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Me he ido a desayunar al bar de los años 80 y, tras recoger la mochila, me he ido para la estación de bus. La única opción que tengo para hacer es el río Zacate, en el mismo parque Pico Bonito, bastante cerca de La Ceiba. He llegado al parque a las 11. Entre que es fin de semana y las lluvias, no hay un alma. Para llegar al parque, he tenido que andar dos kilómetros por un campo de piñas enorme recién recogidas. Al llegar al parque, el guardia me ha hecho pagar 5€ y me ha explicado la ruta que puedo hacer. Me ha aconsejado no bañarme porque el río baja muy fuerte.
La ruta es parecida a la de ayer. Pero al ser a menor altura el ambiente es más sofocante. Hay ceibas enormes, helechos, lianas... Una vegetación frondosa y a buen seguro que es bosque primario. El bochorno que hace es tremendo. El camino está bastante bien aunque se nota que las últimas lluvias han tirado varios árboles que se pueden sortear sin problema. Hay varios puentes destrozados y carteles interpretativos de serpientes. No he visto ni una. He visto mariposas nuevamente, una especie de orquídea mini y varias flores.
Se pasa por una primera cascada y luego se bordea el río hasta una cascada muy espectacular. Aquí el río baja crecido pero en el lateral se forma una poza en la que me he bañado en pelotas. Total, no hay nadie. El agua está fría pero con el bochorno sienta de lujo. Un momento muy bueno que me ha recordado a cuando me bañé en Maquipucuna, en Ecuador. La vuelta ha sido bastante más rápida. Me ha gustado mucho la ruta. Muy entretenida y bastante salvaje, me esperaba algo más dominguero y para nada. He llegado a la zona de picnic justo cuando ha caído un chaparrón gordo. Me he resguardado un rato y ya, con chiribiri, he vuelto a la carretera por el campo de piñas.
A medio camino ha aparecido a lo lejos un caballo galopando hacia mí. Al llegar a mi altura resulta que era un crío de no más de 10 años. Me ha preguntado si he visto una vaca, le he dicho que he visto huellas más atrás y ha arrancado al galope máximo con el caballo... Vaya estampa más épica con el Pico Bonito atrás cubierto de nubes y el caballo alejándose al galope.
Al llegar a la carretera, un taxi ha pasado rápido y me ha devuelto a La Ceiba. El taxista me ha ido contando que La Ceiba antes era un referente de turismo y ahora es un pozo de delincuencia. Cada vez va a peor. Ya no se pueden abrir negocios por culpa de la extorsión de las bandas. Él pertenece a una cooperativa que son 15 taxistas y todas las semanas tienen que pagar entre todos el equivalente a 200$ a los narcos para poder trabajar. De esta manera, cada vez se cierran más negocios y es imposible que nada prospere. La gente se está yendo de La Ceiba y los que quedan tienen miedo, por eso cuando cae la noche casi no sale nadie a la calle. Vaya panorama. El hombre tiene dos hijos estudiando en España y está pensando en pedir un préstamo e irse para allá. Resulta que conoce Murcia porque había un jugador en el Real Murcia muy mítico de Honduras que se llamaba "Macho" Figueroa. Ha estado chula la conversación con el taxista.
Ya en el hostal, he ido a comprar cosas para el viaje a Nicaragua. Aquí en Honduras, siguen dando bastante lluvia y por la zona de la Ceiba no hay mucho más que pueda hacer ya que, o no hay turistas y no salen o al salir solo conmigo me piden disparates. Puede ser interesante la zona de cuero y salado pero y cayo cochinos, pero me quedaré con las ganas. La selva de la mosquitia en época de lluvias directamente no hay nadie que salga. He aprovechado que hoy hay transfer nocturno a Nicaragua y cambio de planes. En Nicaragua es plena época seca y llevo ya dos semanas de lluvias.
Me he ido a cenar una pizza al Pizza Hut. Cenando la pizza en el hostal había un asiático que ha estado como una hora cocinando pescado que había pescado. Cuando ha terminado, ha ido a bajar las escaleras y se ha caído con todo el pescado desparramado por el suelo. El gatito se ha puesto a comer hasta el punto que no podía ni moverse. Qué burro. Estaba hecho una pelota. La dueña del hostal se partía el culo mientras que el asiático tenía una cara de mala hostia importante. El pobre gato se habrá comido un kilo de pescado él solo, parecía preñado.
A las 20 hemos empezado el viaje a Nicaragua. Entre 12 y 15 horas de viaje... Qué remedio. El bus al menos está bien y no va lleno pero dormir va a ser imposible, el conductor lleva puesta una emisora que se llama "radio Zeta" en la que solo ponen corridos. Sin cortes publicitarios, uno detrás de otro. Peso pluma a saco. Me he sentado al lado del conductor y al menos voy de charleta pero casi preferiría ir atrás y no ver la carretera... Salen vacas de la nada, los coches con las largas cuando no sin luces, hay mil peligros. Noche toledana la que me espera!
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