En nuestro segundo día en Nueva Zelanda, tocaba senderismo toda la jornada. Elegimos para comenzar las rutas por una de dificultad baja: un tramo de unos 3,5 kilómetros del Kepler Track entre el puente Rainbow Reach y Shallow Bay, en el lago Manapouri.
Este sendero discurre, en su parte inicial, por un bosque de hayas a la orilla del río Waiau y no tiene fuertes pendientes. Algunas escenas del Señor de los Anillos se rodaron en esta parte del río.
Antes de salir del bosque se pasa un segundo puente colgante y un pequeño sendero elevado del suelo para no pisar la vegetación, conduce a un humedal, el Lago Spirit, donde abundan los patos.
La parte final del sendero discurre por una zona de arbustos hasta llegar a Shallow Bay desde donde hay una vista de las cumbres en cuyos valles se encuentran los fiordos que dan nombre al parque.
A partir de este punto, el Kepler Track continúa en una ruta que puede tomar 3 ó 4 días, adentrándose en la parte más agreste del parque. Empleamos, aproximadamente, 1 hora en este trayecto
Nosotros deshicimos el mismo camino y, de vuelta al coche, tomamos camino al norte, por la carretera 95 a Milford Sound, para ir al inicio del Key Summit Track, sendero mucho más exigente, con un desnivel de 433 metros.
La primera parte del sendero es en subida continuada dentro de bosque lluvioso, con mucho liquen y musgo. Como no hay grandes vistas, por lo espeso de la arboleda, resulta bastante cansado y uno duda si merece la pena la caminata.
Pero, después de una ascensión de más de una hora y 300 metros de desnivel, se llega a la parte más despejada y de menos pendiente que culmina en Key Summit. Se empieza a tener vista de las cumbres nevadas y hay pequeñas lagunas con el suelo recubierto de musgo que da un aspecto de paisaje alpino.
Esta es la parte más relajada y entretenida del camino. En él hay largas pasarelas de madera elevadas del suelo para proteger de las pisadas la frágil flora. Hay un contraste de tonalidades y colores que permitían sacar fotos muy estéticas. Lástima que, previendo lo duro de la subida, dejé mi cámara en el coche y sólo nos pudimos valer de nuestros teléfonos móviles.
Comenzando el regreso, y a pesar del cansancio, aún nos desviamos de la ruta y descendimos al bonito Lago Howden. Descenso que después se torna en ascenso porque hay que hacer camino de ida y vuelta.
En total, con nuestras paradas para recuperar aliento, hacer fotos y disfrutar de las vistas, invertimos algo más de cinco horas para un recorrido total de unos 8 kilómetros.
Terminada la ruta, tomamos retorno hacia Te Anau, parando en algún que otro mirador de los lagos junto a los que discurre la carretera.
Al día siguiente, tocaba la navegación en Milford Sound, que ya traíamos contratada de España con bastante antelación.