Este día lo cogimos para ver Sintra, que todo el mundo nos lo había recomendado ya que decían que era completamente distinto.
Desayunamos tempranito para poder estar a las 10:00 el el Palacio da Pena, de Lisboa a Sintra hay unos 25 minutos y se llega muy fácil.
Cuando llegamos había mucha niebla (la chica que nos vendió las entradas nos comentó que el tiempo allí todos los días era una sorpresa)
Haciendo caso a una página que habíamos visto antes, compramos la combinada (Palacio da Pena, Castillo dos Mouros, Palacio Real, Palacio Monserrate y Monasterio de los Capuchos)
Pues allí estabamos a las 10:00 en la puerta del Palacio da Pena, con bastante niebla y fresco. El palacio es muy bonito, te va haciendo un recorrido por las estancias, que están amuebladas con los enseres que había en la época y te puedes hacer una idea de como vivía la realeza.
Aunque lo verdaderamente espectacular son sus jardines, daría para un día entero paseando y viendo pequeñas construcciones auxiliares que hay en ellos (si voy con los niños otra vez mochila y bocadillos)
El palacio lo vimos en una hora y media aprox., luego nos dirijimos al Castillo de los Moros, que está a 10 minutos andando.
Del castillo hay que decir que no es apto para personas que tengan dificultades para andar ni para ir con carrito de niños chicos, ya que hay muchísimas escaleras (y empinadas). El castillo es bastante grande y tiene unas vistas magníficas sobre toda la ciudad.
Después de esta visita fuimos a reponer fuerzas a un sitio de carne que hay bajando al llegar al pueblo y la verdad es que bastante bien (aunque me sigue chocando lo del tema de los menús, que allí es plato del día, con la bebida y el postre aparte)
Luego dimos un paseito por el centro, nos tomamos un cafelito y nos aventuramos en la Quinta Regaleira que es un palacio muy bonito, aunque de nuevo lo que llama la atención son sus jardines (cascadas, pasadizos,capillas...), nos tomó una horita y media el hacer la visita.
A continuación cogimos el coche y nos dirijimos al Palacio Monserrate (de nuevo lo que más llama la atención son sus jardines perfectamente cuidados con multitud de plantas y flores, estanques...).
Para terminar fuimos a ver el Convento dos Capuchos, el cual está bastante alejado, es un conjunto de edificaciones en ruinas mediante el cual te puedes hacer una idea bastante real de como vivían en esa época (es un poco como la película El nombre de la rosa).
Después de este agotador día, nos fuimos al hotel a descansar.
Desayunamos tempranito para poder estar a las 10:00 el el Palacio da Pena, de Lisboa a Sintra hay unos 25 minutos y se llega muy fácil.
Cuando llegamos había mucha niebla (la chica que nos vendió las entradas nos comentó que el tiempo allí todos los días era una sorpresa)
Haciendo caso a una página que habíamos visto antes, compramos la combinada (Palacio da Pena, Castillo dos Mouros, Palacio Real, Palacio Monserrate y Monasterio de los Capuchos)
Pues allí estabamos a las 10:00 en la puerta del Palacio da Pena, con bastante niebla y fresco. El palacio es muy bonito, te va haciendo un recorrido por las estancias, que están amuebladas con los enseres que había en la época y te puedes hacer una idea de como vivía la realeza.
Aunque lo verdaderamente espectacular son sus jardines, daría para un día entero paseando y viendo pequeñas construcciones auxiliares que hay en ellos (si voy con los niños otra vez mochila y bocadillos)
El palacio lo vimos en una hora y media aprox., luego nos dirijimos al Castillo de los Moros, que está a 10 minutos andando.
Del castillo hay que decir que no es apto para personas que tengan dificultades para andar ni para ir con carrito de niños chicos, ya que hay muchísimas escaleras (y empinadas). El castillo es bastante grande y tiene unas vistas magníficas sobre toda la ciudad.
Después de esta visita fuimos a reponer fuerzas a un sitio de carne que hay bajando al llegar al pueblo y la verdad es que bastante bien (aunque me sigue chocando lo del tema de los menús, que allí es plato del día, con la bebida y el postre aparte)
Luego dimos un paseito por el centro, nos tomamos un cafelito y nos aventuramos en la Quinta Regaleira que es un palacio muy bonito, aunque de nuevo lo que llama la atención son sus jardines (cascadas, pasadizos,capillas...), nos tomó una horita y media el hacer la visita.
A continuación cogimos el coche y nos dirijimos al Palacio Monserrate (de nuevo lo que más llama la atención son sus jardines perfectamente cuidados con multitud de plantas y flores, estanques...).
Para terminar fuimos a ver el Convento dos Capuchos, el cual está bastante alejado, es un conjunto de edificaciones en ruinas mediante el cual te puedes hacer una idea bastante real de como vivían en esa época (es un poco como la película El nombre de la rosa).
Después de este agotador día, nos fuimos al hotel a descansar.