Efectivamente la idea que teniamos de Nashville nos hizo reservar dos noches por lo que como dice el titulo de la entrada nos encontrabamos atascados en Nashville con sus ordas de zombies cowboys.
Dios mio porque me haces esto....
Asi que nos tomamos el dia de relax. Aprovechamos la mañana donde mas o menos unos se podia mover para visitar unas cuantas cositas de la ciudad y la tarde para descansar en el hotel. Aprovechamos la tiendecita hipster del hotel para cogernos un mini desayuno para llevar y empezamos la ruta.
Llegamos al centro con su resaca de la noche anterior, contrastaba el sol con la basura de las calles. El festival empezaba a despertarse, prepando el dia que iba a acontecer. Los olores persistian en nuestras napias. Nos acercamos al museo de Johnny Cash que descartamos por acumulacion. Pero entramos el lobby y miramos merchandising.
De ahi nos acercamos al John Seigenthaler Pedestrian Bridge desde donde se veia el rio Cumberland partiendo la ciudad. El estadio a un lado, el complejo del festival por todos lados y las esculturas de arte moderno como el Ghost Ballet For The East Bank Machineworks.
Luego nos acercamos a Printer’s Alley antaño zona de editoriales y periodicos y luego zona de entretenimiento, llena de locales y baretos.
Seguimos moviendonos y llegamos hasta su antiguo capitolio y el Musicians Hall of Fame and Museum con sus paredes forradas con entradas de conciertos.
Para acabar la mañana con el plato fuerte que no era ni mas ni menos que el Country Music Hall of Fame and Museum. Un increible museo sobre la musica country, lleno de merchandising, fotos, musica y con su Hall of Fame, una especie de panteon, lleno de placas que impresiona.
Y sigo rindiendole homenaje a Kris Kristoferson...Pelos de punta
E intente visualizar mi carrera como cantente country, pero los canallas no me dejaron ni poner mi nombre en el hall of fame
Lamentablemente debido al festival no pudimos ver los estudios de RCA, ya que el autobus que nos llevaba desdel el museo a los estudios no se podia mover al estar todo cortado. Asi que nos devolvieron esa parte del dinero. Ya con hambre nos acercamos a Hattie B’s Hot Chicken, un emblematico garito para probar el pollo picante de Nashville.
Tras la comida volvieron las ordas, asi que nos refugiamos en el hotel toda la tarde para descansar, y cenamos en el japo hipster del mismo hotel. Al salir nos dedicamos a mirar luciernagas, que simple es todo cuando no has de trabajar y estas de vacaciones.