Hay varias cosas que tienen en común los 4 países que he visitado este verano:
1.- Son sorprendentes: no cumplen, superan las expectativas del más optimista
2.- Son desconocidos: quitando las capitales de Hungría y de la República Checa, apenas conocemos estos destinos
3.- Están infravalorados: no por los turistas, sino por los propios autóctonos. El caso paradigmático es Eslovaquia. El país que más me ha gustado de todo el viaje. No están preparados para el turismo de masas. No creen que puedan atraer a muchos turistas extranjeros. De hecho, el nivel de inglés es inferior al español (que ya es decir). Lo mismo pasa con Moravia en la República Checa, con Hungría (aparte de Budapest y el Balaton para los alemanes) y con Rumanía (a pesar de la fama de Drácula)
4.- Son desde el punto de vista competitivo, muy baratos. Lo de Rumanía es ridículo. Pero es que Eslovaquia, a pesar de contar con el euro, está tirado.
5.- El transporte público es eficiente, aunque claramente mejorable (sobre todo en los tiempos que se tarda en llegar a los sitios). Sin embargo, si buscas alternativas y no te importa tardar, no es obligatorio coche de alquiler.
6.- Es el viaje en que más barato me ha salido el coste/día (45€). Incluidos los tres aviones y los miles de kilómetros (sin exagerar) que he hecho en transporte público.
Vistos por separado:
RUMANÍA
La gente que me he encontrado es simplemente ENCANTADORA.
Es un país en el que se come muy bien y económico. De hecho, no merece la pena ni ir al supermercado, pues no te va a salir más barato.
Ha roto mis prejuicios, basados en estereotipos demasiado extendidos en otros países.
Es mucho más que Drácula. Su historia es muy rica y se puede apreciar en las visitas turísticas, casi en cada ciudad que visitas.
Los monasterios de Bucovina son una delicia y Transilvania tiene unas cuantas ciudades ideales (Brasov me ha enamorado).
A pesar de todo lo anterior, Bucarest es horroroso.
Me he quedado con las ganas del Mar Negro y la desenbocadura del Danubio.
HUNGRÍA
Es mucho más que su capital (la ciudad más bonita que he visitado).
A la gente que le guste la playa, puede aprovechar las múltiples ciudades que se encuentran al rededor del Lago Balatón. Algunas preciosas.
Las ciudades de Pecs y Eger son de visita obligada, y punto.
Kecskemet (en menor medida) y sobre todo Miscolc no merecen más de un día.
La comida húngara también muy rica. La mejor comida de todo el viaje, la cena con mi anfitrión de CouchSurfing en Kecskemet. Recomendaría probar los Langos.
ESLOVAQUIA
El mejor país de la ruta.
El país que más me ha sorprendido, pues apenas esperaba nada de él. Simplemente estaba entre Hungía y la República Checa.
Es el paraíso para los senderistas: El Slovensky raj, Los Tatras, Mala Fatra... uno podría estar semanas en este país y no se cansaría.
A pesar de contar con el euro (qué gozada no andar con más moneditas raras), es mucho más barato que España.
Kosice, la región de Spis... son sitios (sin contar los parques naturales próximos) que bien merecen una excursión de varios días. En definitiva, es mucho más que Bratislava (ciudad un tanto cutre comparada con otras de las visitadas).
Es una pena que no hagan más publicidad exterior, porque es desde luego un país por descubrir. La nueva Eslovenia o Croacia, por ejemplo.
REPÚBLICA CHECA
Es mucho más que Praga (demasiado masificado para mi gusto)
La región de Moravia, una gran desconocida, lo mejor que he visitado de este país.
Las comunicaciones en Bus excelentes.
No tiene la belleza de los parques naturales de Eslovaquia, pero desde luego hay varios que merecen la pena ser explorados con más tiempo del que yo he dispuesto.
OTRAS EXCURSIONES DE REBOTE: VIENA, LINZ, DRESDEN
Viena es una ciudad que se reconoce como capital de un gran imperio en sus calles y edificios.
No ha llegado a gustarme tanto como Praga o, sobre todo, Budapest.
Linz es una ciudad bonita para estar al menos un día. Aunque extremadamente cara (al igual que Viena).
Dresden es, para mí, una gran desconocida. La ciudad antigua reconstruida es muy bonita. Y si se tiene suerte de que haga un día soleado, se te pasa volando viéndola.
1.- Son sorprendentes: no cumplen, superan las expectativas del más optimista
2.- Son desconocidos: quitando las capitales de Hungría y de la República Checa, apenas conocemos estos destinos
3.- Están infravalorados: no por los turistas, sino por los propios autóctonos. El caso paradigmático es Eslovaquia. El país que más me ha gustado de todo el viaje. No están preparados para el turismo de masas. No creen que puedan atraer a muchos turistas extranjeros. De hecho, el nivel de inglés es inferior al español (que ya es decir). Lo mismo pasa con Moravia en la República Checa, con Hungría (aparte de Budapest y el Balaton para los alemanes) y con Rumanía (a pesar de la fama de Drácula)
4.- Son desde el punto de vista competitivo, muy baratos. Lo de Rumanía es ridículo. Pero es que Eslovaquia, a pesar de contar con el euro, está tirado.
5.- El transporte público es eficiente, aunque claramente mejorable (sobre todo en los tiempos que se tarda en llegar a los sitios). Sin embargo, si buscas alternativas y no te importa tardar, no es obligatorio coche de alquiler.
6.- Es el viaje en que más barato me ha salido el coste/día (45€). Incluidos los tres aviones y los miles de kilómetros (sin exagerar) que he hecho en transporte público.
Vistos por separado:
RUMANÍA
La gente que me he encontrado es simplemente ENCANTADORA.
Es un país en el que se come muy bien y económico. De hecho, no merece la pena ni ir al supermercado, pues no te va a salir más barato.
Ha roto mis prejuicios, basados en estereotipos demasiado extendidos en otros países.
Es mucho más que Drácula. Su historia es muy rica y se puede apreciar en las visitas turísticas, casi en cada ciudad que visitas.
Los monasterios de Bucovina son una delicia y Transilvania tiene unas cuantas ciudades ideales (Brasov me ha enamorado).
A pesar de todo lo anterior, Bucarest es horroroso.
Me he quedado con las ganas del Mar Negro y la desenbocadura del Danubio.
HUNGRÍA
Es mucho más que su capital (la ciudad más bonita que he visitado).
A la gente que le guste la playa, puede aprovechar las múltiples ciudades que se encuentran al rededor del Lago Balatón. Algunas preciosas.
Las ciudades de Pecs y Eger son de visita obligada, y punto.
Kecskemet (en menor medida) y sobre todo Miscolc no merecen más de un día.
La comida húngara también muy rica. La mejor comida de todo el viaje, la cena con mi anfitrión de CouchSurfing en Kecskemet. Recomendaría probar los Langos.
ESLOVAQUIA
El mejor país de la ruta.
El país que más me ha sorprendido, pues apenas esperaba nada de él. Simplemente estaba entre Hungía y la República Checa.
Es el paraíso para los senderistas: El Slovensky raj, Los Tatras, Mala Fatra... uno podría estar semanas en este país y no se cansaría.
A pesar de contar con el euro (qué gozada no andar con más moneditas raras), es mucho más barato que España.
Kosice, la región de Spis... son sitios (sin contar los parques naturales próximos) que bien merecen una excursión de varios días. En definitiva, es mucho más que Bratislava (ciudad un tanto cutre comparada con otras de las visitadas).
Es una pena que no hagan más publicidad exterior, porque es desde luego un país por descubrir. La nueva Eslovenia o Croacia, por ejemplo.
REPÚBLICA CHECA
Es mucho más que Praga (demasiado masificado para mi gusto)
La región de Moravia, una gran desconocida, lo mejor que he visitado de este país.
Las comunicaciones en Bus excelentes.
No tiene la belleza de los parques naturales de Eslovaquia, pero desde luego hay varios que merecen la pena ser explorados con más tiempo del que yo he dispuesto.
OTRAS EXCURSIONES DE REBOTE: VIENA, LINZ, DRESDEN
Viena es una ciudad que se reconoce como capital de un gran imperio en sus calles y edificios.
No ha llegado a gustarme tanto como Praga o, sobre todo, Budapest.
Linz es una ciudad bonita para estar al menos un día. Aunque extremadamente cara (al igual que Viena).
Dresden es, para mí, una gran desconocida. La ciudad antigua reconstruida es muy bonita. Y si se tiene suerte de que haga un día soleado, se te pasa volando viéndola.