Narawntapu NP
Narawntapu es un pequeño parque nacional en la costa norte de Tasmania, famoso por sus enormes praderas llenas de marsupiales, hasta el punto que se le conoce como el “Serengeti de Tasmania”. Pero además tiene un lago y una zona de wet land repleta de aves acuáticas, y una playa de arena blanca interminable, con dunas incluidas. Y claro, después de leer todo esto, tenía que meterlo en el itinerario sí o sí, y decidimos incluir una noche de camino desde BoF a Cradle Mountain.
Esa tarde, después de varias horas de coche desde BoF, llegamos a tiempo de dar un primer paseo por la playa para ver las dunas y el lago, con su caseta de avistamiento. Sabíamos que el día siguiente iba a estar un poco nublado así que queríamos aprovechar el sol que quedaba esa tarde.
Narawntapu fue declarado parque nacional en 1976 por la importancia medioambiental de su vegatación de matorral costero, pero con el nombre de Asbestos Range National Park por las montañas de la zona. Pero en 1999 se dieron cuenta de que el nombre “asbestos” no estaba muy bien visto y decidieron cambiarlo por su nombre aborigen, Narawntapu. Es un paraíso para los amantes de la fauna, ya que en él se pueden ver canguros, wallabies, pademelons, devils, quolls, echidnas, platypus… más una enorme cantidad de aves como cisnes negros, águilas, garzas, cormoranes, patos… sin olvidar las tres especies de serpiente que habitan la isla!
Dunas en Narawntapu
Springlawn Lagoon
El lago es enorme y tiene una pasarela de madera para acceder a la caseta de avistamiento, donde nos encontramos con tres tipos parapetados con prismáticos y observando los patos y cormoranes que había en la pradera al otro lado del lago. Vimos varios cisnes negros, alguna garza y varios pájaros sin identificar, pero no vimos platypus…
Springlawn Lagoon
Se acercaba el atardecer y sabíamos que ese es el mejor momento para acercarse a las praderas que hay junto al centro de visitantes, que se llenan de marsupiales a esa hora. Y madre mía, vaya si se llena. Vimos canguros, wallabies y pademelons para aburrir. Y no se asustaban demasiado, pudimos pasear tranquilamente rodeados de bichos por todas partes. Pero me faltaba algo… Había leído que Narawntapu era un de los mejores sitios de Tasmania para ver wombats, pero no veíamos ninguno, y me dio por googlearlo para ver si es que lo estaba recordando yo mal. Resulta que en 2010 hubo un brote de sarna que aniquiló la población de wombats del parque, a pesar de todos los esfuerzos para contenerlo. En 2019 se anunció que se creía que sólo quedaban 3 ejemplares en el parque, y hoy en día es muy difícil encontrarse con uno. Es un triste recordatorio de lo vulnerable que puede ser una población aparentemente grande y sana.
Cangaros, wallabies y pademelons en Narawntapu
La mañana siguiente amaneció nublada, como nos esperábamos, pero sin lluvia. El plan era hacer la ruta hasta Archer’s Knob, una especie de loop que recorre parte de la costa y luego vuelve por el interior, pero había bastante viento y la playa no invitaba a pasear, así que decidimos ir y volver por el interior, acercándonos a la playa a echar un ojo antes de subir a Archer’s Knob, un mirador en una pequeña colina con vistas panorámicas de la costa y el lago. En total fueron 10.5 km en unas tres horas, porque al bajar de Archer’s Knob y llegar al lago decidimos volver por la pradera del otro lado en lugar de por el camino entre árboles por donde habíamos ido. La pradera tenía bastantes canguros tomando el poco sol que había y nos pareció buena idea ir por ese lado para verlos más de cerca, pero no contábamos con que había partes completamente inundadas y tuvimos que dar bastantes vueltas para encontrar por dónde pasar sin tener que vadear agua y barro hasta las rodillas. Finalmente conseguimos encontrar un camino y terminar con poco barro en las botas. A pesar del imprevisto, nos gustó mucho volver por ese lado del lago para poder ver la caseta de avistamiento desde la otra orilla. También vimos un grupo de canguros bebiendo que nos hicieron pensar en todas las jirafas que habíamos visto en una postura similar en África, y pensamos que lo del Serengeti de Tasmania no anda muy desencaminado.
Dunas costeras
Vistas desde Archer’s Knob
Springlawn Lagoon y la caseta de avistamiento
Más canguros!
Eran cerca de las 12 cuando dejamos atrás Narawntapu. Nos dio pena dedicarle tan poco tiempo, porque tiene mucho potencial de avistamiento, pero teníamos que seguir camino hacia Cradle Mountain, el plato fuerte del viaje. Pero antes de llegar teníamos una parada programada en el camino: el Arboretum, una especie de jardín botánico cerca de Devonport con una envidiable colección de árboles y plantas de todo el mundo, pero cuyo principal reclamo para la mayoría de visitantes es la población de platypus que habita en su pequeño lago. Tengo que decir que toda la parte norte de Tasmania es muy buen sitio para buscar platypus, con pueblos como Latrobe, autodenominado “The platypus capital of the world”, y otros como Burnie o Loongana que también tienen zonas de mucho éxito.
Tasmanian Arboretum
El platypus es un animal principalmente nocturno, que se suele ver al amanecer y al anochecer, y que se nos había resistido en nuestra visita a Kangaroo Island unos años antes. Habíamos leído que en el Arboretum es fácil verlos durante el día, y decidimos pasarnos ya que nos pillaba de camino. La entrada son sólo $5 por persona. No teníamos demasiado tiempo, pero allí fuimos armados de paciencia, en silencio y con muchas esperanzas. Después de un rato caminando sigilosamente por la orilla del lago, vimos uno asomar la cabecita justo en frente nuestro, mirarnos fijamente, y volver a sumergirse. Fue demasiado rápido para mí, y me quedé sin foto, pero lo vimos bastante de cerca. Luego vimos alguno más a lo lejos, nadando. Misión cumplida! Me hubiera encantado ver alguno más y poder haber hecho alguna foto, pero no pudo ser, y nos quedaba bastante viaje por delante con más posibilidades de verlos (la esperanza es lo último que se pierde…). Al margen de los platypus, el Arboretum es bastante bonito (aunque no pudimos visitarlo todo) y nos mereció la pena la parada.
Próximo destino: Cradle Mountain!