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Día 18. Llegada a Pakse
El paseo en bus nos ha llevado unas cuantas horas y para cuando llegamos solo tuvimos tiempo de dar un paseo por el pueblo, que, a mi parecer, no es demasiado bonito. Fuimos a visitar una pagoda donde acababan de terminar las clases sus jóvenes monjes y con los que estuvimos de charla bastante tiempo.
Hoy hemos decidido hacer un pequeño loop de 2 días por la Meseta de Bolaven. Estamos emocionadas las tres!
Día 19. De Pakse a Tad Lo en moto
Ya motorizadas y habiendo dejado las mochilas grandes en donde alquilamos las motos, nos pusimos en marcha hacia el este con la idea de ir parando en las diferentes cataratas que hay.
En alguna ocasión llegar a ellas no fue fácil debido a la gran cantidad de barro que había y de lo espantosamente resbaladizo que era. Simplemente caminando caías… Pero valieron todas la pena, a pesar de tener que pagar en algunas de ellas (en las que no fue simplemente porque no estaba el cobrador). En una nos dimos un baño que nos sentó de vicio!
Aunque teníamos previsto solo ver unas pocas, al final paramos en todas hasta llegar a Paksong, donde teníamos previsto hacer noche. Pero todavía nos quedaban algunas horas de luz y ese pueblo no era nada atractivo así que cambiamos de planes y nos fuimos hasta Tag Lag.
Este recorrido fue, tal vez, el más bonito. Pasamos por un montón de cafetales y había muy poco tráfico. Decir que son muy respetuosos con las motos y que ellos acostumbran ir bastante despacio por normal general.
Llegamos a Tag Lag todavía de día y fuimos a buscar donde dormir. Aquí había unos cuantos sitios con bungalows y vimos que era sitio de encuentro de viajeros. Allí nos volvimos a encontrar, por tercera vez, a una pareja que llevan meses viajando por Asia (qué envidia!).
Después de una buena cena, nos fuimos a dormir a nuestro sencillo bungalow para recuperar fuerzas!
Día 20. De Tad Lo a Pakse
Muy temprano salimos para dar una vuelta por los alrededores y ver las cascadas, aunque bonitas, no nos emocionaron mucho después de haber visto todas las de ayer, así que después de despedirnos de nuestra compañera de viaje los últimos días, nos dirigimos de vuelta a Pakse.
En este tramo teníamos previsto hacer solo una parada en un cafetal, donde te hacen una visita guiada y puedes probar un muy buen café recién hecho.
Al llegar a Pakse antes de lo previsto, decidimos coger el autobús directo a las 4.000 islas. Lo de “autobús” es un decir, ya que es la parte de atrás de una furgoneta. El trayecto es muy bonito, por lo que yo agradecí estar ahí y relajarme viendo todo ese campo maravilloso mientras se ponía el sol.
Me gustó mucho este trayecto, además de ir en la camioneta con unos niños tímidos pero encantadores y hacer unos pocos juegos con ellos.
Al llegar al pueblo desde donde cogimos la barca que nos llevaría a las islas, fue genial. Yo ya me sentía relajada antes de cruzar el río solo pensando en lo que iba a venir!
Cruzamos el río ya casi noche cerrada y la sensación era todavía más relajante. Al llegar allí nos quedamos en el primer sitio que vimos, estábamos cansadas y para pasar una noche nos iba a valer, mañana veremos otros sitios mejores y con terrazita. Ahora toca descansar de todo el día de traslado (moto, camioneta y barca).
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