El día comienza temprano, pues aunque nuestro vuelo era a las 17:10h. Estábamos en Málaga, así que cogimos con tiempo billetes para el Ave, y nos salió a 46 € por barba ida y vuelta (buscad los horarios y asientos en oferta).
Nuestro Ave salía a 9:00, así que temprano a la estación de María Zambrano.
Nunca habíamos viajado en Ave, era una novedad para nosotros, de modo que a pesar de ser un inconveniente el tener que coger el vuelo desde Madrid, suponía también una nueva experiencia el conocer la alta velocidad de Renfe.
Así fue, es impresionante, apenas te das cuenta y ya tienes la mitad de trayecto recorrido, entre visitar el bar y un paseo por el tren.
Lleva una velocidad media de 260 Kms/h, y en momentos puntuales alcanza los 300 Kms/h.
Llegamos a la estación de Atocha en Madrid a las 11:45 h unos 5 minutos antes de lo previsto, puntualidad también.
Y ahora, tocaba informarse y buscar el cercanías que te lleva a Barajas T-4, el único inconveniente que empecé a notar es tirar de la maleta, tren arriba, tren abajo. Esto no se tiene en cuenta cuando planificas con tanta ilusión el itinerario, o si lo tomas en cuenta, no le das la importancia que luego ves que tiene; con deciros que las maletas las hemos tirado destrozadas, tras terminar nuestro viaje...
Por lo que me apunto para la próxima, que no merece la pena ahorrarte unos euros buscando vuelos a tras mano, y tanto transbordo, o transporte económico; pues ahora se que pagaría algo mas por ir cómodo en un transfer concertado y en un vuelo sin enlaces.
Una vez en la T-4, ahora toca tomar el bus gratuito hasta la T-1, de salidas internacionales.
Primera anécdota, bajamos del bus y entramos en la terminal, comenzamos a caminar buscando los puntos de facturación, y paramos en los aseos.
Entran las féminas primero, y al salir para que entremos los varones, mi mujer me dice: ¿y mi bolso?.
El corazón se me puso a 200%, pues allí no estaba, ¡¡¡el autobús me lo he dejado en el autobús...!!!; y aya que salgo por patas corriendo a la parada del autobús, pensando:” hace ya casi 15 min. que bajamos, es imposible que lo pille allí....”
Finalmente llego y veo tres buses iguales, deducción, el mas adelante debe ser, rápido como un cohete voy al conductor y le digo: “viene de la T-4, nos hemos dejado un bolso”. Y me dice, ¡¡¡ ah sois vosotros los del bolso... vete al de delante..”
Al parecer nuestro bus estaba apartado de la línea y a la espera, con su conductor con un walkie. Le digo lo que ha pasado y me explica: “ cualquier bolso que se quede solo, tenemos instrucciones de parar el servicio y avisar a seguridad del Aeropuerto, en prevención de posibles atentados”....
Me salvó la seguridad, ¿qué os parece?, yo pensaba que el viaje a Londres ya se había perdido igual que el bolso, pues en el estaba la documentación de mi mujer... jejeje
Bueno risas y descarga de adrenalina con un tente en pie y una buena birra pa echa pabajo el susto.
El vuelo fue sin novedad, y la llegada a Gatwick sorpresa, el control de seguridad de entrada, tremendo,,,, parecía la final de la Champión anunciando entradas gratis...
A pesar de la apariencia, solo tardamos una hora, eran muchos puestos funcionando a la vez..
Ahora recogimos las maletas, una de ellas dañada, y nos dirigimos a la terminal de trenes y como os comentaba, iba buscando el Southern con destino a Londres. Billetes ida y vuelta, dejando la vuelta abierta. (como os decía en el prefacio).
El tren tarda 45 min. en llegar a Londres, aun es de día, pero claro hay que comprar la Oyster, así que en la Terminal de la Estación Victoria, a sacar las tarjetas, con una cola también considerable y un operario que tenía una tranquilidad pasmosa, y un ingles muy peculiar...
Finalmente salimos hacia el metro, buscando nuestro hotel.
Segunda anécdota: Nuestro deambular con las maletas por el metro fue llamativo para los ingleses, que enseguida rompen con mis ideas preconcebidas, varios me dicen: “ peguense a la derecha por favor y dejen el paso libre” en los pasillos, en las escaleras mecánicas, todo parece estar bajo control menos nosotros...
Y ya el controlador de los andenes, al vernos agobiados por las maletas y mirando carteles, se me acerca, muy calmado y pausado, era indio el señor, y me pregunta: ¿hacia donde van ustedes?, claro, le digo: gracias amigo pero de momento me oriento, en fin que insiste en que le sigamos, yo sin estar muy seguro comienzo a seguirlo, toma atajos extraños y empiezo a mosquearme..., al final nos lleva hasta unos accesos para ascensores, que nos iban a ahorrar el tirar de las maletas por las escaleras mecánicas.
Os aclaro que los metros en Londres están muy profundos, mucho mas que en París o Madrid, a veces solo puedes acceder por ascensores, y estos tienen hasta 5 plantas, es tremenda la profundidad que alcanzan algunas líneas, sobre todo la azul de Picadilly.
Por fin llegamos al hotel, en la estación Caledonian Road; ya había anochecido y el cansancio se hacia notar, pero insisto a todos, 10 min y abajo, que vamos a ver Londres nocturno en nuestro primer día, no quería irme a la cama sin tomar conciencia que habíamos llegado a Londres.
Así que se fueron a paseo los planes iniciales, pues se nos había hecho tarde, pero no renunciamos a salir de nuevo, corriendo al metro (por favor estudiaros de antemano las principales líneas eso permitirá que podáis improvisar de este modo y lanzarte a cualquier objetivo que se te ocurra desde cualquier sitio), de nuevo transbordos, uno tras otro hasta llegar a Westminster, hasta acerté con la boca de salida del metro, que al salir a la calle nos encontramos delante nuestra al Big Ben iluminado, ¡¡¡¡guaaaaaa, impresionante, estamos en Londres !!!!!!.
Breve paseo por el Parlamento, Westminster Bridge, vistas y dirección hacia el London Eye, también iluminado, mucha gente por todos lados.
Cenamos en las inmediaciones, en un restaurante tipo oriental pero europeizado, es una cadena de restaurantes que se llama "Wagamama". (muy bueno todo).
Pendientes de la hora, que no nos cerrara el metro, regresamos por otro puente peatonal, que conecta directamente con la estación de Embankment, y de allí al hotel, ahora si a ducharse y descansar que mañana toca maaassss.
Nuestro Ave salía a 9:00, así que temprano a la estación de María Zambrano.
Nunca habíamos viajado en Ave, era una novedad para nosotros, de modo que a pesar de ser un inconveniente el tener que coger el vuelo desde Madrid, suponía también una nueva experiencia el conocer la alta velocidad de Renfe.
Así fue, es impresionante, apenas te das cuenta y ya tienes la mitad de trayecto recorrido, entre visitar el bar y un paseo por el tren.
Lleva una velocidad media de 260 Kms/h, y en momentos puntuales alcanza los 300 Kms/h.
Llegamos a la estación de Atocha en Madrid a las 11:45 h unos 5 minutos antes de lo previsto, puntualidad también.
Y ahora, tocaba informarse y buscar el cercanías que te lleva a Barajas T-4, el único inconveniente que empecé a notar es tirar de la maleta, tren arriba, tren abajo. Esto no se tiene en cuenta cuando planificas con tanta ilusión el itinerario, o si lo tomas en cuenta, no le das la importancia que luego ves que tiene; con deciros que las maletas las hemos tirado destrozadas, tras terminar nuestro viaje...
Por lo que me apunto para la próxima, que no merece la pena ahorrarte unos euros buscando vuelos a tras mano, y tanto transbordo, o transporte económico; pues ahora se que pagaría algo mas por ir cómodo en un transfer concertado y en un vuelo sin enlaces.
Una vez en la T-4, ahora toca tomar el bus gratuito hasta la T-1, de salidas internacionales.
Primera anécdota, bajamos del bus y entramos en la terminal, comenzamos a caminar buscando los puntos de facturación, y paramos en los aseos.
Entran las féminas primero, y al salir para que entremos los varones, mi mujer me dice: ¿y mi bolso?.
El corazón se me puso a 200%, pues allí no estaba, ¡¡¡el autobús me lo he dejado en el autobús...!!!; y aya que salgo por patas corriendo a la parada del autobús, pensando:” hace ya casi 15 min. que bajamos, es imposible que lo pille allí....”
Finalmente llego y veo tres buses iguales, deducción, el mas adelante debe ser, rápido como un cohete voy al conductor y le digo: “viene de la T-4, nos hemos dejado un bolso”. Y me dice, ¡¡¡ ah sois vosotros los del bolso... vete al de delante..”
Al parecer nuestro bus estaba apartado de la línea y a la espera, con su conductor con un walkie. Le digo lo que ha pasado y me explica: “ cualquier bolso que se quede solo, tenemos instrucciones de parar el servicio y avisar a seguridad del Aeropuerto, en prevención de posibles atentados”....
Me salvó la seguridad, ¿qué os parece?, yo pensaba que el viaje a Londres ya se había perdido igual que el bolso, pues en el estaba la documentación de mi mujer... jejeje
Bueno risas y descarga de adrenalina con un tente en pie y una buena birra pa echa pabajo el susto.
El vuelo fue sin novedad, y la llegada a Gatwick sorpresa, el control de seguridad de entrada, tremendo,,,, parecía la final de la Champión anunciando entradas gratis...
A pesar de la apariencia, solo tardamos una hora, eran muchos puestos funcionando a la vez..
Ahora recogimos las maletas, una de ellas dañada, y nos dirigimos a la terminal de trenes y como os comentaba, iba buscando el Southern con destino a Londres. Billetes ida y vuelta, dejando la vuelta abierta. (como os decía en el prefacio).
El tren tarda 45 min. en llegar a Londres, aun es de día, pero claro hay que comprar la Oyster, así que en la Terminal de la Estación Victoria, a sacar las tarjetas, con una cola también considerable y un operario que tenía una tranquilidad pasmosa, y un ingles muy peculiar...
Finalmente salimos hacia el metro, buscando nuestro hotel.
Segunda anécdota: Nuestro deambular con las maletas por el metro fue llamativo para los ingleses, que enseguida rompen con mis ideas preconcebidas, varios me dicen: “ peguense a la derecha por favor y dejen el paso libre” en los pasillos, en las escaleras mecánicas, todo parece estar bajo control menos nosotros...
Y ya el controlador de los andenes, al vernos agobiados por las maletas y mirando carteles, se me acerca, muy calmado y pausado, era indio el señor, y me pregunta: ¿hacia donde van ustedes?, claro, le digo: gracias amigo pero de momento me oriento, en fin que insiste en que le sigamos, yo sin estar muy seguro comienzo a seguirlo, toma atajos extraños y empiezo a mosquearme..., al final nos lleva hasta unos accesos para ascensores, que nos iban a ahorrar el tirar de las maletas por las escaleras mecánicas.
Os aclaro que los metros en Londres están muy profundos, mucho mas que en París o Madrid, a veces solo puedes acceder por ascensores, y estos tienen hasta 5 plantas, es tremenda la profundidad que alcanzan algunas líneas, sobre todo la azul de Picadilly.
Por fin llegamos al hotel, en la estación Caledonian Road; ya había anochecido y el cansancio se hacia notar, pero insisto a todos, 10 min y abajo, que vamos a ver Londres nocturno en nuestro primer día, no quería irme a la cama sin tomar conciencia que habíamos llegado a Londres.
Así que se fueron a paseo los planes iniciales, pues se nos había hecho tarde, pero no renunciamos a salir de nuevo, corriendo al metro (por favor estudiaros de antemano las principales líneas eso permitirá que podáis improvisar de este modo y lanzarte a cualquier objetivo que se te ocurra desde cualquier sitio), de nuevo transbordos, uno tras otro hasta llegar a Westminster, hasta acerté con la boca de salida del metro, que al salir a la calle nos encontramos delante nuestra al Big Ben iluminado, ¡¡¡¡guaaaaaa, impresionante, estamos en Londres !!!!!!.
Breve paseo por el Parlamento, Westminster Bridge, vistas y dirección hacia el London Eye, también iluminado, mucha gente por todos lados.
Cenamos en las inmediaciones, en un restaurante tipo oriental pero europeizado, es una cadena de restaurantes que se llama "Wagamama". (muy bueno todo).
Pendientes de la hora, que no nos cerrara el metro, regresamos por otro puente peatonal, que conecta directamente con la estación de Embankment, y de allí al hotel, ahora si a ducharse y descansar que mañana toca maaassss.