Amanece un nuevo día y el sonido del despertador nos pone en marcha. He dormido como un ceporro y, sinceramente, ya no recuerdo cuándo sucedió esto la última vez. Parece que el modo zen está dando resultados…
Hoy toca día de navegación porque en el itinerario de esta semana así está estipulado pero, por ejemplo, la semana próxima, a estas horas, el barco estará atracado en el puerto de Marsella. Por tanto, a estas alturas estamos navegando rumbo a la Spezia en una zona intermedia entre España y Francia.
[align=center]ESTADO DE LA NAVEGACIÓN DEL ALLURE OF THE SEAS
Hoy toca día de navegación porque en el itinerario de esta semana así está estipulado pero, por ejemplo, la semana próxima, a estas horas, el barco estará atracado en el puerto de Marsella. Por tanto, a estas alturas estamos navegando rumbo a la Spezia en una zona intermedia entre España y Francia.

Nos preparamos para ir a desayunar y nos damos cuenta de que el barco se mueve y no ligeramente. Es conocida la inestabilidad que se produce cuando se acerca uno al área del golfo de León pero en un barco de estas dimensiones, dotado de estabilizadores, no debería notarse. Caminamos por el pasillo y vamos haciendo eses y, en ese momento, por megafonía el capitán da un discurso que luego traducen al español por el cual se nos informa de que va a estar la mañana movidita por culpa de un tema de la influencia de bajas presiones y bla, bla, blá… Que se utilicen los pasamanos para los desplazamientos a bordo y que se extremen las precauciones para evitar caídas. ¡Qué alegria, qué alboroto, otro perrito piloto…!
Hoy teníamos idea de haber ido a desayunar al restaurante principal para probar el brunch de Royal Caribbean pero como lo han suprimido pues nos volvemos a acercar al bufé Windjammer. Encontramos mesa con facilidad y nos servimos, teniendo cuidado con el balanceo, unos buenos platos para pasar la mañana.

Tras el desayuno salimos a cubierta y nos encontramos que el día está nubladete, con bastante viento pero con una temperatura soportable. Hoy, para llenar la agenda, hay bastantes actividades por lo que examinamos el cruise compass para ver en qué se nos ocurre llenar la mañana porque tampoco tenemos nada preconcebido pensado. Observamos que antes del mediodía hay un concurso de preguntas y respuestas relacionadas con música “Nombre la Melodía™: Canciones con Color” y decidimos asistir al mismo. Para llenar el hueco, hasta entonces, decidimos recorrer algunas zonas del barco por las que aún no hemos transitado y así vamos haciendo hambre por si cae un tentempié con posterioridad.

El Ultimate Abyss es un tobogán en seco que comienza su recorrido en la cubierta 16 y acaba en el Boardwalk, en la cubierta 6. La naviera lo describe de semejante forma: Hay un lugar en el que solo vuelven los más audaces y valientes. Acércate al borde. Échale un vistazo a la oscuridad. Escucha la llamada de lo desconocido. Tras lanzarte a la aventura, no hay vuelta atrás. Deslízate a toda velocidad por 10 cubiertas para sumergirte en los misterios del tobogán más alto de alta mar. ¿Tienes lo que hay que tener o te quedarás sin gozar del impresionante tobogán Ultimate Abyss. Estatura mínima: 1,11 metros y peso máximo 136 kg.
No nos llama mucho la atención, la verdad, por lo que no le hemos probado así que no puedo dar mi opinión al respecto y tampoco hemos visto largas colas para usarlo a lo largo de la semana.
Podríamos traducir esta atracción como el “último abismo” pero realmente sería “el abismo definitivo”. Esto me recuerda, a principios de los 90, cuando TELE 5 empezó a programar el Pressing Catch o lucha libre norteamericana y a una de las estrellas de entonces, el “Ultimate Warrior”, le llamaban “el Último Guerrero” por un error, buscado o no, de traducción. O cuando al luchador “Earthquake” le llamaban “Terremoto Earthquake” (Terremoto Terremoto, en puridad). Un deportivo saludo al gran Héctor del Mar allá donde se encuentre….
Otra zona que tiene su gracia es la subida y bajada de los ascensores de proa y popa porque en el hueco entre babor y estribor hay decoración variada que se hace más vistosa si haces la tirada entera arriba abajo o abajo arriba sin interrupciones desde el propio ascensor.

Llega la hora del concurso y nos vamos al espacio On Air, en un lateral de la Royal Promenade, donde se hace el karaoke todas las noches. Cuando llegamos pillamos de milagro unos asientos porque aquello ya está de bote en bote y son las 11 y poco de la mañana. Aparece la animadora brasileña, Georgina, a la que veremos más veces durante la semana presentando concursos, fiestas y espectáculos y pregunta de dónde somos. Abrumadora mayoría de estadounidenses, una ruidosa congregación de canadienses y por la parte europea, ingleses, y nosotros haciendo patria. Por supuesto, ya tuvo que sacar alguien los pies del tiesto y decir a continuación, al solicitar de otras partes del mundo, “¡British!”, como si las Islas Británicas estuvieran enclavadas geográficamente en un punto equidistante entre Papua Nueva Guinea y el sultanato de Brunei.
El concurso en cuestión consiste en escuchar el comienzo de una canción, en cuyo nombre o letra se incluye un color, y adivinar tanto cantante como nombre de la canción. Cada aspecto acertado suma un punto y gana quien acumula más de ellos de las quince canciones puestas en liza.
Comienza el concurso y se suceden los temas. Algunos son fáciles, la mayoría no tanto y algunos no los conoce nadie. Se suceden las canciones y la suma de puntos y al final gana un equipo canadiense. Nosotros, ni chicha ni limoná, quedamos en la mitad de la tabla.

Dejo por aquí mi discurrir en el concurso. Como supongo que irán variando la selección de temas o cambiando el orden, sirva para tener una orientación de las canciones y si ponen lo mismo pues le servirá de algo para que el vaya a viajar en el futuro.
Como el esfuerzo neuronal nos ha abierto el apetito subimos a la cubierta 15 a tomar un refrigerio. El mar sigue estando picado y el transitar requiere cuidado y paciencia para seguir una línea recta más o menos clara. Allí se encuentra El Loco Fresh, donde sirven comida mexicana. A una isla con salsas y componentes como guacamole, jalapeños o pico de gallo se le une un autoservicio de ingredientes para hacerte unos tacos y con complementos como nachos con queso o burritos ya confeccionados.

Aquí también hay tijeretazo comparado con otros Loco Fresh experimentados anteriormente: no hay opción dulce como esas tarrinas de tres leches tan apetitosas o que sólo hay una variedad de burritos disponibles en vez de pollo y ternera, que es lo habitual. Esto empieza a ser dinámica y no casos aislados….
Pillamos un burrito, unas carnitas con tortillas, nachos y queso fundido y nos sentamos en la terraza a dar buena cuenta de ello, acompañados de rica limonada y fruit punch de la máquina exterior de agua saborizada. ¡Dándole al guacamole a las doce del mediodía de un martes cualquiera…! ¡Esto es vida!
Tras el aperitivo y puesto que al lado hay unas mesas de ping pong nos acercamos aprovechando que están vacías. Al comenzar a jugar ya vemos el porqué: no hay manera de disputar un punto en condiciones porque es una zona expuesta al viento y las rachas existentes se llevan la pelota a cualquier sitio menos a la mesa. Desistimos, por tanto.
De lo que acaeció a lo largo del resto del día se lo contaré en la próxima y divertida etapa.[/align]