MIÉRCOLES 16 DE JULIO
Hoy es mi último día completo en Budapest. Como no me fío un pelo, lo primero que hago es reservar autobús para Veszprem e ir hasta la parada, que está cerca de la zona de obras.
Esta vez se puede hacer el recorrido sin más trasbordos de los previstos y se llega en unos 15 minutos.
Hecha la comprobación, toca empezar el día por el Centro en Memoria del Holocausto (1400 HUF). Todos sabemos más o menos de lo que trata. El exterminio de unos 400000 judíos y romaníes húngaros en apenas mes y medio en Auschwitz.
Qué frías son las cifras!
El museo es pequeñito, y trata de luchar contra esta frialdad (y lo consigue). Especialmente logrado es el seguimiento de 5 familias muy diferentes en el tiempo, cuyas historias puedes escuchar en 8 etapas diferentes (audio en húngaro e inglés).
Sólo consta de 8 salas, pero yo he estado tres horas (se me han pasado sin ser consciente del tiempo) y, por supuesto, como siempre, me he emocionado.
Me parece altamente recomendable.
El resto de la mañana la he dedicado para acercarme al mercado de Lehel (en el otro extremo). La lonely advierte que está ubicado en "una estructura horrorosa con forma de barco diseñada por el hijo del ministro comunista del interior ejecutado en 1949. Dicen que este edificio es su venganza". Yo no iría tan lejos, pero reconozco que bonito, no es.
Sin embargo, en cuanto que mercado, me ha parecido el más recomendable de los tres visitados: tiene más puestos abiertos, no hay turistas y en la planta superior también se venden productos no alimenticios.
El mercado se encuentra al lado de la Isla Margarita, último destino de la mañana. La he recorrido transversalmente, desde el puente de Arpad hasta el más bonito Puente de Margarita
Curiosa la forma de este puente, que hace un giro brusco a la altura de la isla.
En la isla se puede pasear (eso he hecho yo), tomar el sol (hay una piscina enorme en la mitad), tomar un picnic o coger una bicicleta-carro y dar un paseo. Es una zona de relax a tener en cuenta si quieres huir de la masificación de ciertas partes de la ciudad.
Monumentalmente hablando no tiene gran cosa: un jardín japonés y la torre del agua, a la que no he subido.
La ruta del día ha terminado en la Casa del Terror (2000HUF). Ubicado en el edificio donde tanto los fascistas de la Flecha cruzada, como los totalitarios del régimen satélite de la URSS hicieron las atrocidades propias de regímenes en los que el individuo se diluye en la comunidad dirigida por unos supuestos iluminados.
Se trata de un museo diferente. En el que lo simbólico adquiere un protagonismo total. Es necesario interactuar con los ordenadores de algunas salas para poder entender la exposición. A mí no me ha llegado a impactar tanto, tal vez por esa distancia que imponen al visitante.
Un último café en LadoCafe y vuelta al apartamento a empezar a organizar el resto de la semana: Veszprem, Balatonfured, Keszthely...
Hoy es mi último día completo en Budapest. Como no me fío un pelo, lo primero que hago es reservar autobús para Veszprem e ir hasta la parada, que está cerca de la zona de obras.
Esta vez se puede hacer el recorrido sin más trasbordos de los previstos y se llega en unos 15 minutos.
Hecha la comprobación, toca empezar el día por el Centro en Memoria del Holocausto (1400 HUF). Todos sabemos más o menos de lo que trata. El exterminio de unos 400000 judíos y romaníes húngaros en apenas mes y medio en Auschwitz.
Qué frías son las cifras!
El museo es pequeñito, y trata de luchar contra esta frialdad (y lo consigue). Especialmente logrado es el seguimiento de 5 familias muy diferentes en el tiempo, cuyas historias puedes escuchar en 8 etapas diferentes (audio en húngaro e inglés).
Sólo consta de 8 salas, pero yo he estado tres horas (se me han pasado sin ser consciente del tiempo) y, por supuesto, como siempre, me he emocionado.
Me parece altamente recomendable.
El resto de la mañana la he dedicado para acercarme al mercado de Lehel (en el otro extremo). La lonely advierte que está ubicado en "una estructura horrorosa con forma de barco diseñada por el hijo del ministro comunista del interior ejecutado en 1949. Dicen que este edificio es su venganza". Yo no iría tan lejos, pero reconozco que bonito, no es.
Sin embargo, en cuanto que mercado, me ha parecido el más recomendable de los tres visitados: tiene más puestos abiertos, no hay turistas y en la planta superior también se venden productos no alimenticios.
El mercado se encuentra al lado de la Isla Margarita, último destino de la mañana. La he recorrido transversalmente, desde el puente de Arpad hasta el más bonito Puente de Margarita
Curiosa la forma de este puente, que hace un giro brusco a la altura de la isla.
En la isla se puede pasear (eso he hecho yo), tomar el sol (hay una piscina enorme en la mitad), tomar un picnic o coger una bicicleta-carro y dar un paseo. Es una zona de relax a tener en cuenta si quieres huir de la masificación de ciertas partes de la ciudad.
Monumentalmente hablando no tiene gran cosa: un jardín japonés y la torre del agua, a la que no he subido.
La ruta del día ha terminado en la Casa del Terror (2000HUF). Ubicado en el edificio donde tanto los fascistas de la Flecha cruzada, como los totalitarios del régimen satélite de la URSS hicieron las atrocidades propias de regímenes en los que el individuo se diluye en la comunidad dirigida por unos supuestos iluminados.
Se trata de un museo diferente. En el que lo simbólico adquiere un protagonismo total. Es necesario interactuar con los ordenadores de algunas salas para poder entender la exposición. A mí no me ha llegado a impactar tanto, tal vez por esa distancia que imponen al visitante.
Un último café en LadoCafe y vuelta al apartamento a empezar a organizar el resto de la semana: Veszprem, Balatonfured, Keszthely...