HISTORIAS
Lalibela, la antigua Roha, es la segunda ciudad santa de Etiopía después de Axum, y es considerada la octava maravilla del mundo. Debe su nombre al rey Lalibela, monarca de la dinastía cristiana de los Zagwe, que reinó entre el 1167 y el 1207, y quien se llevó la gloria de la construcción de las famosas iglesias excavadas en la roca, aunque no se haya podido establecer con exactitud la fecha de su construcción, y aunque haya expertos que opinan que los complejos ya estaban practicamente acabados cuando alcanzó el poder y arqueologos que afirmen que varias de ellas fueron construidas durante el imperio de Axum, 5 siglos antes.
Como en todas las historias en las que se mezclan la fe, la magia, la leyenda y las setas, las habladurías dicen que en el momento de su nacimiento, el bebé Lalibela fue rodeado por una enjambre de abejas que no le picaron. Su lista mamá, aprovechando la coyuntura se apresuró a proclamar que semejante cortejo era una muestra de sumisión y que los insectos representaban a los soldados que servirían en el futuro a su hijo. Lo aforó de inmediato, y lo bautizó como Lalibela, que significa “las abejas reconocen su soberanía”.
Ahondando en el asunto hay que decir, que las abejas son un filón para estos temas místico-paranormales, ya que además de ser símbolo de inmortalidad y resurrección, del trabajo y del matriarcado, en el antiguo Egipto se decía que eran las lágrimas que había vertido el dios Ra, en un día llorica; que son el emblema de Jesucristo para los judeo-cristianos; que son el emblema de los soberanos de Francia; -a Napoleón en el momento de nacer, también le visitó la abeja reina de un enjambre que acudió a su ventana-, y para su coronación, se hizo bordar con hilo de oro en el manto de armiño unas cuantas-; también se dice que construyeron nada menos que un panal en la manita de San Pedro Nolasco recien nacido; etc, etc.
IGLESIAS DE LALIBELA
Lo verdaderamente increible no es todo lo anterior, sino que Lalibela permaneciese ignorada hasta mediados del siglo pasado, época en la que a raiz del camino abierto por Monti Della Corte, un arquitecto e historiador italiano, que se metió 50 horas en mula para llegar, se eligió en 1965 como proyecto inaugural del Foro Mundial de Monumentos creado ese mismo año, la restauración de las iglesias. Sin embargo, mucho antes, el capellán Francisco Alvares de la embajada portuguesa, en una crónica de 1521 escribió sobre el complejo eclesiástico lo siguiente: “Me es penoso escribir más sobre estos edificios, puesto que no se me va a dar crédito si escribo más. Juto por Dios, en cuyo poder estoy, que todo lo que he escrito es verdad”. Se cumplió lo que temía, porque nadie le hizo ni puñetero caso.
Los edificios, ninguno igual a otro, constan de una sola pieza tallada en roca volcánica de color rojizo, o sea están tallados en bloques únicos, sin ladrillo, madera, ni argamasa. Fueron excavados en vertical, vaciando no solo el perímetro y acceso, sino sus interiores, o sea que si impresiona verlos, aún se alucina más, si se imagina uno a los artistas/obreros currándoselos a golpe de rudimentarios martillos y cinceles. Todos los elementos arquitectónicos, puertas, ventanas, columnas, bóvedas, suelos y techos, exteriores e interiores, forman parte de una sola y única roca.
El conjunto de iglesias, intercomunicadas por un laberinto de túneles, pasadizos, trincheras, y que representa simbólicamente Tierra Santa, está distribuido en dos grupos situados cada uno en dos promontorios rocosos diferentes, separados por el arroyo Yordanos, que simboliza el río Jordan. Un conjunto representa el Jerusalén terrenal, y el otro, el celestial.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Se podría decir que la visita en global, estaría formada por cuatro partes: los dos complejos, el noroeste y el sureste, la iglesia de San Jorge, y el museo. Añadir que básicamente en Lalibela hay dos tipos de iglesias, las rupestres, excavadas hacia el interior partiendo de las caras de acantilados o paredes, y las talladas en una sola pieza en una roca, creando una zanja perimetral a su alrededor. Las paredes de estas trincheras-patio, están repletas de cavidades y cámaras que contenían/contienen momias de monjes, feligreses, y peregrinos, algunas de las cuales, siguen siendo utilizadas hoy en día por anacoretas, feligreses, o guardas.
Las entradas, que se sacan en las taquillas situadas en el grupo norte y son válidas para 4 dias, cuestan 50 dólares la normal y 25 para niños entre 9 y 13 años. Los complejos están abiertos de 8 a 12 y de 14 a 17 horas, y aunque se puede entrar por libre, se pueden contratar guias oficiales a partir de 150 birs dia (5'50 euros). Es muy recomendable llevar una linterna, buen calzado, aunque hay que descalzarse al entrar en todas las iglesias, y queda a la buena voluntad de cada uno, el no usar el flash para no dañar los murales y frescos de las iglesias, al fotografiarlos.
GRUPO NORTE: complejo de iglesias al norte del río Yordanos:
1.- Bet Medhane Alem (casa del Redentor): la más grande de los complejos, está considerada como la iglesia rupestre más grande del mundo. Es fácil de reconocer, primero por las grandes estructuras metálicas que le construyeron encima a modo de protección, y segundo por las propias características de la iglesia: tejado a dos aguas de casita dibujada por un niño, y grandes pilares cuadrangulares que la rodean, que le dan un aire de templo griego. Se conecta a la adyacente Bet Mariam, por un pasadizo del foso.
2.- Bet Mariam (casa de María): iglesia con muchos fieles, es sin embargo pequeña en medidas, pero considerada la más antigua. Es de planta rectangular sobre una base elevada, y se caracteriza por los tres porches de entrada que sobresalen del bloque.
3.- Bet Danaghel (casa de las vírgenes): pequeña capilla en medidas, está tallada en la pared sur del patio de Bet Mariam. Iglesia sencilla, no presenta elementos arquitectonicos notables o decorativos.
4.- Bet Golgotha o Mikael (casa del gólgota o de San Miguel): donde se supone que se encuentra la tumba del rey Lalibela, son notables los relieves de varios santos que contiene, y en su interior se guarda la cruz procesional de Lalibela, y está la capilla Selassie, el lugar más sagrado de Lalibela, y donde es imposible entrar. En esta iglesia no se permite la entrada a las mujeres.
5.- Bet Meskal (casa de la cruz): reducida y alargada, se la puede identificar por 10 arcos sucesivos en relieve tallados en su fachada, que no cumplen función de ingeniería y que simplemente identificarían al edificio como religioso.
GRUPO SURESTE: al sur del Yordanos:
6.- Bet Emanuel (casa de emmanuel): al precioso bloque de esta iglesia, se puede acceder por un pequeño agujero de una pared. Es majestuosa con sus tres pisos de altura, y su piedra lisa y sus elementos la hacen considerarla por algunos historiadores de arte, como la más bella de todas. Se levanta sobre una plataforma de 3 escalones, y también tiene una aparatosa estructura de protección. En el suelo de piedra de una de las naves interiores, se abre el agujero de un largo tunel subterráneo que conduce a Bet Mercureos.
7.- Bet Qeddus Mercoreus (casa de san Mercoreus): por su geometría irregular y su orientación diferente a las demás, -no de este a oeste-, se especula que originalmente no era un edificio religioso, sino destinado a otro fin. En su origen, contaba con una buena cantidad de murales que se trasladaron para su conservación al Museo Nacional en Adis Abeba, donde han quedado expuestos.
8.- Bet Abba Libanos (casa del abad libanos): dedicada a Abba Libanos, uno de los nueve santos que llegaron en el siglo V a Axum para predicar el evangelio en Etiopía, esta iglesia excavada no tiene el techo separado de la roca. El interior de planta rectangular, está dividido en tres naves.
9.- Bet Lehem (casa del pan bendito): más una capilla que una iglesia, a ella se llega por un oscuro corredor subterráneo de 50 metros, que se inicia en Bet Emmanuel, y pasa por Bet Mercoreus, y el patio de Bet Abba Libanos. Su función original no se conoce, y se caracteriza por el tronco de árbol que hace las veces de pilar central de su sala redonda acampanada con ventanucos, que por sus características, algunos investigadores creen que pudo ser un horno de pan, para la eucaristía.
10.- Bet Gabriel Raphael (casa de gabriel rafael): quizás la más singular de todas, por su entrada cruzando un profundo foso, su orientación también diferente, y los espectaculares arcos axumitas de su monumental fachada amurallada, algunos de los cuales se encuentran sobre enormes plataformas que se elevan desde el foso. Se especula que pudo ser una residencia real.
GRUPO OESTE:
11.- Bet Ghiorgis, dedicada a San Jorge, santo patrón de Etiopía, la única iglesia aislada del resto, y cuya imagen de cubo casi perfecto techado por una inmensa cruz, la ha convertido en la más famosa de todas ellas, quizás con todo merecimiento, cuando uno puede disfrutarla metida en su agujero de 15 metros de profundidad, sobre una platarorma escalonada, con su gran cruz a ras del suelo, y con sus celdas para peregrinos y nichos en las paredes.
NUESTRA VISITA
.. y al séptimo día descansamos. Me levanto a las 5 y cuarto de la mañana, y me largo a caminar. Es un buen momento porque todo está en calma, y solo me cruzo con los que se dirigen al trabajo. Nuestro visita a las maravillosas iglesias, empieza de buena mañana con el acompañamiento de un nuevo guía para los conjuntos, que se buscó Yohaness para sustituirle.
El guía que dijo ser cura, era un golfo relaciones públicas con unas gafas negras de marca Fossil, que no se quitó durante todo el tiempo que nos acompañó, ni en los interiores, una capa blanca, más labia que un locutor de radio, más listo que el hambre, y que conseguió poner a nuestra disposición, absolutamente todo lo que se le pidió.
La visita fue increible. La mágica espectacularidad de San Jorge, la rodearas por donde la rodearas, desde arriba o desde abajo, en la que uno no se podía quitar el asombro de su grandeza y belleza; el recorrido a ciegas totalmente a oscuras, palpando la pared del túnel que comunicaba las iglesias de Bet Qeddus Mercoreus y de Bet Gabriel Raphael; la visión de las cámaras/nichos de las paredes de las zanjas que rodeaban las iglesias; la espiritualidad de los fieles que se veían sentados por los rincones;
el recorrido por las trincheras exteriores que intercomunicaban las iglesias; los interiores alfombrados y con los típicos murales y frescos religiosos etiopes naif, planos y sin perspectiva como las pinturas de los niños, pero de gran colorido y expresividad; los rayos de luz, atravesando las ventanas cruciformes de las iglesias, de todos los diseños, latinas, de Malta, de Tau, esvásticas ...;
los objetos religiosos, manuscritos, coronas, cruces, cálices, tambores, guardados en estancias de cada una de ellas, que los monjes extraen y enseñan como tesoros;...
En relación a las sesiones fotográficas con los monjes, como ya dije anteriormente, no hay ningún problema, puesto que el negocio está absolutamente establecido, y posan sin ningún problema, muchos con total profesionalidad, adoptando deviersas posturas tipo, de perfil, de frente, ladeando la cara, mirando hacia el infinito, o alzando la cruz correspondiente. Sobre densidad turística, nosotros no tuvimos colapsos circulatorios entre el pupurri de grupos y personas solas que nos coincidimos en los conjuntos, de muy diversas nacionalidades, una pareja de japoneses, un tipo a su aire, una pareja de alemanes, un grupo de italianos, un par de chicas, ...
Tras el cierre de los complejos, todavía da tiempo para dar unas vueltas por Lalibela, donde nos encontramos al cura canalla charlando bajo un árbol del pueblo con otros lalibelianos, nos topamos con una marea verde de gente armada, que nos informan se trata de una convención/reunión de agricultores de la región, y que lanzando consignas con grandes cánticos a coro, van avanzando a saltos por la calle, levantando al aire sus Kalashnikov;
pasamos por las tumbas de una ladera, con vistas al arroyo Yordanos; y ya de vuelta al hotel, nos apalancamos todos, excepto Johan y Víctor, que se van al cercano hotel Tukol, donde se aloja todo el equipo del Dr. Herman, que al día siguiente iniciará su labor humanitaria, realizando operaciones a gentes necesitadas en el hospital de Lalibela, a hablar sobre las condiciones necesarias, acceso a salas, controles sanitarios, etcétera, para poder realizar fotografías y documentar su labor.