Nos parece mentira, pero la horita de mas que te da el cambio de horario, se nota, a pesar que estamos en pie a las 8:00h
Vamos al desayuno, y comienza la prueba de fuego de tu ingles.
Vocabulario muy concreto para cada detalle y claro, el gesto es un idioma internacional, termino entendiéndome con la camarera, para pedir cuatro cafés, cada uno de una forma y madre al gusto de cada uno. Teníamos bastante que elegir, embutidos fríos, quesos, patees, huevos, frutas, zumos, tostadas, pastelitos, croissant, magdalenas, tostadas, panecillos, bueno un buen surtido para los sentidos y los gustos, y una buena recarga de baterías para el día que nos esperaba.
De vuelta a la acción, nos dirigimos a la boca de metro, a 5 min, andando del hotel, y tomamos dirección Picadilly Circus.
Anécdota fue que en la famosa Plaza se encontraba una inusual concentración de “bobys” policías, que en un principio nos alarmó, pensando que algo había ocurrido, pero luego al acercarnos nos dimos cuenta que se trataba de policías en practica, que estaban recibiendo instrucciones de sus monitores en plena calle y a la vista del público que llenaba la Plaza.
Me informe de los Tours guiados en el foro, y decidí dejarme llevar por la experiencia de otros, al confiar en “Tour Londres en Español”, muy recomendable, con una variada oferta de tours, que una vez probado repetimos en dos ocasiones (ya vendrán).
De manera que el primer Tour que haríamos se iniciaba en Picadilly Circus, y era “Tour Londres Clásico”, sin tarifa fija, es decir gratis; tu decides a su final si deseas dar una rasca al guía o no.
En un principio planee el itinerario por nuestra cuenta, pues el foro abunda de ellos y de muy buenas recomendaciones, pero pensé que terminaríamos el Tour mas enriquecidos si alguien nos iba contando cada detalle que viéramos.
Una curiosidad que de otro modo no hubiéramos conocido, pasamos por una calle en la que se encontraban los principales Clubs privados de los caballeros ingleses, de clase alta o aristócrata, en los cuales solo absolutamente exclusivos.
Pues bien, el guía nos indicó el edificio que correspondía al Reform Club de caballeros ingleses pertenecientes la mayoría a la academia de las ciencias, en el cual el personaje de la novela de Julio Verne, Sr. Phileas Fogg, refinado y excéntrico caballero ingles, apostó la mitad de su fortuna, 20.000 libras contra el director del banco de Inglaterra y el resto de socios del Club, que daría la vuelta al mundo en 80 días, partiendo y volviendo de la ciudad de Londres.
La idea iba sobre ruedas, total acierto, pues no me salí de mi itinerario previsto, y si que salimos bien informados, es mas Alberto, el guía, es todo un fuera de serie, sabe hacer muy bien su trabajo, y sabe hacértelo agradable.
Podéis informaros del recorrido con mas detalle, en su web, pasa por Regent St. Saint James Palace, según el guía el Palacio de mayor importancia, mas que Buckingham, pues es centro neuralgico y administrativo.
Pall Mall, The Mall, Buckingham Palace, St. James Park, Westminster Abbey, Whitehall y finaliza en Trafalgar Sq., donde le dimos a Albert lo que bien se mereció.
Y quedamos a nuestro libre albedrío.
La calzada de la calle The Mall, pintada de rojo, representa una larga alfonbra que da la bien venida a las personalidades que se acerquen al Palacio Real, en este caso la pisamos nosotros, jeje...
Esta era la guardia saliente del Palacio de Buckingham, que se dirigía hacia el de St. James, desde donde también se aproxima la guardia entrante.
No perdimos el tiempo en intentar acercarnos a la reja del Palacio, aquello era un gentío tremendo, así que nos hicimos una idea desde lejos, tomamos nuestras fotos y continuamos el Tour.
Entramos al St. James Park, y lo atravesamos diagonalmente, es precioso, y bien merece disfrutarlo con mayor pausa, pues el entorno es de lo mas relajante y sosegado que he contemplado en los parques de Londres.
Ya fuera de St. James Park, nos paramos a escuchar el relato de Albert sobre este espectacular edificio.
Nos aproximamos a Westminster y el ambiente comienza a sonarnos de la noche anterior, pero ahora ilustrado, Parlament Sq.
Pasamos por la residencia del primer ministro Britanico, Downing St. nº 10, y esto es lo que pudimos ver:
Mas adelante por White Hall, también paramos brevemente para ver Horse Guards.
Continuamos y llegamos a Admiralty Arch.
Y al punto o kilómetro 0 de Londres, frente a Trafalgar Sq. y por supuesto la National Galery.
Cambiamos dinero en esta misma calle cruce con Trafalgar Sq. donde vimos mas favorable, pues hay infinidad de sitios de cambio de moneda.
Y ya era hora de comer, así que vimos varios Pub´s, comparamos y entramos a uno, creo que se llamaba Great British Pub Food.
Aclarar que en los Pubs, debes coger mesa y su numero, y levantarte y pedir tu en la barra, comida y bebida, y ellos te lo llevan a la mesa por numero, pagas al pedir.
Lo malo de las birras, que hay el ciento y la madre, así que empieza por las blandas, las mas conocidas y ve subiendo eso hicimos nosotros, que aprendimos nuevas formas de buscar aseos por la necesidad imperiosa de evacuar el oro liquido.
Todas las cervezas tienen algo bueno, algunas cuestan beberla mas que otras, pero os digo que al tercer día, con lluvia y en un ambiente que gusta, pues nunca eres mal recibido, pues te bebes hasta la prueba de orina del psiquiátrico, por muy oscura que esta sea, si te la ponen fresquita.
Después de pelearnos con el ingles, para enterarnos de la carta, y de comer muy bien, vamos de nuevo al metro, hasta Tower Hill.
Inmediaciones de la Torre de Londres, que dejamos para su día, y seguimos plan de ruta.
Vemos la placita del reloj de sol junto a la estación de metro, y desde allí apreciar su buena panorámica.
Nos encaminamos hacia el Tower Bridge, imponente ante nuestros ojos, otro símbolo londinense, y aun no lo cruzamos, nos dejamos caer a su izda. Y tomamos un café en el Starbucks que por allí hay, sentados en una mesita al pie del Tower Bridge, inmejorable.
Asentada la sobremesa, seguimos a la izquierda del puente, buscando los muelles de Katerine , es decir Katerine`s Dock; se accede por un paso flotante que da acceso a un muelle interior con infinidad de embarcaciones de recreo, yates y barcos de época, con un entorno digno de ver paseando, el famoso Pubs Dickens Inn, tan bien decorado con el colorido de sus flores, en fin un ambiente para sosegar tu mente y espíritu.
Y salimos hacia el puente, lo cruzamos, pero no visitamos ni sus pasarelas elevadas, ni su sala de maquinas, que podéis incluir, pero no cogimos buena hora, hay que ir mas temprano.
Las fotos corren sin control en la cámara, y las vistas son cada cual mejor que la anterior.
Una vez cruzado el puente tomamos al frente a la izquierda, y enlazas con un paseo paralelo al río, que bien parece el de Puerto Banus (Marbella), con restaurantes de alto standing, mariscos, buenos vinos y champagne, etc... para gente pudiente; nosotros seguimos recto, hasta el final, Shad Thames era el objetivo, es el entorno de los antiguos muelles de carga, adyacentes al río, que han conservado en perfecto estado, con pasarelas y efectos marítimos, muy tranquilo y agradable el paseo si señor; muy recomendable.
El puente de la torre visto desde la otra orilla del Thamesis.
Las fachadas aun conservan las grúas que se utilizaban para descargar los barcos en los muelles a orillas del rió.
Este es el paseo por la rivera del río, con infinidad de restaurantes...
De aquí, volvimos a cruzar el puente hacia el metro de Tower Hill, y vamos hacia Leicester.
Una vez en Leicester Sq. No salíamos de nuestro asombro, el bullicio era enorme, el ambiente increíble y la cantidad de lugares donde poder cenar, así que recorrimos la zona, sin saltarnos el M&M World, las famosas peladillas de colores.
También nos acercamos por el barrio chino, entre las calle Gerrard St. y Lisle St. , muchos restaurantes propios del lugar, y ambiente diferente, pero no nos atrajo como para quedarnos a cenar, a pesar de gustarnos la comida china, no lo veíamos claro; la zona esta curiosa de ver, y dar un paseo.
Finalmente nos decidimos a comer en un italiano, Bella Italia creo en Leicester Sq.
La carta nuevamente pone a prueba mi ingles, pero parece que acertamos con lo que pedimos y cenamos muy bien.
Paseo pa echa la cenita a los tobillos y de vuelta al hotel, molidos con los pies palpitantes, pero muy contentos de estar en Londres.
Vamos al desayuno, y comienza la prueba de fuego de tu ingles.
Vocabulario muy concreto para cada detalle y claro, el gesto es un idioma internacional, termino entendiéndome con la camarera, para pedir cuatro cafés, cada uno de una forma y madre al gusto de cada uno. Teníamos bastante que elegir, embutidos fríos, quesos, patees, huevos, frutas, zumos, tostadas, pastelitos, croissant, magdalenas, tostadas, panecillos, bueno un buen surtido para los sentidos y los gustos, y una buena recarga de baterías para el día que nos esperaba.
De vuelta a la acción, nos dirigimos a la boca de metro, a 5 min, andando del hotel, y tomamos dirección Picadilly Circus.
Anécdota fue que en la famosa Plaza se encontraba una inusual concentración de “bobys” policías, que en un principio nos alarmó, pensando que algo había ocurrido, pero luego al acercarnos nos dimos cuenta que se trataba de policías en practica, que estaban recibiendo instrucciones de sus monitores en plena calle y a la vista del público que llenaba la Plaza.
Me informe de los Tours guiados en el foro, y decidí dejarme llevar por la experiencia de otros, al confiar en “Tour Londres en Español”, muy recomendable, con una variada oferta de tours, que una vez probado repetimos en dos ocasiones (ya vendrán).
De manera que el primer Tour que haríamos se iniciaba en Picadilly Circus, y era “Tour Londres Clásico”, sin tarifa fija, es decir gratis; tu decides a su final si deseas dar una rasca al guía o no.
En un principio planee el itinerario por nuestra cuenta, pues el foro abunda de ellos y de muy buenas recomendaciones, pero pensé que terminaríamos el Tour mas enriquecidos si alguien nos iba contando cada detalle que viéramos.
Una curiosidad que de otro modo no hubiéramos conocido, pasamos por una calle en la que se encontraban los principales Clubs privados de los caballeros ingleses, de clase alta o aristócrata, en los cuales solo absolutamente exclusivos.
Pues bien, el guía nos indicó el edificio que correspondía al Reform Club de caballeros ingleses pertenecientes la mayoría a la academia de las ciencias, en el cual el personaje de la novela de Julio Verne, Sr. Phileas Fogg, refinado y excéntrico caballero ingles, apostó la mitad de su fortuna, 20.000 libras contra el director del banco de Inglaterra y el resto de socios del Club, que daría la vuelta al mundo en 80 días, partiendo y volviendo de la ciudad de Londres.
La idea iba sobre ruedas, total acierto, pues no me salí de mi itinerario previsto, y si que salimos bien informados, es mas Alberto, el guía, es todo un fuera de serie, sabe hacer muy bien su trabajo, y sabe hacértelo agradable.
Podéis informaros del recorrido con mas detalle, en su web, pasa por Regent St. Saint James Palace, según el guía el Palacio de mayor importancia, mas que Buckingham, pues es centro neuralgico y administrativo.
Pall Mall, The Mall, Buckingham Palace, St. James Park, Westminster Abbey, Whitehall y finaliza en Trafalgar Sq., donde le dimos a Albert lo que bien se mereció.
Y quedamos a nuestro libre albedrío.
La calzada de la calle The Mall, pintada de rojo, representa una larga alfonbra que da la bien venida a las personalidades que se acerquen al Palacio Real, en este caso la pisamos nosotros, jeje...
Esta era la guardia saliente del Palacio de Buckingham, que se dirigía hacia el de St. James, desde donde también se aproxima la guardia entrante.
No perdimos el tiempo en intentar acercarnos a la reja del Palacio, aquello era un gentío tremendo, así que nos hicimos una idea desde lejos, tomamos nuestras fotos y continuamos el Tour.
Entramos al St. James Park, y lo atravesamos diagonalmente, es precioso, y bien merece disfrutarlo con mayor pausa, pues el entorno es de lo mas relajante y sosegado que he contemplado en los parques de Londres.
Ya fuera de St. James Park, nos paramos a escuchar el relato de Albert sobre este espectacular edificio.
Nos aproximamos a Westminster y el ambiente comienza a sonarnos de la noche anterior, pero ahora ilustrado, Parlament Sq.
Pasamos por la residencia del primer ministro Britanico, Downing St. nº 10, y esto es lo que pudimos ver:
Mas adelante por White Hall, también paramos brevemente para ver Horse Guards.
Continuamos y llegamos a Admiralty Arch.
Y al punto o kilómetro 0 de Londres, frente a Trafalgar Sq. y por supuesto la National Galery.
Cambiamos dinero en esta misma calle cruce con Trafalgar Sq. donde vimos mas favorable, pues hay infinidad de sitios de cambio de moneda.
Y ya era hora de comer, así que vimos varios Pub´s, comparamos y entramos a uno, creo que se llamaba Great British Pub Food.
Aclarar que en los Pubs, debes coger mesa y su numero, y levantarte y pedir tu en la barra, comida y bebida, y ellos te lo llevan a la mesa por numero, pagas al pedir.
Lo malo de las birras, que hay el ciento y la madre, así que empieza por las blandas, las mas conocidas y ve subiendo eso hicimos nosotros, que aprendimos nuevas formas de buscar aseos por la necesidad imperiosa de evacuar el oro liquido.
Todas las cervezas tienen algo bueno, algunas cuestan beberla mas que otras, pero os digo que al tercer día, con lluvia y en un ambiente que gusta, pues nunca eres mal recibido, pues te bebes hasta la prueba de orina del psiquiátrico, por muy oscura que esta sea, si te la ponen fresquita.
Después de pelearnos con el ingles, para enterarnos de la carta, y de comer muy bien, vamos de nuevo al metro, hasta Tower Hill.
Inmediaciones de la Torre de Londres, que dejamos para su día, y seguimos plan de ruta.
Vemos la placita del reloj de sol junto a la estación de metro, y desde allí apreciar su buena panorámica.
Nos encaminamos hacia el Tower Bridge, imponente ante nuestros ojos, otro símbolo londinense, y aun no lo cruzamos, nos dejamos caer a su izda. Y tomamos un café en el Starbucks que por allí hay, sentados en una mesita al pie del Tower Bridge, inmejorable.
Asentada la sobremesa, seguimos a la izquierda del puente, buscando los muelles de Katerine , es decir Katerine`s Dock; se accede por un paso flotante que da acceso a un muelle interior con infinidad de embarcaciones de recreo, yates y barcos de época, con un entorno digno de ver paseando, el famoso Pubs Dickens Inn, tan bien decorado con el colorido de sus flores, en fin un ambiente para sosegar tu mente y espíritu.
Y salimos hacia el puente, lo cruzamos, pero no visitamos ni sus pasarelas elevadas, ni su sala de maquinas, que podéis incluir, pero no cogimos buena hora, hay que ir mas temprano.
Las fotos corren sin control en la cámara, y las vistas son cada cual mejor que la anterior.
Una vez cruzado el puente tomamos al frente a la izquierda, y enlazas con un paseo paralelo al río, que bien parece el de Puerto Banus (Marbella), con restaurantes de alto standing, mariscos, buenos vinos y champagne, etc... para gente pudiente; nosotros seguimos recto, hasta el final, Shad Thames era el objetivo, es el entorno de los antiguos muelles de carga, adyacentes al río, que han conservado en perfecto estado, con pasarelas y efectos marítimos, muy tranquilo y agradable el paseo si señor; muy recomendable.
El puente de la torre visto desde la otra orilla del Thamesis.
Las fachadas aun conservan las grúas que se utilizaban para descargar los barcos en los muelles a orillas del rió.
Este es el paseo por la rivera del río, con infinidad de restaurantes...
De aquí, volvimos a cruzar el puente hacia el metro de Tower Hill, y vamos hacia Leicester.
Una vez en Leicester Sq. No salíamos de nuestro asombro, el bullicio era enorme, el ambiente increíble y la cantidad de lugares donde poder cenar, así que recorrimos la zona, sin saltarnos el M&M World, las famosas peladillas de colores.
También nos acercamos por el barrio chino, entre las calle Gerrard St. y Lisle St. , muchos restaurantes propios del lugar, y ambiente diferente, pero no nos atrajo como para quedarnos a cenar, a pesar de gustarnos la comida china, no lo veíamos claro; la zona esta curiosa de ver, y dar un paseo.
Finalmente nos decidimos a comer en un italiano, Bella Italia creo en Leicester Sq.
La carta nuevamente pone a prueba mi ingles, pero parece que acertamos con lo que pedimos y cenamos muy bien.
Paseo pa echa la cenita a los tobillos y de vuelta al hotel, molidos con los pies palpitantes, pero muy contentos de estar en Londres.