Cuando te levantas por la mañana, abres las cortinas y esto es lo que ves, te das cuenta de lo afortunado que eres.


Pero no tiempo que perder, hay que intentar aprovechar al máximo lo que nos queda en esta maravilla de lugar. No eran las siete y ya estábamos desayunando, mientras continuábamos navegando para descubrir otra cara de la bahía, recreándonos con la belleza de los cientos de islotes que la adornan.



En realidad, no hay nada significativo que te haga distinguir si estás en Lan Ha Bay o Halong Bay, nada indica si entras o sales, más allá que te lo diga tu guía, los paisajes son prácticamente idénticos. Centenares de islotes de piedra caliza que emergen del mar hacia el cielo como pináculos de catedrales. Estamos ante un paisaje efímero, los efectos de la erosión son palpables.


Llegamos al punto donde vamos a dar nuestro último paseo en kayak, visitamos varias grutas que daban acceso a lagunas escondidas. Hoy hay más gente de otros cruceros haciendo kayak por aquí, pero en absoluto es agobiante, las lagunas son muy grandes y puedes buscar tu rincón de pensar. También es más fácil hoy la navegación en kayak, no hay corrientes enemigas. Y otra diferencia más, hoy ya empezamos a ver algo de basura en el agua.


Casi dos horas después nos volvemos al barco, lo hemos disfrutado mucho, una experiencia muy chula y continuamos navegando hasta que llegamos a unas playas en las que nos encontramos algún pescador local y nosotros. Es tiempo de nadar, de tirarse desde la cubierta o de beberse una cerveza y disfrutar del lugar.


Laberintos de playas e islotes



Comemos y regresamos al punto de encuentro con el barco de CAT BA VENTURES en el que nos intercambiaremos con la gente que dormirá hoy en la bahía. Antes de cambiar de barco, liquidamos la cuenta que básicamente han sido cervezas. Y poco a poco vamos regresando al muelle desde el que salíamos ayer, allí nos espera el autobús que nos acerca a la sede de la agencia, donde nos despedimos del guía y de los compañeros, cada uno sigue su camino.
Nos hemos quedado muy satisfechos con el crucero, con las actividades, con haber salido desde Lan Ha Bay y es que nos parece la alternativa perfecta a Halong Bay, mantiene su esencia evitando las aglomeraciones de barcos, de gente y de basura. Éste era uno de los highlights del viaje y no nos ha defraudado para nada, al contrario, nos ha encantado conocer este caos de islotes y playas. Muy recomendable para nosotros este crucero y esta compañía.
Fisgoneamos por el mercado, que está junto a la agencia, compramos algún recuerdo y a las 16:00 en punto el autobús viene a por nosotros, pasamos por diferentes hoteles a recoger a más gente y nos lleva a al lugar donde, en vez de embarcar el autobús en el ferry, los pasajeros nos montamos en un lancha rápida que nos lleva en pocos minutos a la orilla contraria, donde nos está esperando el autobús que nos conducirá hasta Hanoi.
Como es habitual, al subir al autobús, te dan una botella de agua por persona y te preguntan por la ubicación de tu alojamiento en Hanoi. El trayecto hasta allá, duró unas cuatro horas y media y a mitad de camino hizo una parada de 15 minutos para ir al baño, comer algo, etc. Se nos hizo muy corto este trayecto, porque coincidimos con una chica española que reside en los Países Bajos, insultantemente joven e insultantemente políglota, que viajaba sola y que tenía ganas de charlar, así que nos pasamos todo el viaje de cháchara, hablando de viajes pasados, proyectos de futuro, muy maja ella.
Nos despedimos, ella se baja en la sede de la agencia para continuar viaje hasta Sapa, y nosotros tenemos que llegar hasta nuestro hotel. Aquí ya empezamos a ver que el tráfico de Hanoi, no tiene nada que ver con lo visto hasta ahora. La llegada al Old Quarter fue impactante (nos recordó mucho a la India), cientos de personas haciéndose selfies en medio de la calle para salir de fondo con un edificio de moda, motos, tuktuks, coches y nuestro pedazo autobús allí completamente atascados, pero al final y sin saber muy bien cómo, todo acaba fluyendo. Nos dejan a 30 metros de nuestro hotel, hacemos el chek-in y salimos a la calle a tomarle el pulso a la capital de Vietnam.
Habíamos visto que uno de los locales que llevábamos apuntado (también nos lo recomendaron en el hotel), el Pho 10, con estrella michelín, nos quedaba muy cerquita, así que allí fuimos, había una cola importante pero iba muy rápido. Aquí todo el mundo viene a tomar la famosa y tradicional sopa vietnamita y además puedes ver como la preparan al instante, es por eso que en 10-15 minutos desde que sientas lo normal es que hayas terminado, pagado y dejes el sitio libre. Nos pareció muy rica y sabrosa y pagamos menos de seis euros por dos Pho y dos cervezas grandes. Muy recomendable.

Luego dimos una vuelta para ver el lago Hoan Kiem iluminado y nos fuimos al hotel a dormir.

De esos días que te dejan buenos recuerdos; despertándote con la serenidad de Halong Bay, y terminando el día en medio de un bullicio increíble de gente en el barrio antiguo de Hanoi. Me gusta esta ciudad
El Babylon Premium Hotel&Spa, es un hotel de cuatro estrellas con todas las comodidades. Nos recibieron con toallitas frescas y zumo de mango y agua en la habitación. El hotel está excelentemente situado, en pleno Old Quarter, (pero no es ruidoso, al menos nuestra habitación no lo era) a escasos cinco minutos del lago Hoan Kiem. Tiene un desayuno buffet muy completo, el personal es muy amable, la habitación tiene un tamaño suficiente y el colchón y las almohadas muy bien. Un hotel muy recomendable.