19-20 de agosto. Vuelo Barcelona-Osaka y llegada a Kioto. ✏️ Diarios de Viajes de Japon

---

Ahora si, empieza nuestra ruta, o mejor dicho nuestra ODISEA hacia tierras niponas. Nuestro grupo consta de dos viajeras de la provincia de Huesca y una tercera de Sevilla, así que nuestro punto de encuentro es el aeropuerto de El Prat, en Barcelona, de donde salen nuestros vuelos.

Nos encontramos en la cola de facturación tras dejar nuestro coche en el parking de larga estancia de AENA y allí ya empezamos con los abrazos y los besos, la emoción burbujeando en nuestros cuerpos. ¡Al fin, tras once meses planificando, ha llegado el día!

Una vez entregamos nuestras maletas y recibimos nuestras tarjetas de embarque, hacemos una pausa para encontrarnos con una amiga y tras una charla y las primeras fotos del viaje, pasamos el control de seguridad y nos sentamos tranquilamente en un McDonalds a comer algo y esperar la hora de nuestro vuelo.

¿He dicho esperar nuestro vuelo? Menos mal que tengo la costumbre de hacer siempre una foto al panel del aeropuerto con el vuelo, porque cuando me levanto a medio comer a aprovechar para hacer dicha foto, veo que no es que ya marque la puerta... es que indica "embarcando". Oooops... ¡a correr! Cuando vuelvo a la mesa mis compañeras se han dado cuenta de la hora, así que recogemos nuestros bártulos y salimos volando hacia la puerta de embarque. Llegamos y ya no queda nadie fuera, aunque por suerte aún no han empezado con la última llamada... nos habríamos muerto de la vergüenza. Nosotras ahí tan a gusto con nuestros Big Mac's


Ya en nuestros asientos nos empezamos a reír, dejando el tema como una simple anécdota de inicio del viaje cuando... oh oh... el capitán anuncia que el despegue va a retrasarse hora y media. Nos miramos mutuamente con el pánico pintado en los ojos. Nuestra escala es de tan solo una hora y cincuenta minutos. Al menos Qatar no es Ryanair y en todo momento mantienen el avión con el aire acondicionado en marcha. Reparten toallitas húmedas a todo el mundo y unos snacks y bebidas para que el populacho no se cabree por el retraso, manteniéndonos a todos tranquilos y contentos.

Empezamos a ubicar gente a nuestro alrededor que también tiene escalas cortas. La señora de delante preocupadísima porque una escala de cuatro horas se le va a convertir en una de dos. ¡Señora! Lo mío es para llorar, ¡lo suyo es una bendición!

Personalmente me alivia un poco ver que somos mas de una docena con destino final Osaka. Al ser vuelos con la misma compañía y tener mínimo una veintena de pasajeros teniendo que coger el mismo avión, mi poca fe me lanza a pensar que si es necesario retrasarán el segundo vuelo. Me obligo a pensar en ello porque cuando finalmente despegamos, han pasado casi dos horas desde la hora de despegue original... y o el piloto corre mucho o no llegamos ni de coña a la hora de salida de nuestro próximo avión.

Nos obligamos a no pensar demasiado en ello y una vez en el aire sacamos nuestros cascos, mantas y todo tipo de cachivaches y empezamos con el entretenimiento a bordo. Qatar tiene un buen catálogo, pero lo que está en español es todo en latino y gran parte de lo que está en inglés no tiene subtítulos en castellano, así que fans del VOSE como yo... hay que conformarse o con el VOS o con el audio latino. Si no soportáis ninguno de los dos, llevad en mente descargar algo en vuestros dispositivos antes de volar.

Pasan con la comida al par de horas, a elegir entre pollo con arroz, estofado de ternera con puré de patatas o pasta. Olé por la comida de los vuelos de Qatar, sorprendentemente buena para ser comida de avión. Los postres además estaban muy muy buenos, llegamos a probar tres o cuatro diferentes y todos mas que aprobados. También reparten mas tarde mas bebidas y algunos snacks, aprovechamos a hacer alijo de kitkats.


Cerca del final del vuelo decidimos ir al baño por si ocurría un milagro y podíamos correr hasta el siguiente vuelo... y yo ni corta ni perezosa, fui al que tenía mas cerca... sin darme cuenta de que me colaba en la primera clase. Yo alucinando con el wc cual pueblerina... por tener tenían hasta espuma de afeitar y maquinillas... aproveché y me lavé los dientes con los cepillos proporcionados, me perfumé, me aseé un poco... y al volver al asiento vi una cesta con snacks y me agencié un par para mis compañeras y para mi. Sorpresa la mía cuando voy a volver a mi asiento y han puesto la cuerda de "cierre" de la clase superior. Disimuladamente la suelto y vuelvo a atar y vuelvo a mi asiento con mi alijo secreto.

Aterrizamos y corremos para bajar las primeras del avión. A lo que llegamos a la terminal es la 1.20 de la madrugada y hay una señorita con un cartel indicando nuestro vuelo. ¡Bien!¡Nos están esperando! Aún hay esperanza... ahora sólo necesitamos correr de punta a punta detrás de la señorita que debe ser prima hermana de Usain Bolt... ¡pero llegamos!

Abordamos el avión y está todo el mundo durmiendo, no se oye un ruido. Encima nuestros asientos están en la última fila así que atravesamos todo el avión. Por el camino hemos oído que en nuestro vuelo anterior había treinta y dos pasajeros que embarcaban en este nuevo vuelo, así que nos han esperado con razón. Suerte de ser tantos. Cuando llegamos a nuestros asientos nos asisten tres azafatas distintas ayudándonos con nuestras bolsas y repartiendo bien de toallitas refrescantes, estamos sudando hasta por sitios que no sabíamos que se podía sudar.

Finalmente nos relajamos en nuestros asientos y nos dejamos llevar hasta Osaka.

Los nervios nos acompañan todo el vuelo y durante los tres cuartos de hora que pasamos en inmigración. Nosotras lo hemos conseguido... ¿pero lo habrán hecho nuestras maletas? Una siempre es previsora y a la ida lleva siempre dos o tres mudas en la mochila, por lo que pueda pasar... pero una de nosotras por no llevar no llevaba ni unas bragas si la maleta no llegaba a destino.


Ya estamos en Japón pero todavía con trámites por hacer antes de abandonar el aeropuerto. Lo primero que hacemos es presentar nuestra reserva en el mostrador de JAL para que nos entreguen el pocket wifi que hemos contratado con Japan Wireless. Lo contratamos con bastante antelación y había un pequeño descuento por hacerlo con tanto tiempo. El aparatito es como un módem al que puedes conectar todos tus dispositivos. El internet es ilimitado y funciona bastante bien. También te incluye una batería portátil por si tienes la necesidad de cargarlo. Nosotras lo cargábamos todas las noches y nunca se le acabó la batería, aunque había días que llegaba justito justito al hotel.

Nos hemos conectado al wifi del aeropuerto mientras esperábamos en la cola de inmigración, así que dejamos la puesta en marcha para mas adelante y nos vamos a un cajero del 7bank a sacar efectivo con nuestras revolut. Sacamos 10.000 yenes cada una (con 110 de comisión del cajero) y aparte sacamos 30.000 mas para el bote en común.

La siguiente parada está fuera, así que caminamos hasta salir del edificio y... buff, primera bofetada de calor. ¿Quién decía que no fuésemos a Japón en agosto? Toda la razón, evitadlo si podéis. Son las 8 de la tarde, es ya noche cerrada y pisar la calle se siente como entrar en el recinto de una piscina climatizada. Empezamos a sudar casi al instante.

Nos acercamos a las máquinas de los trenes y aquí realizamos dos movimientos: canjeamos los billetes para el tren Haruka que nos llevará hasta Kioto y compramos nuestras tarjetas ICOCA. Recargamos directamente 5.000 yenes cada una y ahora si, nos bajamos al anden del Haruka.

Primer momento de emoción del viaje: una de nosotras es fan de Hello Kitty, así que imaginad los saltitos que daba cuando vio que el tren entero estaba tematizado de la gatita. La verdad es que estaba plagado de detalles, una delicia para los amantes de Sanrio.


El tren está allí ya cuando llegamos y unos diez minutos antes de la partida nos dejan subir y acomodarnos. Dejamos nuestras maletas en la zona para equipaje y nos vamos a sentar, aprovechando el trayecto para poner en funcionamiento el pocket wifi. El trayecto del aeropuerto de Osaka hasta la estación de Kioto dura 75 minutos, pero la emoción de estar al fin en Japón hace que se nos haga muy corto.

Al salir de la estación, buff, otra bofetada de calor. Pronosticamos ya que va a ser duro.

Por suerte, nuestro hotel, el Elcient Kyoto está literalmente a dos minutos caminando de la estación, todo un acierto. Hacemos check in super rápido y me entregan un paquete que días antes había comprado en el Centro Pokémon online para que lo entregasen al hotel en el día de nuestra llegada. Nuestra habitación está en el anexo y habiendo reservado con tiempo, conseguimos una triple, que en Japón no abundan.


Nos damos unos minutos para abandonar las maletas y explorar la habitación y antes de que se haga mas tarde bajamos al 7/11 que hay justo al lado del hotel para nuestra primera cena nipona. Elegimos como no unos onigiri, algo de pollo frito, varios snacks y unas bebidas para el desayuno. En total 2.231Y que nos solucionan la cena y el desayuno del día siguiente.

Mientras hacemos turnos para asearnos y vamos cenando, aprovecho para contactar a Haruki, nuestro guía voluntario del que os hablaré en la siguiente entrada, que esta ya se ha hecho bastante larga.

Nos ponemos los pijamas del hotel y hora de ir a la cama, que en los vuelos no hemos logrado dormir nada. ¡Oyasuminasai!

---