Nuevo día en Londres, hoy toca el British Museum, por lo tanto a la hora del desayuno, nos tomamos tiempo para que nuestras fuerzas vuelvan a nuestro ser, después del día anterior.
Nos dirigimos a la Estación de Russell Sq. y atravesamos el Parque de su mismo nombre, precioso, con la gente tumbada en su césped y disfrutando del día soleado, de momento...
En pocos minutos nos encontramos en el British Museum, entrada gratuita, si que compre un libro guía en español, para poder centrar la visita y condensar los puntos de mas interés para nosotros.
Nos centramos en la guía, y realizamos un recorrido que tampoco nos ocupara todo el día.
He de confesaros que no soy mucho de museos, así que este tampoco fue una excepción, cuando llevas recorridas algunas galerías y ya has visto lo mas destacado, comienza a parecerme todo igual, y es justo en este momento cuanto por consenso decidimos que el museo Británico ya estaba cansado de nosotros...
Así que concluimos con unas compras de recuerdos y cosillas que te exponen en la planta baja.
Ya se acerca la hora de comer, y el estomago pide lo suyo, de modo que según sales del Museo, a mano izquierda, vimos un puesto de perritos calientes, que esparcía su olor hasta la Galería de Egipto, ummm, no pudimos resistir la tentación, y nos compramos uno.
Tremenda salchicha que no os exagero tendría cerca de 30 cms; y buenísima... (¿sería la hora?).
Tomamos nuestros hot dogs y nos fuimos de regreso al fenómeno parque de Russell Sq. y lo disfrutamos allí, tumbados en el césped, sin zapatos y bien relajados; imitando al resto de londinenses que nos rodeaban, unos celebrando un cumpleaños en grupo, otros en familia, otra parejita por allí, el típico solitario lector de libros por aya, etc...
Con el hambre engañada, nos volvimos a poner los zapatos a nuestro pesar, y tomamos dirección hacia nuestro nuevo objetivo del día, Kensington Palace.
Bajamos en la estación de Queensway, y antes de entrar decidimos prepararnos un picnic improvisado, de modo que buscamos un supermercado, y nos aprovisionamos de todo aquello que nos apeteció y entro por nuestros ojos, sin faltar una buena cerveza inglesa, “Carling” fresquita, que resultó ser nuestra favorita finalmente.
Dentro del parque la mantuvimos oculta en su bolsa para evitar llamar la atención, aunque poco duraron.
Con todo el catering, nos dirigimos ahora si hacia el Parque, entramos por su zona noroeste, y elegimos un buen árbol bajo el cual montamos el tenderete...
El sol aun brillaba y nos acompaño mientras comíamos, hasta caer presa del sueñecito típico siestero made in spain.
Y justo en el momento en que tomas posición horizontal y dejas tu vista libre en el cielo, las nubes y las hojas de los árboles, comenzó a cubrirse y lloviznar.
Bueno bajo el árbol no nos mojábamos, pero finalmente tuvimos que salir, pues no escampaba.
Y a los pocos minutos de andar ataviados con nuestros chubasqueros mochileros, escampó.
El Parque es inmenso, mas o menos orientados, nos dirigimos hacia su centro, donde encuentras a la derecha el Albert Memory , y el Royal Albert may.
Continuando el camino, ya dentro de Hyde Park, pues ambos parques siendo dos, son en realidad uno dividido por el lago serpentine; encontramos finalmente el Memorial a la princesa Diana.
Venía siguiendo las indicaciones de otros compañeros del foro, sin saber si realmente valdría la pena la búsqueda, pues no es tan sencillo dar con el Memorial, en un Parque tan extenso.
Pero he de reconocer que si merece la pena, viene a confirmar el modo en que los vecinos de Londres disfrutan del entorno natural, en este caso de un circuito hecho a modo de cauce de río artificial, con diferentes niveles, texturas en el suelo y rugosidad, de manera que si lo recorres descalzo, te proporciona un efecto relajante, como un pediluvio, refrescas tus pies doloridos de andar, olvidas el cansancio o en el caso de los residentes su estrés diario, y te centras en ti, en la naturaleza y el efecto que el agua regala a tus sentidos.
El memorial creo que viene a enlazar estos sentimientos de bienestar, con los que despertaba la princesa, bien recordada como “la princesa del pueblo”.
Bueno junto al memorial esta el mayor estanque del parque, donde conviven patos, cisnes y otras aves acuáticas; con barcas a remo o a pedales que puedes alquilar para darte una vuelta.
Lugar precioso, para descansar del asfalto, para hacer un paréntesis en la ciudad, y esa era la idea, dar una tregua al itinerario y disfrutar de nuestros sentidos, dejando a un lado el reloj.
Disfrutamos de los cisnes y su poderío frente a otras aves a la hora de apoderarse de tus dadivas en forma de migas de pan.
Salimos del parque por su zona sureste, prácticamente lo atravesamos de forma diagonal, y fuimos a parar frente a la estación de metro de Knightsbridge.
Aunque agotados, salimos con un espíritu renovado, relajados.
Aunque eso no disuadió a las féminas de acercarse, dada nuestra cercanía, a Brompton Road, famosa calle repleta de tiendas de moda de marca, y como no, vimos pero desde fuera la colosal fachada de los almacenes Harrods, impresionante como alguno de los edificios de época que presiden esta calle.
Vencidos por nuestros pies, decidimos reposar nuestros traseros en un saliente de uno de los escaparates, mientras las señoras satisfacían su sed de moda..
En el rato que estuvimos sentados, pudimos contemplar el nivel económico que se mueve en esta parte de la ciudad. Es más según nos comentó el guia de las excursiones, Eduart, londres sería para Europa, como el Wall Street de EE.UU, verdaderamente aquí se mueve guita fina....
Continuamos la ruta, esta vez tomando el metro hasta detenernos en Oxford Circus, cruce de Oxford Rd. con Regent St.
Mas tiendas, nos dirigimos hacia Carnaby St, por Argyll St., y en esta misma calle, no pudimos dejar pasar la ocasión de hacer una parada, en el Pub Argyll Arms, donde tomamos nuestra favorita Carling, y otra mas del tipo Ale, con mas carácter.
Imaginaos la indecisión a la hora de pedirle a la chica la cerveza que quieres, encima mirandote con cara extrañada como diciendo: "¿que te estas pensando, ya deberías saber cual quieres?"...
Se nos unieron las señoras, y al salir lloviznaba, de manera que el paseo por Carnaby St. fue muy rápido, amen de que ya estaba oscurecido, y el cuerpo nos pedía ya tomar algo.
Pub Sakespeare´s Head
A pesar de tener en la misma Carnaby St. el Pub Wite Horse, y el Sakespeare´s Head, nos llamo la atención, en una calle transversal, creo recordar que era Floubert´s Pl, un pequeño local de comidas, “Kua´Aina” Burguer & Sándwich grill, y eso era lo que nos apetecía precisamente, así que cenamos de maravilla, pequeño pero muy acogedor el sitio, y una camarera hablaba español, de modo que inmejorable, comimos a nuestro gusto sin faltarnos nada a pesar de la sencillez del local.
Una vez saciados, paseamos hasta Oxfor Rd. y metro de vuelta al hotel, y otro día mas de intenso pateo y sensaciones; duchita, friega de piernas y pies con la fantástica crema fría del Mercadona, y a dormir, que mañana hay mas.
Nos dirigimos a la Estación de Russell Sq. y atravesamos el Parque de su mismo nombre, precioso, con la gente tumbada en su césped y disfrutando del día soleado, de momento...
En pocos minutos nos encontramos en el British Museum, entrada gratuita, si que compre un libro guía en español, para poder centrar la visita y condensar los puntos de mas interés para nosotros.
Nos centramos en la guía, y realizamos un recorrido que tampoco nos ocupara todo el día.
He de confesaros que no soy mucho de museos, así que este tampoco fue una excepción, cuando llevas recorridas algunas galerías y ya has visto lo mas destacado, comienza a parecerme todo igual, y es justo en este momento cuanto por consenso decidimos que el museo Británico ya estaba cansado de nosotros...
Así que concluimos con unas compras de recuerdos y cosillas que te exponen en la planta baja.
Ya se acerca la hora de comer, y el estomago pide lo suyo, de modo que según sales del Museo, a mano izquierda, vimos un puesto de perritos calientes, que esparcía su olor hasta la Galería de Egipto, ummm, no pudimos resistir la tentación, y nos compramos uno.
Tremenda salchicha que no os exagero tendría cerca de 30 cms; y buenísima... (¿sería la hora?).
Tomamos nuestros hot dogs y nos fuimos de regreso al fenómeno parque de Russell Sq. y lo disfrutamos allí, tumbados en el césped, sin zapatos y bien relajados; imitando al resto de londinenses que nos rodeaban, unos celebrando un cumpleaños en grupo, otros en familia, otra parejita por allí, el típico solitario lector de libros por aya, etc...
Con el hambre engañada, nos volvimos a poner los zapatos a nuestro pesar, y tomamos dirección hacia nuestro nuevo objetivo del día, Kensington Palace.
Bajamos en la estación de Queensway, y antes de entrar decidimos prepararnos un picnic improvisado, de modo que buscamos un supermercado, y nos aprovisionamos de todo aquello que nos apeteció y entro por nuestros ojos, sin faltar una buena cerveza inglesa, “Carling” fresquita, que resultó ser nuestra favorita finalmente.
Dentro del parque la mantuvimos oculta en su bolsa para evitar llamar la atención, aunque poco duraron.
Con todo el catering, nos dirigimos ahora si hacia el Parque, entramos por su zona noroeste, y elegimos un buen árbol bajo el cual montamos el tenderete...
El sol aun brillaba y nos acompaño mientras comíamos, hasta caer presa del sueñecito típico siestero made in spain.
Y justo en el momento en que tomas posición horizontal y dejas tu vista libre en el cielo, las nubes y las hojas de los árboles, comenzó a cubrirse y lloviznar.
Bueno bajo el árbol no nos mojábamos, pero finalmente tuvimos que salir, pues no escampaba.
Y a los pocos minutos de andar ataviados con nuestros chubasqueros mochileros, escampó.
El Parque es inmenso, mas o menos orientados, nos dirigimos hacia su centro, donde encuentras a la derecha el Albert Memory , y el Royal Albert may.
Continuando el camino, ya dentro de Hyde Park, pues ambos parques siendo dos, son en realidad uno dividido por el lago serpentine; encontramos finalmente el Memorial a la princesa Diana.
Venía siguiendo las indicaciones de otros compañeros del foro, sin saber si realmente valdría la pena la búsqueda, pues no es tan sencillo dar con el Memorial, en un Parque tan extenso.
Pero he de reconocer que si merece la pena, viene a confirmar el modo en que los vecinos de Londres disfrutan del entorno natural, en este caso de un circuito hecho a modo de cauce de río artificial, con diferentes niveles, texturas en el suelo y rugosidad, de manera que si lo recorres descalzo, te proporciona un efecto relajante, como un pediluvio, refrescas tus pies doloridos de andar, olvidas el cansancio o en el caso de los residentes su estrés diario, y te centras en ti, en la naturaleza y el efecto que el agua regala a tus sentidos.
El memorial creo que viene a enlazar estos sentimientos de bienestar, con los que despertaba la princesa, bien recordada como “la princesa del pueblo”.
Bueno junto al memorial esta el mayor estanque del parque, donde conviven patos, cisnes y otras aves acuáticas; con barcas a remo o a pedales que puedes alquilar para darte una vuelta.
Lugar precioso, para descansar del asfalto, para hacer un paréntesis en la ciudad, y esa era la idea, dar una tregua al itinerario y disfrutar de nuestros sentidos, dejando a un lado el reloj.
Disfrutamos de los cisnes y su poderío frente a otras aves a la hora de apoderarse de tus dadivas en forma de migas de pan.
Salimos del parque por su zona sureste, prácticamente lo atravesamos de forma diagonal, y fuimos a parar frente a la estación de metro de Knightsbridge.
Aunque agotados, salimos con un espíritu renovado, relajados.
Aunque eso no disuadió a las féminas de acercarse, dada nuestra cercanía, a Brompton Road, famosa calle repleta de tiendas de moda de marca, y como no, vimos pero desde fuera la colosal fachada de los almacenes Harrods, impresionante como alguno de los edificios de época que presiden esta calle.
Vencidos por nuestros pies, decidimos reposar nuestros traseros en un saliente de uno de los escaparates, mientras las señoras satisfacían su sed de moda..
En el rato que estuvimos sentados, pudimos contemplar el nivel económico que se mueve en esta parte de la ciudad. Es más según nos comentó el guia de las excursiones, Eduart, londres sería para Europa, como el Wall Street de EE.UU, verdaderamente aquí se mueve guita fina....
Continuamos la ruta, esta vez tomando el metro hasta detenernos en Oxford Circus, cruce de Oxford Rd. con Regent St.
Mas tiendas, nos dirigimos hacia Carnaby St, por Argyll St., y en esta misma calle, no pudimos dejar pasar la ocasión de hacer una parada, en el Pub Argyll Arms, donde tomamos nuestra favorita Carling, y otra mas del tipo Ale, con mas carácter.
Imaginaos la indecisión a la hora de pedirle a la chica la cerveza que quieres, encima mirandote con cara extrañada como diciendo: "¿que te estas pensando, ya deberías saber cual quieres?"...
Se nos unieron las señoras, y al salir lloviznaba, de manera que el paseo por Carnaby St. fue muy rápido, amen de que ya estaba oscurecido, y el cuerpo nos pedía ya tomar algo.
Pub Sakespeare´s Head
A pesar de tener en la misma Carnaby St. el Pub Wite Horse, y el Sakespeare´s Head, nos llamo la atención, en una calle transversal, creo recordar que era Floubert´s Pl, un pequeño local de comidas, “Kua´Aina” Burguer & Sándwich grill, y eso era lo que nos apetecía precisamente, así que cenamos de maravilla, pequeño pero muy acogedor el sitio, y una camarera hablaba español, de modo que inmejorable, comimos a nuestro gusto sin faltarnos nada a pesar de la sencillez del local.
Una vez saciados, paseamos hasta Oxfor Rd. y metro de vuelta al hotel, y otro día mas de intenso pateo y sensaciones; duchita, friega de piernas y pies con la fantástica crema fría del Mercadona, y a dormir, que mañana hay mas.