Ese día mejoré mi técnica respecto a los dulces del desayuno. No hacía falta reventar, bastaba con llevarte alguno para tomarlo a media mañana...
Yehad nos recogió a las 8:30 y nos propuso dejar la parada en el Monte Nebo para el día siguiente de camino a Petra. Nos comentó que normalmente la primera visita a Betania suele empezar sobre las 9 o 9:15 y que si no parábamos seguramente llegaríamos a tiempo y no tendríamos que esperar apenas. Disfrutamos mucho la carretera que baja del Monte Nebo al Mar Muerto, es un paisaje árido pero imponente. Tal y como esperábamos nos pararon en un par de controles policiales, hay bastantes en esa zona por la proximidad a Israel. Nos hicieron las dos preguntitas de rigor y ni siquiera tuvimos que enseñar el pasaporte.
Cuando llegamos a Betania hacía ya tanto calor que agradecimos no tener que esperar. La visita no se puede hacer por libre. No hay unas horas fijas de visita, cuando el mini bus está lleno arranca. Calculad que os llevará entre una hora y hora y media (12 JOD). Primero te llevan en autobús durante unos 10 minutos por una zona con varias iglesias cristianas de distintos tipos, recuerdo que una era ortodoxa y otra copta. El sitio es bastante peculiar con esas iglesias tan diferentes unas de otras en medio de la nada (no sé por qué pero me venían imágenes de Star Wars mientras pasábamos por allí ).
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A partir de ahí empieza la visita a pie. A medida que te acercas al río Jordán (que hace de frontera entre Jordania e Israel) hay algo más de vegetación, aunque no esperéis tampoco una jungla .
La primera parada fue el sitio del bautismo propiamente dicho, donde según los arqueólogos San Juan Bautista bautizó a Jesús. Más que verlo lo tuvimos que intuir porque no se les ocurrió esperar a que terminase el horario de visita para ponerse a fumigar. ¡Menuda humareda organizaron en mitad de la visita! No nos pudimos parar mucho, el tiempo justo para echarles un vistazo a los restos de mosaicos de las iglesias bizantinas que hubo junto al lugar del bautismo.
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Seguimos andando hasta llegar a la iglesia griega ortodoxa de nueva construcción que está a la orilla del río.
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Nada más salir de la iglesia está la única zona donde los civiles pueden tocar el agua del Jordán, el resto es zona militarizada. Me quedé mirando el agua del río y me distraje buscando la fuente porque no me apetecía nada meter una botella grande de aquel agua tan marrón en la maleta para los regalitos. Dejé lo de la fuente para después, algo miraban los de nuestro grupo que los tenía divertidísimos porque no paraban de reírse. Resulta que en aquel momento había varios que se estaban bautizando en la orilla israelí...
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Y una señora estaba causando furor porque no llevaba nada entre la ropa interior y la túnica transparente que les daban a los que se bautizaban . A mi me llamó la atención un hombre que se metió en el Jordán con la GoPro colgada...
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Incluimos Betania en los sitios a visitar en parte por curiosidad y en parte porque mi suegra no me habría vuelto a dejar comer en su casa si no voy a ver el sitio donde bautizaron a Cristo. Lo cierto es que la visita me resultó entretenida, pero probablemente las personas que vayan por motivos religiosos agradecerán un poco más de tranquilidad que la que tuvimos nosotros aquel día.
Al salir de Betania hacía tanto calor que pensamos que si nos tocaba un día así en Petra lo llevábamos claro (menos mal que no fue así). Por suerte la siguiente parada era la Reserva de Mujib para hacer el Siq Trail y allí estuvimos muy fresquitos.
Para ir a la reserva seguimos camino hacia el Mar Muerto. Una vez dejamos atrás la zona donde se concentran todos los hoteles, el paisaje volvía a ser precioso con las montañas a la izquierda y el mar a la derecha. Había algo que me chocaba mucho en el paisaje y me di cuenta de lo que era: no se veía nada en el agua, ni un solo barco.
El cañón está a unos 20 km de donde termina la zona de resorts. Dejamos a Yehad esperándonos y entramos. El Siq Trail está considerado el recorrido más fácil de los que se pueden hacer en Wadi Mujib. ¿Fáciiil? Hombre, para Jesús Calleja será un paseíto!! Eso sí, perderse es imposible (ni siquiera nosotros nos perdimos), porque consiste en ir remontando el cañón “andando” por el río desde la desembocadura en el Mar Muerto hasta una cascada de unos 20 metros de altura que hay al final. Lo de la cascada os lo cuento de oídas, porque no llegamos.
Nada más entrar te hacen firmar el típico papelito que te dan al hacer deportes de aventura y te dan un chaleco salvavidas. Menos mal que yo ya tenía una idea de aquello, si llego allí sin saber nada me habría preguntado como es que necesitas un chaleco salvavidas para una ruta sencillita.
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Al principio hay una escalera metálica anclada a la pared de unos 4 metros para bajar al cañón y a partir de ahí sigues recto hasta la cascada. Había leído en algún diario que durante la primera parte del recorrido el agua solo te llega hasta la rodilla, pero nada más entrar en el cañón ya había partes en las que te llegaba el agua por la cintura, así que tal vez dependa de la fecha o de lo que haya llovido ese año.
No era eso lo que esperaba pero ¡¡no os lo perdáis, es un sitio impresionante y además os divertiréis mucho!! Vais vadeando las pozas y sorteando las rocas. En varios tramos había que nadar pero con las cuerdas que hay puestas a lo largo del cañón y los chalecos apenas tenéis que hacer esfuerzo.
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El cañón es una auténtica maravilla, me pareció una comparación muy acertada lo del Siq de Petra con agua. Hay partes en que las paredes del cañón tienen vetas con un colorido espectacular.
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Nos cruzamos con gente pero en muchos momentos estuvimos solos. Es una gozada nadar en un sitio así y aunque las paredes van ganando altura hasta 200 metros y se estrechan de manera que apenas da el sol, el agua está a una temperatura muy agradable.
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El tramo que hicimos nosotros es divertido y no es complicado. Después sí llegó un momento en que la cosa se complicaba, las rocas eran bastante más difíciles de sortear y nos dijeron que había alguna escalada para llegar al final.
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Yo me planté y mi marido dudaba si intentar seguir un poco más. Me alegré de que se plantara él también, llegar a Petra con una torcedura de tobillo tiene que ser para darte de cabezazos.
Así que nos dimos la vuelta, pero no teníamos ninguna prisa por irnos con lo impresionante que es aquello: nos dejábamos arrastrar por la corriente flotando boca arriba en algún tramo y nos sentamos en alguna roca a disfrutar del paisaje.
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De los mejores momentos del viaje sin duda. Lo hagáis solo en parte o estéis en buena forma y lleguéis hasta el final no os arrepentiréis seguro .
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Allí mismo nos tomamos nuestros bocatas de jamón (habíamos llevado provisiones pensando en este día y en Petra), ya que sabíamos que en esa zona del Mar Muerto no había ningún sitio para comer. No entiendo que nadie haya conseguido abrir un chiringuito allí, el que lo haga se forra. Tampoco entendí que viéramos un par de sitios donde vendían flotadores, si hay un sitio donde no te puedes ahogar es el Mar Muerto
Cuando terminamos Yehad nos llevó a sacar fotos de unos depósitos de sal de la en la orilla del Mar Muerto. Le habíamos enseñado las fotos que habíamos visto por internet por si sabía desde donde estaban hechas. Y sí lo sabía, el sitio estaba unos kilómetros más allá de la entrada al cañón.
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Desde la misma explanada se podía ver la roca que supuestamente es la mujer de Lot, la que se convirtió en estatua de sal como castigo por volverse a mirar hacia la destrucción de Sodoma y Gomorra. A lo de la estatua había que echarle mucha imaginación .
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Por fin llegaba la hora de bañarse en el Mar Muerto (que en realidad es un lago). Ese y otros datos y curiosidades los habréis leído muchas veces: que es el punto más bajo de la tierra, exactamente a 408 metros por debajo del nivel del mar. Que tiene una salinidad del 31%, la segunda más alta de la tierra y casi nueve veces más que la de los océanos, lo que imposibilita cualquier forma de vida en él.
Los egipcios utilizaban el barro para los procesos de momificación y hoy día es conocido por sus propiedades terapéuticas, a mi me llamó mucho la atención leer que el sistema de sanidad alemán cubría visitas periódicas al Mar Muerto para los pacientes de psoriasis.
Nuestra idea original era bañarnos en Amman Beach, pero cambiamos de plan al decirnos Yehad que habían subido el precio a 20 JOD. Para pagar 20 JOD por un sitio que por las fotos no parecía nada del otro jueves, preferíamos pagar 5 JOD más y pasar la tarde en un complejo muy bonito, Oh Beach. Fue todo un acierto: varias terrazas, piscinas “infinitas” y hamacas a distintos niveles. Es muy cómodo para disfrutar de unas horas y ver atardecer sin dormir en un hotel de la zona que suelen ser caros.
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Aunque no hay playa propiamente dicha porque no hay apenas arena sino rocas al llegar al agua, sí que tenéis duchas y cubos con barro para untaros.
Bañarse en el Mar Muerto es una experiencia muy divertida, otra cosa que no os podéis perder en un viaje a Jordania!!. Repetimos tres veces “el ritual”: Quince o veinte minutos dentro, salíamos y nos quitábamos la sal y otra vez al agua, que está bastante caliente. Es una sensación muy curiosa que el agua te empuje hacia arriba de esa manera y flotar sin esfuerzo alguno. Nadar apenas se puede, pero es casi obligatorio hacer el ganso, poner posturitas y sacarte la foto con la guía de Jordania .
También fui a ponerme el barro. Cuando se te secaba encima se te ponía piel de elefante, pero después de quitártelo se te quedaba la piel muy suave. Me alegré de haberme llevado el bikini más viejo que tengo por la sal y el barro.
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Disfrutamos en Oh Beach hasta el atardecer, dándonos un buen bañito en la piscina con Israel al fondo y el mar tan en calma.
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La vuelta por la carretera fue bastante entretenida: rebaños de cabras y de camellos por todas partes.
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Al llegar a Madaba, nos duchamos por quinta o sexta vez esa tarde y nos fuimos a cenar a Haret Jdoudna, el restaurante más famoso de Madaba y dicen que uno de los mejores de Jordania.
Casi llegábamos al restaurante cuando algo aterrizó en la acera justo delante de nosotros y menos mal que no nos cayó encima, porque era una bolsa de basura bien llena que alguien había tirado desde un balcón a la calle...Señores jordanos: ¡ya está bastante mal que haya tanta basura en las calles, al menos aseguraos de que no haya nadie debajo cuando la tiréis por la ventana!!!
En el restaurante cenamos, muy muy bien, la fama es más que merecida. La cuenta subió un poco (34 JOD) porque nos apetecía cerveza sí o sí y nos clavaron 6 JOD por cada una, pero la celebración del día lo merecía. Nos sentaron en el patio, había un músico tocando y la temperatura era muy agradable...tengo muy buen recuerdo de aquella noche .
Información Práctica:
Siq Trail:
● La ruta solo se puede hacer de abril a octubre
● El precio ha subido a 20,50 JOD por persona. Muy caro, pero la experiencia merece la pena.
● Tendréis que dejar la mochila en el centro de visitantes. De todas formas os hará falta ropa seca para cambiaros porque os pondréis chorreando.
● Nada de chanclas, hace falta calzado deportivo y cerrado salvo que queráis dejaros una uña del pie en el cañón (yo lo aprendí por las malas en el río Chillar en Nerja).
● Nosotros llevábamos una cámara sumergible, la otra no la habríamos metido ni de broma.
Opciones para bañarse en el Mar Muerto:
1) Pararte en la carretera en algún sitio en el que podáis llegar al agua y bañaros aunque no esté acondicionado para el baño. La experiencia de flotar la tendréis igual, pero debe de ser bastante incómodo si quieres estar un buen rato porque no hay sombra y además tendréis que cargar unas cuantas botellas de agua en el coche para quitaros la sal después de bañaros. La ventaja es que es gratis.
2) Dormir en alguno de los resorts. Algunos permiten acceder a sus playas privadas durante el día aunque no estés alojado (el Movenpick, por ejemplo), pero cobran bastante.
3) Amman Beach: es la playa pública que gestiona al Ayuntamiento de Amman y donde se baña la mayoría de la gente, tiene duchas, piscinas y vestuarios. Para ser “pública” te meten un buen sablazo, son 20 JOD. Y aunque habíamos leído opiniones de que no estaba demasiado limpia era lo que pensábamos hacer, no nos íbamos a perder la experiencia del Mar Muerto.
4) Oh Beach, otro complejo para pasar el día o unas horas y por solo 5 JOD más que Amman Beach ya habéis visto el sitio. Os lo recomiendo 100% especialmente si vais a estar allí un buen rato.
Cosas que os podrían amargar el baño: lo obvio, meter la cabeza en el agua (debe de ser lo mismo que meterla directamente en un salero), algún resbalón o corte con los cristales de sal de las rocas de la orilla, lo que se evita con unos escarpines para entrar en el agua. Ahh, y haberos afeitado y/o depilado el día que os vayáis a bañar ¡¡no lo hagáis!!.