Día 20, 28 de agosto: Cairns-Hamilton Island-Airlie Beach
Diana a las 5:30, ya que nos venían a buscar a las 6:10 para llevarnos al aeropuerto: dejamos Cairns para ir a Airlie Beach. Pero antes de ir a Airlie tenemos que llegar en avión a Hamilton Island y desde allí coger un ferry. El viaje en avión, como siempre con Qantas, puntual y muy cómodo, además con el añadido de que sobrevolamos arrecifes de coral.
Diana a las 5:30, ya que nos venían a buscar a las 6:10 para llevarnos al aeropuerto: dejamos Cairns para ir a Airlie Beach. Pero antes de ir a Airlie tenemos que llegar en avión a Hamilton Island y desde allí coger un ferry. El viaje en avión, como siempre con Qantas, puntual y muy cómodo, además con el añadido de que sobrevolamos arrecifes de coral.
Tanto la terminal de aeropuerto como le muelle del que parte el ferry están juntos, con lo que el traslado se hace muy cómodo. Tuvimos que esperar unos 45 minutos, que era el tiempo que faltaba para la salida de nuestro ferry desde que llegamos a Hamilton Island. Mientras esperamos dimos una vuelta y nos dio la sensación de que aquello se parecía mucho al paraíso. Sensación que se convirtió en una realidad cuando hicimos el trayecto en el barco hasta Airlie (en el continente).
Si alguna vez me pierdo… es posible que sea por aquí.
Si alguna vez me pierdo… es posible que sea por aquí.
Tras el paseíto por las islas llegamos a Airlie, donde un microbús de la propia compañía del ferry nos llevó a nuestro hotel por 3 dólares. Eran las 12:30, así que pensábamos que no nos iban a dar la habitación hasta las dos, pero sorprendentemente estaba lista. El hotel estaba muy bien y tenía acceso directo a la Laguna, más bonita que la de Cairns, pegada a la playa. La playa era preciosa, pero no se bañaba nadie. En principio pensamos que podía ser porque hubiera cocodrilos (traíamos una obsesión tremenda del norte), pero preguntamos al socorrista de la laguna, que era donde nos estábamos bañando, y nos dijo que no, que la gente prefería bañarse en la laguna porque en la playa no cubría nada.
Desde allí nos fuimos a comer, ya que nuestro plan era dormir un ratito la siesta y descansar, pero como siempre, nos surgió algo que nos lo impidió (algo tan urgente como ir de compras), así que no pudo ser, descansar no va con nosotros.
La guía Lonely Planet llama a Airlie la “hortera Airlie Beach”. Estoy en desacuerdo completamente, es un sitio 100% turístico pero como otros muchos de playa y tiene un situación inmejorable, muy cerca de una de las zonas más bonitas que tiene la costa australiana, las islas Whitheaven, y a un precio que no supone desprenderte de un riñón, como en las propias islas. Quizá empeore mucho en temporada alta, no lo sé, pero en su invierno nos pareció un lugar de playa tranquilo y con una oferta enorme para disfrutar del mar y de la Barrera de un montón de formas.
Reflexiones personales aparte, tras las compras volvimos al hotel, esta vez sí a descansar un rato, y después a cenar a Fish D'vine, un restaurante donde tienen dos especialidades: el pescado y el ron. En un mostrador como el de una pescadería eliges no sólo el pescado o el marisco sino también la pieza del mismo que quieres y luego, de la carta escoges la manera en la que te la van a cocinar. El pescado fresquísimo y muy bien preparado. Eso sí, hay que ir pronto porque si no no encuentras sitio, pero es altamente recomendable. Tras la cena, nuestro helado+paseo de rigor (¿nos estaremos volviendo adictos?) y de vuelta al hotel.
Día 21, 29 de agosto: Whitheaven Beach y buceo en la barrera
Hoy buceamos de nuevo en la barrera. Esta vez la empresa es Mantaray y la verdad, no tiene nada que ver con el lujazo de barco que tuvimos en Cairns, pero aún así tenía su encanto.
El plan del día era visitar primero la Whitheaven Beach, de la que dicen que es una de las playas más bonitas y puras del mundo, y después hacer dos inmersiones en la barrera. Así pues, tras un par de horas de navegación en el barquito que se movía bastante, llegamos, tras rodearla, a la isla Whitsunday. El barco fondea en Tongue Bay, ya que sólo está permitido a algunos barcos (de vela) fondear frente a la maravillosa playa, que es la entrada al Whitsundays Islands National Park. Del barco llegamos a tierra en una barquita diminuta y desde ahí empezamos a subir caminando por una zona medio selvática, para alcanzar un mirador desde el que se ve esto:
Desde allí nos fuimos a comer, ya que nuestro plan era dormir un ratito la siesta y descansar, pero como siempre, nos surgió algo que nos lo impidió (algo tan urgente como ir de compras), así que no pudo ser, descansar no va con nosotros.
La guía Lonely Planet llama a Airlie la “hortera Airlie Beach”. Estoy en desacuerdo completamente, es un sitio 100% turístico pero como otros muchos de playa y tiene un situación inmejorable, muy cerca de una de las zonas más bonitas que tiene la costa australiana, las islas Whitheaven, y a un precio que no supone desprenderte de un riñón, como en las propias islas. Quizá empeore mucho en temporada alta, no lo sé, pero en su invierno nos pareció un lugar de playa tranquilo y con una oferta enorme para disfrutar del mar y de la Barrera de un montón de formas.
Reflexiones personales aparte, tras las compras volvimos al hotel, esta vez sí a descansar un rato, y después a cenar a Fish D'vine, un restaurante donde tienen dos especialidades: el pescado y el ron. En un mostrador como el de una pescadería eliges no sólo el pescado o el marisco sino también la pieza del mismo que quieres y luego, de la carta escoges la manera en la que te la van a cocinar. El pescado fresquísimo y muy bien preparado. Eso sí, hay que ir pronto porque si no no encuentras sitio, pero es altamente recomendable. Tras la cena, nuestro helado+paseo de rigor (¿nos estaremos volviendo adictos?) y de vuelta al hotel.
Día 21, 29 de agosto: Whitheaven Beach y buceo en la barrera
Hoy buceamos de nuevo en la barrera. Esta vez la empresa es Mantaray y la verdad, no tiene nada que ver con el lujazo de barco que tuvimos en Cairns, pero aún así tenía su encanto.
El plan del día era visitar primero la Whitheaven Beach, de la que dicen que es una de las playas más bonitas y puras del mundo, y después hacer dos inmersiones en la barrera. Así pues, tras un par de horas de navegación en el barquito que se movía bastante, llegamos, tras rodearla, a la isla Whitsunday. El barco fondea en Tongue Bay, ya que sólo está permitido a algunos barcos (de vela) fondear frente a la maravillosa playa, que es la entrada al Whitsundays Islands National Park. Del barco llegamos a tierra en una barquita diminuta y desde ahí empezamos a subir caminando por una zona medio selvática, para alcanzar un mirador desde el que se ve esto:
No sé si es la más bonita del mundo, pero no me cabe ninguna duda de que es la más bonita que yo he visto.
Una vez vista desde lejos lo que queda es bajar y bañarse en ella. Hay que caminar mucho para llegar al agua y cubre muy poquito en esta zona que se ve en las fotos, pero fue una gozada de baño.
Otra vez de vuelta al barco donde hemos comido y en marcha hasta la isla Hook para bucear. Hoy hemos hecho dos inmersiones y hemos visto muchísimos peces y una tortuga.
Otra vez de vuelta al barco donde hemos comido y en marcha hasta la isla Hook para bucear. Hoy hemos hecho dos inmersiones y hemos visto muchísimos peces y una tortuga.
Una vez que hemos terminado nos hemos vuelto hacia Cairns y en el viaje de vuelta hemos visto varias ballenas, una de ellas con su cría saltando. Lástima no estar más cerca, pero aún así, impresionante.
Estamos teniendo suerte con las ballenas, hay tantas que no es necesario ir a buscarlas, se ven prácticamente cada vez que salimos al mar.
Estamos teniendo suerte con las ballenas, hay tantas que no es necesario ir a buscarlas, se ven prácticamente cada vez que salimos al mar.
Una vez en tierra nos llevan al hotel. Cenamos en Mr Bones, muy cerca del hotel y el helado+paseo de todas las noches.
Día 22, 30 de agosto: Sobrevuelo barrera-Snorkel-Whitheaven beach
Hoy ha sido uno de los días más interesantes de los que llevamos en Australia. Para empezar no madrugamos tanto como otras veces, ya que ayer, cuando le dijimos a la chica del hotel que llamara a la empresa con la que íbamos a realizar el sobrevuelo de la barrera para confirmar, nos dijo que nuestro vuelo no se había llenado y que nos regalaban un upgrade para hacer el mismo vuelo pero con amerizaje y visita al Whitheaven Beach a las 11:30.
Así que después del desayuno hemos ido a dar una vuelta y a hacer algunas compras y después, hemos cogido el autobús para llegar al mini-aeropuerto de Whitheaven desde donde saldríamos para hacer el vuelo panorámico.
Una vez allí, nos dan el briefing del vuelo y el traje para hacer snorkel y despegamos, pero cuando llevamos muy poco en el aire nos tenemos que volver. Hasta que llegamos a tierra no sabemos qué pasa, pero resulta que una de las ruedas no se mete dentro del avión, por lo que hay que cambiarlo.
Mientras lo hacen nos tomamos un refresco en la cafetería del aeropuerto y luego sí, despegamos sin problemas, aunque antes de realizar el sobrevuelo amerizamos en Whitsunday Island para dejar a un pasajero.
Así de impresionantes de ven las Whitsundays desde el aire (también vimos una ballena con su ballenato desde el hidroavión).
Día 22, 30 de agosto: Sobrevuelo barrera-Snorkel-Whitheaven beach
Hoy ha sido uno de los días más interesantes de los que llevamos en Australia. Para empezar no madrugamos tanto como otras veces, ya que ayer, cuando le dijimos a la chica del hotel que llamara a la empresa con la que íbamos a realizar el sobrevuelo de la barrera para confirmar, nos dijo que nuestro vuelo no se había llenado y que nos regalaban un upgrade para hacer el mismo vuelo pero con amerizaje y visita al Whitheaven Beach a las 11:30.
Así que después del desayuno hemos ido a dar una vuelta y a hacer algunas compras y después, hemos cogido el autobús para llegar al mini-aeropuerto de Whitheaven desde donde saldríamos para hacer el vuelo panorámico.
Una vez allí, nos dan el briefing del vuelo y el traje para hacer snorkel y despegamos, pero cuando llevamos muy poco en el aire nos tenemos que volver. Hasta que llegamos a tierra no sabemos qué pasa, pero resulta que una de las ruedas no se mete dentro del avión, por lo que hay que cambiarlo.
Mientras lo hacen nos tomamos un refresco en la cafetería del aeropuerto y luego sí, despegamos sin problemas, aunque antes de realizar el sobrevuelo amerizamos en Whitsunday Island para dejar a un pasajero.
Así de impresionantes de ven las Whitsundays desde el aire (también vimos una ballena con su ballenato desde el hidroavión).
Y desde allí, a la barrera, a Hook Reef que es la zona que hemos sobrevolado. No sé muy bien cómo describirlo con palabras, mejor que hablen las imágenes.
El arrecife con forma de corazón no es un reclamo turístico, realmente existe. Pero quizá lo más impresionante es el cambio entre el azul oscuro del mar más profundo con el turquesa del menos profundo y los tonos pardos de la superficie de los corales. Nunca habíamos visto nada igual, bueno, ¡es que no existe nada igual!
Después del subidón del vuelo aterrizamos en Hardy Lagoon, que es un laguito limitado por la parte alta de los corales, donde había un barco al que nos subimos, dejando atado el hidroavión y nos llevaron a dar una vuelta mirando el fondo transparente para parar después y hacer snorkel. Realmente era una piscina de coral.
La experiencia del snorkel es diferente a la del buceo. Se ve tanto o más, especialmente mejora la vista de los corales, ya que al haber más luz se ven mejor los colores.
Después del subidón del vuelo aterrizamos en Hardy Lagoon, que es un laguito limitado por la parte alta de los corales, donde había un barco al que nos subimos, dejando atado el hidroavión y nos llevaron a dar una vuelta mirando el fondo transparente para parar después y hacer snorkel. Realmente era una piscina de coral.
La experiencia del snorkel es diferente a la del buceo. Se ve tanto o más, especialmente mejora la vista de los corales, ya que al haber más luz se ven mejor los colores.
Tras una algo más de una hora sin parar volvemos al barquito, donde nos están esperando con un piscolabis, que tomamos encantados porque ya teníamos hambre.
Desde aquí de vuelta al continente, sobrevolando Whitheaven Beach. El día anterior habíamos tenido una perspectiva preciosa de la playa, pero la de hoy era aún más impresionante. Se ve la zona arenosa y la del coral y toda la longitud de la playa en al que no habíamos estado el día anterior que es la que mide 7 km.
Aquí amerizamos y estuvimos un buen rato disfrutando de la playa y las vistas. Simplemente, precioso.
Desde aquí de vuelta al continente, sobrevolando Whitheaven Beach. El día anterior habíamos tenido una perspectiva preciosa de la playa, pero la de hoy era aún más impresionante. Se ve la zona arenosa y la del coral y toda la longitud de la playa en al que no habíamos estado el día anterior que es la que mide 7 km.
Aquí amerizamos y estuvimos un buen rato disfrutando de la playa y las vistas. Simplemente, precioso.
A las cinco de la tarde volvíamos a Airlie, tras un día espléndido, pero agotados. Nos costó un triunfo salir a cenar, pero el pescado de Fish D'vine merecía el esfuerzo.