Una de las zonas del lagoon de Moorea más visitada esta frente a la playa de Les Tipaniers. Se trata del Banc de Sable, un alto fondo arenoso a unos 350 metros de la costa, donde se hace pie y en el que se concentra gran cantidad de rayas, pequeños tiburones y otros peces.
Como todo este tipo de atracciones turísticas, tiene sus horas de masificación. En este caso es por la llegada de multitud de barcos, muchos de los cuales tienen el fondo de cristal, así que no se necesita lanzarse al agua para ver a los peces.
Desde estos barcos se lanza carnaza para atraerlos en multitud, con lo cual es un poco como la hora de echarle el pienso al ganado. Estas prácticas son bastante cuestionadas, por cuanto el banco de arena se supone área protegida.
De todo esto fuimos advertidos cuando contratamos con antelación el alquiler del kayak. Nos recomendaron ir temprano, para evitar la avalancha de barcos y también los vientos, que suelen aumentar según avanza el día.
Como también queríamos ir hasta los islotes (Motu, en polinesio) Tiahura y Fareone, nos insistieron que el recorrido lo hiciéramos siempre en sentido contrario a las agujas del reloj, para llevar siempre la fuerte corriente a favor y empezando por el Banc de Sable. Era bastante frecuente tener que ir a recoger a gente agotada de remar contracorriente o que terminaban bastante alejados del sitio de donde habían salido.
Cuando llegamos al banco de arena, había unas pocas de embarcaciones pequeñas y kayaks. Estuvimos allí como una hora. No había demasiados peces, pues ya están habituados a aparecer junto con los barcos de turistas, sinónimo de comida abundante, pero de esta manera todo resulta mucho más natural.
Con la GoPro que alquilamos estuvimos grabando y fotografiando, especialmente a las rayas y los tiburones, pues los peces no eran muy abundantes. No vimos tortugas, que aparecen con menos frecuencia.
En otros lugares en que hemos hecho actividades similares a ésta, como en República Dominicana o Belice, íbamos acompañados de guías. Aquí nos resultó extraño que, aún siendo los tiburones inofensivos, no hubiera vigilancia de ningún tipo. Esto hace que la gente pueda tocar a las mantas para que se levanten del fondo y poderlas grabar mejor.
Este vídeo resume lo que vimos en el banco de arena
Desde aquí nos fuimos hacia el islote Tiahura, donde dejamos el kayak en la orilla y estuvimos un buen rato haciendo snorkel en el arrecife, con una corriente que obligaba a nadar continuamente. En toda esta parte del recorrido estuvimos completamente solos.
Después remamos hacia la parte norte del Motu Tiahura y pasamos por el canal que separa los dos islotes. Aquí uno se puede bañar en unas aguas muy somera sin apenas corriente
Finalmente, con la corriente a favor, retornamos a la playa de Les Tipaniers. Estuvimos unas cinco horas haciendo todo este recorrido, que nos resultó de lo mejor en La Polinesia.