QUINTO ITINERARIO: LAS IGLESIAS CIRCULARES. ✏️ Diarios de Viajes de EuropaSi hay algo que abunde en Roma, eso son los recintos religiosos católicos. Pero si hay algo que escasee entre estos, son las iglesias de planta circular. No es un tipo de planta que abunde en las construcciones cristianas, pero en Roma hay dos...Diario: ROMA: siete itinerarios, tres viajes y un diario.⭐ Puntos: 4.9 (19 Votos) Etapas: 7 Localización: EuropaSi hay algo que abunde en Roma, eso son los recintos religiosos católicos. Pero si hay algo que escasee entre estos, son las iglesias de planta circular. No es un tipo de planta que abunde en las construcciones cristianas, pero en Roma hay dos ejemplos que, aparte de su interés, están localizados en dos áreas que nos ofrecen atractivos suficientes como para pasar varias horas en las mismas. Un tercer ejemplo de estos recintos circulares sería la capilla de San Piertro in Montorio, en la colina del Gianicolo Los dos ejemplos a los que me refiero son: el mausoleo de Santa Costanza y la Iglesia de S. Estefano Rotondo. Son dos pequeñas excursiones que pueden realizarse en medio día. Yo las he realizado en los dos últimos viajes a Roma. Desde el hotel en la calle Gaeta me dirijo a Porta Pía donde tomo el bus 84 para ir a la primera visita: el Mausoleo de Santa Costanza. La Puerta Pia conserva parte de las murallas de la ciudad de Roma y entre las dos puertas se encuentra el Museo de los Bersaglieri, ese cuerpo del ejército italiano que llevan un curioso gorro con plumas de ave. Frente a este museo, en la plaza, está un monumento alegórico de este cuerpo militar. En esta misma plaza paran varios buses que nos pueden llevar hasta las cercanías del primer destino. Desde Termini tienen parada (fermata) aquí el 36 y el 90. Yo uso el 84. En la séptima parada, a la altura del número 349 de la via Nomentana está situado un complejo de edificios religiosos, ruinas y catacumbas, entre las que está mi primer destino. Este complejo de edificios toma nombre de la iglesia más importante, Santa Agnese fori le Mura y se accede al interior por un arco bien señalado en la calle Nomentana. Tras un pequeño patio se llega al primer edificio (a la derecha) la iglesia de Santa Agnese que visitaré después. Se sigue el jardín y hacia la izquierda se llega al Mausoleo de Santa Costanza (hoy es una iglesia). Su horario es de 9-12 y de 16-18 horas. Desde afuera se observa claramente las dos partes de este edificio de planta circular: en medio una cúpula semiesférica rodeada de un cuerpo menor, a modo de anillo que lo circunda. Pero cuando se entra se descubre una pequeña maravilla ya que, aunque algo cambiado al transformarse en iglesia, todavía mantiene un encanto muy especial. Por un lado las columnas pareadas (de dos en dos) con un antablamento que las une por arriba son clásicas. Encima arcos de adobe que terminan en una cúpula. Pero quizás lo que llame la atención sean los mosaicos que tiene en el techo. A diferencia de otros edificios romanos aquí el mosaico cumbre la bóveda que circunda la cúpula del centro. Esta originalidad está unida a otra, el tema. Abundan los temas relacionados con la vendimia, las flores, frutas y animales. Aunque el acceso es libre merece la pena encender las luces (0.50€) para ver mejor estos expendidos mosaicos. Tras la visita, desde el exterior se pueden ver los restos de la llamada basílica costatiniana, de la que quedan sólo las paredes y de la que formaba parte el Mausoleo de Santa Constanza. Si volvemos sobre los pasos sin abandonar este complejo de edificios, mi siguiente visita es a la basílica de Santa Agnese. El acceso se hace por una amplia y larga rampla descendente ya que la iglesia está a un nivel inferior de la calle. Su aspecto es muy parecido al de otras basílicas cristianas y me llama la atención el expléndido mosaico que hay sobre el altar, uno de los pocos mosaicos bizantinos de Roma. Cerca de la entrada a la iglesia se encuentra el acceso a las catacumbas. Las catacumbas son casi idénticas a las que podemos encontrar en otras zonas de Roma. Aquí, según las informaciones de la guía están formadas por tres plantas de la que está abierta al público solamente la superior. A diferencias de otras, estas catacumbas no están preparadas para recibir a muchos visitantes. Es más, no conozco muchas, pero estás me han parecido más estrechas y bajas. Se puede visitar (6.00 €) de 9 a 11:30 y de 16 a 18:30. La visita dura unos 40 minutos en los que se recorren diversos pasillos con diversas paradas en las que explican tanto los tipos de enterramiento, como la transcripción de las lápidas, curiosidades, la existencia junto a estas de otras catacumbas paganas, los ritos y restos que se conservan, etc. Termina la visita en la tumba de Santa Agnese situada justo debajo del altar de la iglesia. Tras esta larga visita, en el mismo complejo de edificios hay una pequeña cafetería para reponerse y asimilar tantas informaciones e imágenes. Nuevamente en la calle. En la vía Nomentana tomo el bus de regreso a Porta Pía. En la parada una de las bandas de música que “ameniza” el trayecto en algunas líneas de buses. En esta ocasión está formada, según me indica una señora, por albaneses. En el bus 90 continúo tres paradas, oigo el comienzo de una canción que se interrumpe de momento: hay dos inspectores de la ATAC. Miro y todas las personas, incluyendo los músicos albaneses, enseñamos el billete. Una vez más me reafirmo en lo que he dicho una y otra vez en el foro de Los Viajeros: aunque no intervengan los billetes, la mayor parte de las personas en el transporte público de Roma, llleva si billete. Me bajo a la altura de Villa Torlonia y el Parque Paganini, un remanso de paz en esta vía de intenso tráfico. El parque Paganini es público y puede ser un buen lugar para descansar y toma un gelatto de alguna de las gelatterias cercanas. Frente al mismo, al otro lado de la calle se encuentra mi próxima visita. La Villa Torlonia no la tenía previsto visitar pero como en esta ocasión se celebra la Semana de los Bienes Culturales y en consecuencia, era gratis, la dedico unas horas. Se trata de una amplia villa con varios edificios suntuosos que son el buen ejemplo de una de las familias con “pedrigri” a la italiana. Funciona como un museo por lo que hay que adquirir la entrada, o mejor dicho las entradas ya que, al menos hay cuatro recintos para visitar. La villa propiamente dicha que es un palacete, situado sobre una colina, rodeado de pinos, muy clásico en el exterior y el interior lleno de frescos, estucos, adornos, vidrieras, todo muy del gusto y nivel de Alexandro Torlonia, la persona que lo engargó. Curiosamente me enteré, por las explicaciones de una guía, que uno de sus descendientes es muy famoso en los programas del corazón de las televisiones española. No es difícil adivinar de quién se trata ya que de su ascendiente, por lo menos, conserva el nombre. De sus salas dos me llamaron la atención, el [i]baño imitando a las pinturas de Pompeya y la Sala Egipciaca con mosaicos, frescos y columnas. Aparte de la villa, hay un edificio que parece una mezcla de casa alemana, villa inglesa y castillo de los Carpatos, es la llamada Casina delle Civette. Para mi gusto la construcción más original y con una colección de vidrieras y objetos modernistas que de por si sería una buena excusa para visitar esta Villa. Tambien hay un pabellón, junto a la entrada con la pequeña pinacoteca, un lago con una cafetería y una colina artificial, y unas interesantes ruinas romanas a modo de foro construidas hace unas décadas. No se podía visitar ese día (ignoro la causa) unos recintos subterráneos que fueron bunker durante la Segunda Guerra Mundial y una sala que imita las tumbas etruscas. Estos recintos fuero construidos (eso creo) por uno de sus últimos inquilinos, Mussolini ya que fue su residencia durante la etapa fascista. Los jardines que rodean estas edificaciones está muy cuidados con muchas variedad de flora y con un obelisco. Tras esta visita vuelta hacia el centro y buscar un lugar para comer. Esta vez es un restaurante étnico cerca del hotel. La segunda excursión tiene como meta la iglesia de San Stefano, en la colina de Celio. Queda cerca de S. Juan Laterano. Aprovecho para visitar ,en primer lugar, la muralla romana en este sector con la Puerta Asinaria, y el cercano mercado de via Sannio. En el lateral de San Juan Luterano (frente al Baptisterio) tomo el bus 81 que, tras pasar por la zona hospitalaria y girar bruscamente, enfila la via Navicella También se puede ir andando desde la Plaza junto a la basílica de S. Juan Laterano por la via S. Stefano Rotondo, poco antes de terminar la misma a la izquierda se accede tras un portón al pórtico de esta iglesia. Se cierra al mediodía. Bajo en la segunda parada junto a una “navicella” que da nombre a la calle. Se trata del casco de un barco de mármol del periodo renacentista, que se encuentra en medio de la calzada. Frente al mismo una iglesia que apenas llama la atención desde el exterior, Santa Maria in Dominica. Entro y sobre el altar un magnífico mosaico ocupa la parte superior y el arco triunfal imitando los iconos bizantinos. Hay un personaje curioso entre las imágenes. Bajo la mano abierta de la Virgen, se representa un santo con el aura cuadrada, y no redonda como todos los demás. La razón es muy sencilla: fue realizado este mosaico cuando todavía vivía. Hay otro muy parecido, con el aura (corona) cuadrada en la iglesia subterránea de San Clemente que comenté en otro itinerario. Otra curiosidad de la iglesia son las columnas procedentes de algún templo o edificio romano. Desde el exterior, la parte posterior de la iglesia lo ocupa la Villa Celimontana, un remanso de paz con jardines y con unas vistas impresionantes sobre las Termas de Caracalla, el Circo Maximo, la colina del Aventino, entre otros. Aprovecho la “paz del lugar” para dar buena cuenta del almuerzo. Vuelvo a la “navicella” y al otro lado de la iglesia que he visitado antes hay otro elemento muy curioso: una puerta, cerrada, con un curioso mosaico redondo que representa a un Cristo sentado que agarra de la mano a un esclavo blanco y a otro negro. Encima una cruz, roja y gris, símbolo de una orden religiosa, los Trinitarios, que entre sus funciones en siglos pasados era negociar la liberación de los cautivos. Frente a esta portada termina la calle S. Stefano Rotonto. A escasos veinte metros se encuentra el acceso al complejo donde se sitúa esta iglesia redonda. Desde el exterior la imagen es muy rara, un cilindro elevado y roreado de una edificación circular. Parece ser que había otra edificación circular más exterior a la que pertenecería el acceso. A pesar de ello, por su altura y anchura es grandiosa. Aparte, los ventanales y las elevadas columnas de origen romano hacen que su interior sea muy claro. En las pareces aparecen pinturas al fresco muy expresivas con las torturas a las que fue sometido el santo titular de esta iglesia. Tiene alguna capilla con mosaicos y una catedral, o sillon de piedra junto a la pared. Esta zona de la colina del Celio tiene más sorpresas. Tomando como refrencia el trozo de muralla que hay en la calle de la navicella y atravesando un arco, llegamos a una enorme cuesta con una curiosa vista. Se trata de una calle que desciende bruscamente (Clivo di Scario) sobre la que se sitúan siete arcos que sirven se sujeción a una iglesia que está a su lado, Esta iglesia de S. Giovanni y Paolo in Celio llama la atención, en su exterior, la elevada torre de siete cuerpos, y en su interior, su decoración y la curiosa iluminación. Está formada por una gran cantidad de lámparas de araña de cristal que a no ser por la poca iluminación exterior, dan sensación de ser, más un salón de baile que del recintos sagrado. En un lateral de la iglesia están esos arcos a lo que me he referido antes, Entre dos de ellos un acceso cerrado. Un letrero en la puerta anuncia su contenido, la Casa romana del Celio. Se ha abierto recientemente los restos de una mansión romana situada bajo la iglesia. Conserva muy bien las pinturas en diferentes estancias, tanto de tipo mitológico, decorativo, como cristiano. Para visitarla hay que hacer una reserva y el acceso sólo se hace a grupos muy reducidos.. Si descendemos de la colina llegamos a la via de San Gregorio con el Coliseo y el Arco de Costantino a nuestra derecha, a nuestra izquierda un edificio aislado, el portico Vignola traido de otra zona romana y, en frente las imponentes ruinas del Palatino y del Circo Máximo. También aquí tenemos bastantes conexiones en bus y metro (Circo Máximo) para desplazarnos a otras zonas romanas. Índice del Diario: ROMA: siete itinerarios, tres viajes y un diario.
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