Procedentes de Phalaborwa, tras superar un puerto de montaña y descender al valle del río Blyde………..comenzábamos la Panoramic Route en dirección a Graskop. Los cultivos agrícolas ocupaban el fondo del valle, valle amplio enmarcado por bajas montañas onduladas. El valle se iba cerrando, creando un cañón, cada vez más estrecho y profundo.
Pasado el Forever Blyde Resort tomábamos la desviación hacia el mirador de The Three Rondavels. Lástima que el Forever estaba ya completo cuando tres semanas antes intenté reservarlo para esta noche. Su emplazamiento es espléndido.
10 rands y para el mirador. Al lado del aparcamiento, los locales establecían sus tenderetes de venta de recuerdos en tela o en tallas de madera.
Magnífica perspectiva del cañón y de las formaciones rocosas que semejan rondavels (chozas cónicas de los nativos), también conocidas como las tres viudas (de un jefe tribal). El río discurre por la profundidad, bajo las paredes rocosas, en uno de los cañones más profundos del mundo, erosionado por la circulación del río durante millones de años. ¡La geología de Sudáfrica es de las más antiguas del planeta!.
Con la luz de la tarde, el entorno ganaba espectacularidad, haciendo destacar el rojo de los distintos estratos en las rocas, contrastado con el verde de la vegetación. Numerosos visitantes se daban cita en el bien acondicionado mirador, …………..se nota que es sábado.
Por el embalse de Blydepoort navegaba un catamarán. Tal vez merecería la pena conocer la perspectiva a nivel del agua. Y el calor………..matador! Y eso que estábamos a unos 1500 m de altitud.
Panorámica con el móvil
Continuando la ruta panorámica, R532, se sucedían los miradores, en una exhibición paisajística del cañón que supera los 1000 m de profundidad en algunos puntos. Este mirador está muy cerca del de Three Rondavels.
Más adelante, la vegetación nativa desaparecía, y las plantaciones de pinos ocupaban las laderas, al tiempo que el relieve se iba aplanando.
Nos saltamos los Bourke´s Luck Potholes. Ya no teníamos tiempo, la tarde avanzaba.
Próxima parada en Berlin Falls. Ya no quedaba nadie, así que podíamos disfrutar en intimidad de la caída de agua durante la puesta de sol, mientras sobre el horizonte se erguía una gran luna llena. Los últimos rayos del atardecer iluminaban la pared rojiza por la que se precipita el Sabine River para proseguir su rumbo hacia el río Lisbon, y después confluir con el Blyde River.
Noche fresca en Graskop, apacible pueblo en la provincia de Mpumalanga. Se notaban los 1500 m de altura. En Graskop imperan los africaners, descendientes de los Boers, aquellos granjeros de ascendencia holandesa que fueron unos de los protagonistas de la colonización europea de Sudáfrica.
Buena cena en The Glass House, un restaurante muy agradable, con suave música pop internacional y excelente cocina. Plato tradicional de ternera sudafricano cuyo nombre no recuerdo, muy rico……..la pata de cordero, exquisita………y los postres también.
A la mañana siguiente………..
Graskop se despertaba apacible un domingo por la mañana, ajeno a los convulsos días que se estaban viviendo en otras ciudades del país. Ataques xenófobos contra los inmigrantes de países vecinos que se instalan en Sudáfrica. También nos hemos librado de cortes de agua y de luz, en ocasiones prolongados en Graskop, según nos comentaban.
Aquel poblado montado por los buscadores de oro a finales del siglo XIX es hoy una tranquila población con amplio despliegue de servicios turísticos.
En los alrededores se encuentran unos cuantos miradores en la Great Panorama Route, accesibles por buenas carreteras asfaltadas, algunos de los cuales recorreremos a primera hora de la mañana.
No eran demasiado buenas las vistas desde el mirador de The Pinnacle, todavía en sombra por la mañana. Le faltaba luz y color. En cualquier caso, el soso paisaje protagonizado por esta torre rocosa no nos inspiraba ni el más mínimo nivel de éxtasis.
En el mirador de God´s View prometían impresionarnos con las vistas. No era así. Sólo una ligera caída de la pared rocosa del cañón, y después la inmensa llanura plantada de pinos. Nada que ver con la espléndida visión desde el mirador de The Three Rondavels. Lo mejor era sentir la naturaleza primigenia por los senderos del rain forest. ¡¡Fíjate qué jardín botánico, qué diversidad, qué maravilla vegetal!, un bosque prácticamente selvático de todos los verdes. Probablemente, así era todo el entorno hace tiempo, y ¡cómo se lo han cargado!
Picnic desayuno, y siguiente mirador, el Wonder´s View……………..un bluf! Vistas hacia una llanura plantada de pinos. ¡Qué birria! Hay miles de sitios más bonitos en España.
Las mujeres instalaban sus tenderetes de venta de recuerdos ya desde buena mañana. Una de ellas me convenció para comprarle una tela pintada.
Desde más de 90 m de altura caían varios saltos de agua en las Lisbon Falls. Agua cayendo, un entorno agradable, puestos de venta con escasas sonrisas……………..poco más.
Parecía imperdonable perderse los tan famosos pancakes de Harry. Así que, desayuno con pancakes y un batido que me sentó como una bomba. Aunque más bomba fue conectarme a internet para seguir las noticias del terremoto de Nepal. Se me partía el corazón al saber que la situación era cada vez peor y que la zona de Langtang se había quedado devastada.
Diría que más locales que foráneos visitaban el local, domingueando. Desde los grandes ventanales presenciábamos cómo montaban el mercadillo de artesanías. Un tipo nos hacía muecas desde la calle para intentar vendernos una jirafita de madera.
Por la Ruta Panorámica continuábamos hacia el sur, con parada en MacMac pools…..nada especial. Apetecía un baño en las pozas de agua transparente, pues apretaba el calor, pero para ir a mirar, poco sentido tenía estar allí.
Las superficies plantadas de pinos, o recién taladas, no aportaban ningún atractivo a la Panoramic Route, que poco panorámica era.
Sabie lucía aspecto de pueblo acomodado y bastante turístico, con numerosos servicios. Como todo es relativo, esto era un paraíso comparado con Johanesburgo. El río Sabie, recién nacido, se encajonaba a su paso por el pueblo, ………..el mismo río que habíamos visto en Kruger habitado por hipopótamos y elefantes.