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El día 12 de abril del 2014, a eso de las 11 de la mañana ya estamos en el avión que nos lleva hacia Dubai, cargados de ilusión y con esas mariposas en el estómago que tenemos todos los que frecuentamos el foro de Los Viajeros.
Como ya sabéis los que me conocéis del foro, viajamos con un niño pequeño, que por supuesto está encantadísimo.
En ese momento tenía 3 añitos. Ahora tiene 4. Veo las fotos, y lo veo más niño que ahora. Lleva su ovejita a todas partes, su peluche favorito, y no se separa de ella.
El vuelo es de Qatar Airways. ¡Genial! Es mi aerolínea favorita. Más que Emirates incluso. Eso sí, no es vuelo directo, tendremos que hacer escala en Doha, pero bueno, por el magnífico precio que conseguí (unos 450 € por personas) no nos podemos quejar.
El niño se pone a ver una peli en la pantalla multimedia y en seguida nos sirven la comida. Kids meal para el niño y menú hindú para nosotros, que yo había seleccionado previamente en el web de Qatar Airways. Para beber, pedimos champán. Qué maravilla. Otra aventura comienza. Cierro los ojos y pienso que no hay nada tan bonito como viajar.
Me pongo la peli de "El Padrino", y cuando me quiero dar cuenta ya nos están explicando en un vídeo demostrativo como se hace el transfer en el aeropuerto de Doha.
Las explicaciones nos hacen mucha gracia porque coges un shuttel y hay una parada específica para viajeros en Business, y estos aparecen caracterizados como unos jeques árabes. Bueno, nosotros vamos en turista, lógicamente, pero no se viaja nada mal.
Antes de bajarnos del avión y coger el shuttel, mi hijo hace su visita preceptiva a la cabina del piloto. El comandante, un simpatiquísimo piloto mexicano, hace buenas migas con el niño.
Las azafatas se han prodigado todo el vuelo con mimos hacia él, y él que es un ligón profesional está encantado. "Do you want to be my boyfriend?" le preguntan.
Mención aparte merecen los regalos que hace Qatar a los niños. Una maletita de Bob esponja y una mochilita preciosas. ¡Bravo Qatar!
Hacemos la escala en Doha, y aprovecho para comprar un imán de nevera de Qatar. Me salto un poco mis reglas. No se puede decir propiamente que haya visitado Doha, pero me hace ilusión tenerlo. Además, de lejos, se ven las luces iluminando el skyline de Doha. Así que, bueno, algo sí que he visto.
Bueno, una horita de vuelo y ya estamos en Dubai. Es noche cerrada al llegar, pero hace un calor sofocante. Cogemos un taxi y nos dirigimos a nuestro hotel, el ramada Deira, en el barrio del mismo nombre.
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