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El mar de Galilea, también llamado mar o lago de Tiberíades, lago de Genesaret y lago de Kineret, es un lago de agua dulce donde transcurrieron muchos hechos bíblicos.
Mide 21 km de longitud norte-sur y 12 km de longitud este-oeste, con una profundidad máxima de 48 m. El lago está a 212 metros bajo el nivel del mar. Es el lago de agua dulce más bajo del mundo. Su punto de mayor profundidad se halla a 260 m bajo el nivel del mar. Su perímetro es de 53 km y su superficie tiene una extensión de 166 km². Se alimenta principalmente de agua del Jordán. Se encuentra justo en la gran fractura geológica del Valle del Rif.
El mar de Galilea alimenta el Acueducto Nacional de Israel, inaugurado en 1964. Su construcción ha permitido el abastecimiento de agua dulce a las ciudades, así como la irrigación agrícola hasta el desierto del Néguev. El lago fue origen de conflictos entre Siria e Israel.
Antiguamente la pesca era una de sus actividades principales pero ahora está restringida o prohibida en muchos puntos.
En el Nuevo Testamento hay muchos pasajes que hablan del mar de Galilea (los pongo textualmente para que se entienda de qué hablo):
* Lucas 5, 1-11 Cuando Jesús se acerca a las orillas del lago para reclutar a sus apóstoles Pedro, Andrés, Santiago y Juan mientras estos estaban reparando las redes de pesca después de una dura jornada de trabajo en la que no habían pescado nada.Jesús les ordenó volver a zarpar y echar las redes que en esta ocasión tendrían fortuna. Sus redes se llenaron. Fue entonces cuando Simón dijo: -Señor, aléjate de mí, porque soy un pecador- a lo que Jesús contestó con las famosas palabras «… de ahora en adelante serás pescador de hombres».
* Lucas 8, 22-25. Cuando una noche se encontraban en la barca Jesús y sus discípulos, estos atemorizados por el fuerte oleaje lo despertaron: -Maestro, ¡Maestro estamos perdidos!. Jesús se alzó y ordenó a los vientos cesar y a las aguas calmarse. Así pasó el temporal.
* Juan 6, 16-21. Una tarde Jesús subió al monte a orar y sus discípulos viendo que se hacía noche y no regresaba, decidieron volver a Cafarnaúm subieron a la barca y zarparon. El mar estaba muy agitado y soplaba un fuerte viento. Los apóstoles vieron llegar a Jesús caminando tranquilamente sobre las aguas.
Es muy típico coger un barco al estilo de los barcos de pesca del siglo I para dar un paseo por el lago. Mientras lo hacemos nos acompaña música religiosa. Como no. Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo, has dicho mi nombre. En la arena he dejado mi barca. Junto a Ti, buscaré otro mar... Las canciones, la verdad, es que sobraban un poco pero el lago es bonito.
Desde allí podemos ver los Altos del Golán. Se trata de una meseta ubicada en la frontera entre Israel, Líbano, Jordania y Siria. Abarca un área aproximada de 1800 km², de los cuales cerca de 1200 km² están bajo ocupación militar de Israel. Israel invadió y ocupó este territorio a Siria durante la guerra de los Seis Días (1967) y la guerra de Yom Kipur (1973). La Organización de las Naciones Unidas, a través de la Resolución 242 de su Consejo de Seguridad, adoptada por unanimidad, lo considera «territorio ocupado». Siria hoy controla una parte, la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación otra y el Líbano también quiere su parte del pastel.
Pero no solo nos limitamos a dar un paseo en barco. Hay más (para quien quiera verlo).
El barco Ginnossar es un hallazgo arqueológico de un pecio hundido en el Mar de Galilea, muy cerca del antiguo puerto de Magdala. El naufragio data de la época de Cristo (siglo I) y, por ello, se le conoce popularmente «el barco de Jesús« (o la barca de Jesús). Pese a que estuvimos en el museo donde se guarda solo lo vimos nosotros. El resto se limitaron a ir al wc (yo también fui aunque no fue fácil; la señora nos cerró la puerta con la excusa de que estaba limpiando y no había manera de que dejara entrar el grupo).
En 1986, el nivel de agua del Mar de Galilea alcanzó unos niveles muy bajos tras varios años de sequías. Este hecho dejó al descubierto unas maderas que sobresalían de los limos de la orilla. Un equipo arqueológico de Ginnossar investigó estos restos, encontrando varios clavos oxidados y madera trabajada. La recuperación del pecio fue complicada, ya que la madera tenía una consistencia esponjosa y no se podía secar de inmediato; se podría haber desintegrado por completo. Tras eliminar el barro, el casco se estabilizó con fibra de vidrio y se realizó una especie de «ataúd» de espuma de poliuretano, sobre otra capa de polietileno, para poder transportarlo (en el museo se ve un ejemplo de cómo se hizo). El barco se mantuvo dentro de un recipiente con agua durante 9 años para preservar la consistencia de la madera; posteriormente el agua de la madera se fue reemplazando lentamente con una mezcla de polietilenglicol y cera sintética.
Tras el tratamiento químico se retiró del recipiente con agua, efectuándose un secado controlado que requirió 1 año de trabajo. Actualmente, tras su meticulosa restauración, se exhibe en el Museo Yigal Allon, no muy lejos de donde fue hallado. Me recordó un poco, salvando las distancias (y con la diferencia de datación) a los barcos vikingos que se pueden ver en Oslo o en Roskilde (Dinamarca).
Hay un vídeo explicativo pero no tuvimos tiempo de verlo. Sí vimos el museo, pequeño pero interesante. El museo debe su nombre a Yigal Alón (1918-1980), miembro del kibutz Ginosar, líder político y militar, y partidario de la coexistencia y la paz. Vemos mosaicos y una copia de la piedra de Magdala.
El barco de Ginnossar era un velero del siglo I con un tamaño de 8.2 × 2.3 metros, y que podría haber llevado entre 5 y 10 personas. Se trata de una embarcación de uso mixto que sería utilizada para pesca o transporte de personas.
Su casco está hecho en madera de cedro del Líbano con refuerzos de roble, incluye además 12 tipos de madera más utilizados en numerosas reparaciones a lo largo de su «vida». Dentro del barco se encontró una olla de barro y una lucerna —lámpara de aceite— de estilo romano. El barco da una información histórica muy valiosa sobre la época.
En la orilla oeste se sitúa la ciudad de Tiberíades, construida por Herodes Antipas en honor al emperador romano Tiberio. Solo pasamos por ella en bus. Tiberíades es una de las cuatro ciudades santas de Israel según el judaísmo. Fue la última sede del Sanedrín, o la Corte Suprema de la ley judía, durante la época imperial romana. También fue un lugar de refugio para los judíos que huían de Jerusalén y el sur de Israel después de las guerras judeo-romanas y para los sefardíes expulsados por los Reyes Católicos.
En los siglos del II al X, Tiberias fue la ciudad judía más grande de Galilea, centro político y religioso del pueblo judío y núcleo de la creatividad espiritual judía.
Pocos años después de su fundación, en torno al 30 d. C., Jesucristo trasladó sus actividades a la costa norte del Kinneret, donde tuvieron lugar varios milagros célebres, como cuando caminó sobre las aguas del lago. A medida que se iba extendiendo el Cristianismo se fueron construyendo numerosas iglesias en Tiberias y en sus alrededores.
Con la conquista árabe, Tiberíades fue la capital de Galilea. Los cruzados la reconstruyeron y luego Solimán el Magnifico hizo lo mismo. La ultima restauración se debe al beduino Sheij Daher El Omar (siglo XVIII). Hay otras iglesias, como la de San Pedro, con origen en el siglo XII, y mezquitas.
Sheij Dahar el Omar construyó las murallas. El mameluco Ibrahim Pasha las reconstruyó. Un terremoto en 1837 las dañó.
En Tiberíades puede verse también la tumba de Maimónides, el famoso filósofo. Murió en Egipto en 1204 y solicitó que su cuerpo fuera descansado en Tierra Santa. Una leyenda afirma que su cuerpo fue puesto en su camello y sus estudiantes lo siguieron mientras el camello caminaba. Cuando el animal se detuvo en la tumba del Rabino Yochanan ben Zakai, supieron que habían encontrado el lugar de enterramiento correcto. Hay quien dice que no está enterrado aquí. Al igual que con otras tumbas de grandes sabios Judíos, es tradicional que los judíos vayan a la tumba de Rambam a rezar. La tumba es una estructura blanca muy moderna bajo la que se encuentra el edificio que alberga el sepulcro.
Una de las cosas más significativas de la ciudad es su paseo fluvial y sus playas.
Aquí encontramos el Monasterio de los apóstoles, griego ortodoxo del siglo XIX (aunque con orígenes en los siglos III o IV).
“En aquellos días Jesús vino de Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y cuando salió del agua, al instante vio los cielos abiertos y el Espíritu que descendía sobre él como paloma, y una voz vino del cielo; 'Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia'. Marcos 1:9-11
Ese texto, en paneles cerámicos en muchos idiomas, incluso catalán, nos recibe a la llegada a Yardenit. Están en 80 idiomas y dialectos y son azulejos pintados a mano por el artista armenio Hagop Antreassian en el llamado Muro de la Nueva Vida.
Muchos peregrinos acuden aquí esperando ser bautizados en el mismo lugar que Jesús. Solo lo harán, si encuentran a alguien que lo haga, en el mismo río. El punto más fiable es el que comenté en el diario de Jordania pero éste es más mono y más limpio.
La entrada al recinto es gratis pero no todo aquí lo es. Y es que el recinto, gestionado por el kibutz Kinneret, es un negocio.
Los wc, donde también hay duchas, se pagan (3 NIS). Hay una tienda pero todo es extremadamente caro.
Se han dispuesto en el río un conjunto de piscinas para el bautismo y gradas para sentarse. Se pueden meter los piex en el agua pero para mojarse más es imprescindible bañador y túnica. Allí se alquila (muy cara) o se vende (25 dólares). Los del grupo que quisieron la compraron en Nazaret por 10 dólares.
Esperamos un buen rato pero no vino nadie dispuesto a bautizarles. Quien quiso se lo hizo a sí mismo.
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