Dejamos la Plaza Syntagma y continuamos viaje hasta la Iglesia Soteira Lykodemos, en la calle Filellinon.
Es la mayor iglesia bizantina que se conserva en Atenas y sirve a la comunidad ortodoxa rusa de Atenas. La estructura actual se construyó en el siglo XI y durante el asedio griego a la Acrópolis resultó gravemente dañada por una bala de cañón disparada por los defensores otomanos. En 1847, el Zar Nicolás I se ofreció a comprar la iglesia para prestar servicios religiosos a la comunidad rusa de Atenas y el gobierno griego aceptó esta propuesta, con la condición de que la iglesia existente fuera restaurada a su estado original. Su planta es la de una iglesia en cruz inscrita, típica del periodo bizantino medio, con una cúpula que descansa sobre una base octogonal. En el exterior del edificio se contemplan motivos decorativos pseudocúficos (imitación de la escritura árabe).
[align=center]IGLESIA SOTEIRA LYKODEMOS DE ATENAS
Es la mayor iglesia bizantina que se conserva en Atenas y sirve a la comunidad ortodoxa rusa de Atenas. La estructura actual se construyó en el siglo XI y durante el asedio griego a la Acrópolis resultó gravemente dañada por una bala de cañón disparada por los defensores otomanos. En 1847, el Zar Nicolás I se ofreció a comprar la iglesia para prestar servicios religiosos a la comunidad rusa de Atenas y el gobierno griego aceptó esta propuesta, con la condición de que la iglesia existente fuera restaurada a su estado original. Su planta es la de una iglesia en cruz inscrita, típica del periodo bizantino medio, con una cúpula que descansa sobre una base octogonal. En el exterior del edificio se contemplan motivos decorativos pseudocúficos (imitación de la escritura árabe).
[align=center]IGLESIA SOTEIRA LYKODEMOS DE ATENAS
Desgraciadamente, estaba cerrada y sin horarios de apertura a la vista por lo que continuamos el trayecto paralelos a los Jardines Nacionales de Atenas hasta llegar al templo de Zeus Olímpico u Olimpeion.
El templo de Zeus Olímpico es el más colosal de Grecia y uno de los más grandes de la Antigüedad: tenía 110 metros de largo y 43 de ancho, con columnas que superaban los 17 metros (el equivalente a un edificio de seis plantas). Ahora solo quedan en pie 15 columnas, pero tenía 3 filas de 8 columnas en las 2 fachadas y 2 filas de 20 en los lados, con un total de 104 columnas. Se comenzó su construcción en 515 a.C., pero durante los años de la democracia ateniense el templo fue dejado incompleto porque se pensó que atentaba contra la hybris (concepto estilístico griego que significaba "desmesura") construir a tal escala descomunal. En 86 a.C., después de que las ciudades griegas cayeran bajo dominio romano, el general Sila llevó 2 columnas a Roma para adornar el templo de Júpiter en la Colina Capitolina. En el siglo II d.C se retomaron los trabajos por el emperador Adriano, un gran admirador de la cultura griega, quien finalmente lo llevó a su conclusión en 129. No se sabe cuándo fue destruido el edificio, pero, como muchos edificios grandes de Grecia, es probable que ocurriera debido a un terremoto en la Edad Media. La mayor parte de sus ruinas se usaron como materiales de construcción.
Puesto que hay que adquirir entrada para acceder al recinto (incluida en la entrada combinada comentada con anterioridad), nos limitamos a verlo desde el exterior de las verjas. Si desde la distancia la altura de las columnas todavía existentes y en pie da bastante respeto supongo que en la cercanía la sensación de majestuosidad será aún mayor. Junto a esta zona se encuentra el Arco de Adriano.
El arco de Adriano es un arco monumental similar a un arco de triunfo romano que se sitúa a 325 m de la Acrópolis y posiblemente se erigiera para celebrar el adventus del emperador romano Adriano. Está construido del mismo mármol pentélico que se empleó en el Partenón y se yergue con sus 18 metros de altura y aproximadamente metro y medio de ancho, en forma de arco de medio punto sosteniendo la triple porticada dividida por columnas de estilo corintio. Este arco separaba la antigua ciudad griega, también conocida como «Ciudad de Teseo», de la nueva estructura urbanística romana concebida por el emperador Adriano. 2 inscripciones así lo indicaban: la de la cara oeste que mira hacia la Acrópolis decía «Esta es la antigua ciudad de Teseo», en la de la cara este que miraba hacia el templo y la ampliación de la ciudad realizada por Adriano decía: «Esta es la ciudad de Adriano y no de Teseo».
Desde el arco se divisa en lontananza la Acrópolis, que visitaremos por la tarde, así como la linterna de Lisícrates, que veremos en un rato. De camino pasamos por la Iglesia Agia Ekaterina, en la calle Chairefontos 10.
Es una de las pocas iglesias bizantinas que se pueden encontrar en la ciudad y que esté abierta regularmente. Tiene la peculiaridad de estar asentada por debajo de lo que es la calzada, es decir está más baja, por lo que hay que descender unos escalones para acceder a una especie de plaza donde está la iglesia y una zona pequeña ajardinada. En el interior destacan los iconos ornados en marcos de mármol blanco y en el patio de la iglesia hay restos de edificaciones de época romana (una stoa).
Desgraciadamente, no pudimos contemplar su belleza interior porque, entre que había una boda y aquello estaba atestado de invitados de punta en blanco y que había un cartel en la puerta que no se permitía el acceso con pantalón corto, no pudimos entrar y salimos huyendo en dirección al siguiente hito del trayecto: el monumento a Lisícrates.
Fue levantado en honor del corego Lisícrates. El corego era el ciudadano que costeaba las representaciones musicales y en el caso de Lisícrates ganó el primer premio en el teatro de Dionisos con una actuación de un coro masculino. Consta de un pedestal cuadrado sobre el que se encuentra un monumento cilíndrico de unos 10 metros. Estas 2 piezas sirven de base para el tejado de mármol sobre el que se encontraba un trípode de bronce que fue el premio que ganó Lisícrates. Posee un friso esculpido sobre el que se puede apreciar una escena en la que el dios Dioniso convierte a los piratas en delfines.
La linterna de Lisícrates está como en un vallado de libre acceso pero, personalmente, no causa una buena impresión porque hay vegetación en desorden y parece como medio abandonado, como si no hubiera mantenimiento del lugar. Nos pilla de paso en dirección al Ágora Romana porque si no lo calificaría de prescindible.
En este punto ya nos hemos agenciado un delicioso helado que ayuda a mitigar el calorín que nos viene acompañando desde la Plaza Syntagma. Caminamos ya por el barrio ateniense de Ana-fiotika y pasamos por delante de la Iglesia Agios Nikolaos Rangavas, en la calle Prytaneiou.
Esta iglesia fue construida en la primera mitad del siglo XI por la familia Rangavás que poseía un conjunto palaciego al cual pertenecía la iglesia y tomó su nombre de Leon Rangavas, su propietario en aquella época. La tradición dice que la campana de esta iglesia fue la primera en sonar tras la liberación de Atenas de la ocupación alemana el 12 de octubre de 1944.
Entre pitos y flautas ya se va echando la hora de comer encima y como nos queda alguna cosa más por ver y no tengo noticias de que su interior aporte alguna cosa más que no hayamos visto en una iglesia anterior, artísticamente hablando, pues pasamos por delante mientras se van abriendo calles y más calles con restaurantes y terrazas donde empieza el asalto al turista para que se sienten y degusten los manjares de su establecimiento. Huimos como de la Gorgona y vamos bajando de nuevo dirección Monastiraki.
Lo que sucedió a continuación será objeto de relato en la siguiente etapa.