, seguimos 300 metros más adelante para meternos en Liberty Falls Recreation Site, que es donde realmente se ve la cascadita. Allí hay una zona para acampar superchula y el sitio me gustó por lo remoto y por la bonita cascada, a la cual intenté acercarme lo máximo posible por el cauce, ya que desde el puente no se ve muy bien.
Foto desde el puente con zoom. Foto sin zoom conmigo en el cauce (el punto amarillo) Foto desde el cauce
Desde ahí ya sí que volvimos a dirigirnos para la Richardson Hwy. Una vez en ella paramos en el apartadero con vistas a Willow Lake para comer y para ver si teníamos suerte de que las nubes nos dejaran ver las montañas de Wrangell que desde aquí son impresionantes. No hubo suerte, aunque sí mantuve una conversación con una pareja en autocaravana que venían desde el estado de Washington con ella. Vieron que mi coche tenía matrícula de allí y creían que era paisano.
Cuando reanudamos el camino paramos pronto en el centro de visitantes de Wrangell-St. Elias, el Cooper Center. Allí hay unos pequeños senderos que nos sirven para estirar las piernas. Los hicimos todos, al fin y al cabo, son algo menos de 2,5 kms. Bonitos y solitarios y para nada duros. Me hace gracia que el Copper River Bluff Trail lo califiquen de moderado a difícil, cuando no pasa de paseíto. Eso sí, el mirador al río Cooper se había derrumbado por un corrimiento de tierras y me daba algo de vértigo el mirar abajo
Tras conectarnos un ratillo en el visitor center seguimos para el norte. En 10 millas llegamos al cruce con la GlennAllen donde echamos gasolina ya que puede escasear hasta salir de la Denali Hwy.
Si hasta ahora había pocos coches una vez pasado el cruce ya si que estábamos en mitad de la nada. Tan en la mitad que íbamos conduciendo tan tranquilamente cuando a nuestra derecha vimos una moose con su cría. Paramos más adelante y dimos la vuelta, pero en cuanto nos vio que parábamos relativamente cerca de ella se largaron rápidamente y se perdieron en la taiga.
Y llegamos a la entrada este de la Denali Hwy. Nos quedaban 42 millas por ella hasta llegar a nuestro alojamiento, el McLaren River Lodge. Tenía apuntado unos cuántos sitios como estos:
o Mud Lake (mp 0.5)
o Alaska Range (mp 6.5)
o Wrangel Mt – Tundra viewpoint (mp 13)
o Tangle Lakes (mp 21.5)
o Landmark gap view (mp 22.5)
o Mclaren river viewpoint (mp37)
o Kettle Lakes (mp 41.5)
Muchos de los puntos de interés de la carretera los saqué de aquí
Empezamos mal, no veíamos ni el Mud Lake ni señal ni nada que nos indicara por donde era. Más tarde comprendimos que las millas no están señaladas en la carretera, así que teníamos que habernos fijado en nuestro mileaje al entrar en la Hwy. La cordillera de Alaska ya la daba por no vista porque estaba nublado totalmente y empezando a llover. Sí paramos en algún mirador, pero poco más, el resto atentos desde el coche por si veíamos algún bicho. Ahora estábamos en una zona de tundra totalmente y los colores empezaban a amarillear. El frío también se notaba ya que estábamos ganado altura, rondábamos los 6 o 7 grados. Pero lo que sí me sorprendió es el estado de la carretera. Bastante bien y no solo la parte asfaltada, la siguiente me pareció en un estado excelente, por lo menos hasta que llegamos a nuestro alojamiento.
Llegamos al mismo pasadas las 7 de la tarde. El checkin se realizaba en el bar-restaurante del complejo, que estaba con bastante gente. Un lugar muy auténtico. Nos dieron la llave de nuestra cabaña y fuimos a dejar las cosas. La cabaña perfecta, con balcón al lado del río, amplia, con calefacción y a buen precio para ser Alaska y estar en mitad de la nada. Muy aconsejable el lugar.
Tras ducharnos miré la previsión del tiempo por si iba a clarear, hoy por fecha y situación podría ser una buena noche para intentar ver la aurora, pero de nuevo todo indicaba que iba a ser una noche lluviosa… y fría.
Vistas desde el balcón de la cabaña