Al día siguiente nos despertamos temprano porque a las 8.30h habíamos quedado en el muelle con el Salmón.
Nos había hecho un ticket conforme le habíamos pagado 300.000 idr en garantía y el resto lo entregaríamos el día de la excursión.
En el barco iban 2 chicos. El capitán y el instructor de snorkel que se tiraba con nosotros. La primera parada fue genial. Era una especie de laguna que era un hervidero de vida. Vimos un montón de tortugas y muchísimos peces de diferentes tamaños y colores. La segunda parada estuvo un poco peor porque era donde están sumergidas las famosas estatuas de Gili Meno. Muy curioso pero eso era peor que el metro en hora punta...un horror. Además había un montón de corriente. Fuimos a un tercer punto de snorkel y al finalizar nos dejaron en Meno. Debíamos mandarles un wasap cuando quisiésemos volver a Trawangan y nos venían a recoger.

Gili Meno no tenía nada que ver con Trawangan. Así de entrada parecía un remanso de paz pero con el paso de las horas nos dimos cuenta de que eso estaba lleno de niños. Era una isla nurseria.
También parecían recalar por allí bastantes lunamieleros.
Nos estiramos en unas hamacas y no nos cobraron nada. Por lo visto con consumir bastaba. Nos quedamos a comer allí mismo.
Sobre las 15.00h llamamos al capitán de barco y nos vino a recoger.

Consejo para ahorrar: no contratar excursión. Irse en barco público o cualquier barquero a Gili Meno con equipo de Snorkel y meterse donde hay gente en la parte de la isla que da a Gili T.
Nos volvimos en bici al hotel y repetimos para el sunset en el beach club de nuestro hotel.

Para cenar nos fuimos al Night Market que hay enfrente del puerto. Experiencia top para hacer en Gili Trawangan. Elegimos una langosta y un calamar. Nos lo cocinaron allí mismo y nos pusimos las botas por cuatro duros.

Teníamos un día más pagado de hotel para estar en Gili T pero decidimos irnos un día antes. Yo es que cada vez que escuchaba el tintineo de los caballos y las bocinas que hacían sonar los conductores....se me revolvían las tripas. Y me quería ir.
Ese día me lo pasé pegando voces cada vez que me cruzaba con un carro de caballos: "more water to horses please". Es que era una vergüenza que ni agua les daban. Jordi no sabía donde meterse pero en el fondo estaba igual de indignado que yo.
Le habíamos pagado por adelantado al Salmón los 200.000 idr para el traslado al día siguiente en barco al puerto de Bangsal y el posterior traslado hasta nuestro hotel en Senggigi.