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22 de agosto
Otro abundante desayuno en el animado restaurante del hotel. Aquí grupos de viajeros turcos viajando por su pais. Otros emigrados a Alemania pasando en Turquia sus vacaciones. I también viajeros intrépidos en ruta desde Ankara hasta Shiraz circulando con sus bicicletas por las solitarias carreteras de Anatolia.
Un ambiente muy peculiar y estimulante y la certeza de que Erzurum sigue siendo una encrucijada de caminos.
Al poco rato estamos también nosotros circulando por la tranquila carretera en dirección a Kars. Nos esperan 200 kilómetros por los ondulados altiplanos de color pajizo. Espacios grandiosos, vacios... Rebaños de vacas y pequeños pueblos con las casas de tejado metálico.
Casi tpdo el camino vamos por una carretera de 4 carriles. A medio camino, las recientes obras de ampliación de la autovia nos regalan un espectáculo inesperado. El corte del terreno por donde pasamos deja al descubierto las entrañas de las tierras volcánicas escondidas bajo la pajiza vegetación.
Y así circulamos durante unos kilómatros por entre paredes de relucientes cristales de obsidiana que hacen muy feliz a mi marido y hacen crecer bastante el peso de nuestro equipaje.
Antes de la 1 del mediodia estamos entrando en la remota - KARS - La remota ciudad situada muy cerca de la frontera con la actual Armenia. Ciudad con aires precaucásicos y con muchos recuerdos de su pasado perteneciendo al Reino de Armenia y también de su pasado bajo dominación rusa.
El gps nos lleva por estrechas calles y solitarios caminos hasta el maravilloso
- KATERINA SARAY OTEL - El hotel que me enamoró cuando todavía no tenía ni los vuelos comprados. Se trata de un antiguo palacio ruso del siglo XIX cuando Kars pertenecia al imperio de los zares. Está situado en un paraje solitario junto al rio Kars Stream y a los pies del gran castillo. Se puede ir andando hasta la zona histórica de la ciudad en unos 10 minutos de agradable paseo junto al rio. En su jardín y en sus decoradas habitaciones parecen revivir personajes de un cuento de Chejov.
La habitación no está lista todavía y nos vamos al pueblo a probar la comida de la zona que tiene muy buena fama. Y comemos muy bien y barato en un local de aspecto nuevo en la calle principal de la zona histórica.
Enseguida nos queda claro que este lejano y olvidado rincón está viviendo un gran momento de auge turístuco. Todas las calles de la parte monumental se ven recién restauradas y con muchas tiendas de artesanias ( especialmente quesos ) y todo tipo de lokantas. Supongo que el mítico tren que hace el trayecto de Ankara hasta Kars tiene algo que ver en este aumento de visitantes.
A media tarde, después de instalarnos y tomar un buen café en el jardín del hotel junto al rio, empezamos a caminar por el agradable camino a los pies del gran castillo.
Pasamos los Antiguos Baños, el TAS KOPRU ( viejo puente ) sobre el rio Kars Stream y la pequeña mezquita VAIZOGLU CAMI ( 1580 ) aún abierta al culto.
Y empezamos a subir la empedrada cuesta que llega hasta - el CASTILLO de Kars -
La enorme fortaleza de oscuro basalto construida en 1153 sobre una base armenia y destruido y reconstruido muchas veces en su larga vida. Testimonio de múltiples batallas, desde Tamerlan hasta la guerra turco-rusa en 1877-78.
Hoy, bajo un cielo muy gris, nos regala unas preciosas vistas de Kars y un buen té en el agradable local dentro de las murallas.
Y ya en la parte baja nos vamos a admirar los evocadores edificios de basalto negro.
- la CATEDRAL de KARS - o Iglesia de los doce Apóstoles o KUMBET CAMI. El basalto de un gris muy oscuro da vida a la sugerente constucción que fué iglesia armenia en el siglo XI y mezquita a partir del XVI. En la parte superior de la fachada se conservan las imágenes de los apóstoles.
- la ULU CAMI - Austera y elegante construida en el siglo XVI.
- la EVLIYA CAMI - Mezquita y Mausoleo con un precioso minarete original del siglo X-XI que te hace viajar a través de la historia.
Al final de la tarde, ya vista la parte monumental, andamos sin rumbo por las agradables calles cercanas. Muy buen y festivo ambiente. Casas señoriales de la época rusa muy bien conservadas. Muchas tiendas con los famosos quesos de Kars donde comprar y degustar. Y, en plena calle, los preciosos " samovar " sobre las ardientes estufas con el té siempre a punto. Delicioso.
Y, tal como estaba previsto, llega la hora de cenar el plato típico " la oca de Kars" en el acogedor restaurante Kars Kaz ( oca ) Evi. Muy buena comida, buen servicio y buen precio. Y además a partir de las 8 espectáculo de danzas caucásicas en el comedor.
En la calle luce una preciosa iluminación y un ambiente de vacaciones. Música,( siempre música ), y mucha gente paseando bajo las luces del gran castillo.
Las mismas luces que nos acompañan en el camino de vuelta a nuestro palacio ruso.
Aquí, en el jardín, junto al rio, otra vez suena música en la noche tranquila.
Nosotros, cansados y satisfechos, nos dormimos pronto escuchando bajo la ventana los melancólicos sones.
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