Muy puntual salió de Barajas nuestro avión de la Turkish, salimos por la tarde y teníamos intención de dormir en el avión todo lo que pudiéramos. El primer tramo Madrid-Estambul lo hicimos de vicio, porque siguiendo con nuestra racha de buena suerte en los vuelos (y que no acabe!!!), nos pasaron a business. El siguiente tramo y todos los de vuelta, ya fuimos con nuestro billete normal, y tenemos que decir que los aviones de la Turkish son bastante escasos de espacio, pero salen baratos, así es que una cosa por la otra. En cuanto a la comida y las películas, están bien, y en cualquier momento te dan snacks o sándwiches si los pides.
Un aviso, pese a que habíamos llamado en varias ocasiones a los de la Turkish para reservar número de asiento, siempre nos decían que sólo se podía hacer 1 mes antes del vuelo, pero cuando llamamos en esa fecha resulta que para el tramo Estambul-Singapur (vuelo largo) se podía hacer desde 3 meses antes, así es que ya pillamos malos asientos. Así es que si os pasa, insistidles en que al menos os reserven el asiento en el vuelo largo.
Bueno, pues llegamos a Singapur a media tarde del día siguiente (por aquello del cambio horario que se pierde casi medio día) y tardamos unos 30 min en pasar el control de pasaportes. No necesitamos visado. Recogida de maletas, cambio de divisa, y taxi hasta el hotel, que se tarda unos 30 min y no recuerdo el precio del taxi pero no es caro, de hecho antes de coger el taxi pasas por un mostrador donde te dan un papelito con el precio fijo.
El hotel fue The Residence Club. Los hoteles en Singapur son carísísimos o más. Cuando miramos para reservar, resulta que los únicos que tenían un precio por debajo de los 180-150 euros no tenían siquiera ventana en la habitación (alucino), o estaban muy lejos de la zona de la Marina/Explanade, que es donde queríamos estar ya que sólo teníamos 1 noche para poder verla. Como excepción, habíamos encontrado el hotel Lavender V (a unas 5 paradas de metro de Maria Bay) y teníamos reserva en él, pero un día los de booking.com me enviaron una oferta en el Residence, y lo cambiamos sin dudarlo porque está casi al lado de la Marina y nos salió por 137€ la noche con desayuno. Por cierto, hay que llevar adaptador porque en Singapur los enchufes son de 3 patas.
El Residence Club es un hotel tipo inglés (de hecho es un club), enmoquetado hasta las cejas, pero con una situación excepcional porque desde el aeropuerto se accede a él en taxi sin necesidad de callejear por la ciudad, y se puede ir andando a la Marina, y desde su terraza se tiene vista al Marina Bay Sands. Para nuestro gusto y teniendo en cuenta lo que necesitábamos, lo vemos muy recomendable. Eso sí, dentro de la habitación había 3 escalones para acceder desde la puerta a la zona de la cama.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Así es que después de dejar las maletas y cambiarnos de ropa porque hacía mucho calor y porque queríamos entrar en el club Kudeta en el Marina Bay Sands (y se requiere ir un poco “monos”, pero sin exagerar), cruzamos la calle por un subterráneo y aparecimos en una especie de paseo "marítimo" desde donde había muy buenas vistas del Marina Bay Sands de un lado, y de otro de los rascacielos de Singapur.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Fuimos bordeando el lago por su lado izquierdo mientras se nos hacía de noche, por un paseo del que a mano izquierda salen calles con restaurantes y terrazas para cenar, que por cierto estaban llenas, pero no nos paramos porque nuestro objetivo era otro y aunque pensamos cenar ahí a la vuelta, ya luego no hubo oportunidad porque regresamos por otro sitio y se hizo muy tarde.
Terminado el paseo "marítimo", por debajo de un puente (lo digo porque metimos la pata por ir por encima y perdimos mucho tiempo) llegas a la zona del Marina Bay Sands, que tiene la entrada por detrás (a esas alturas ya tenía los piés molidos por las sandalias “monas” que se me había ocurrido ponerme) y por fin entramos. Muy chulo por dentro, y enorme. Ahora que, olvídate de ver algo más que el superhall que comunica por dentro los tres edificios, porque para subir a los pasillos de las habitaciones hace falta una tarjeta de residente.
*** Imagen borrada de Tinypic *** Interior del edificio.
Localizamos el ascensor con el que se sube a la terraza del club Kudeta, desde donde se ven las vistas y teníamos la esperanza de ver también la piscina colgante, que creo que es la más alta del mundo. Para subir, antes te paran y te miran de arriba abajo a ver qué tal vas vestido (yo creo que es suficiente con no llevar zapatillas), “nos aprobaron” y nos dieron dos entradas gratis (quiero decir, que no se paga por entrar pero te piden entrada). Allá que subimos!!! El club está muy chulo y además tiene mesas para cenar. La vista está muy bien, pero aviso, desde ahí no se ve la piscina nada de nada…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Total que cuando ya nos íbamos a bajar, observamos que al fondo del descansillo de los ascensores hay una flecha que indica “Club Lounge Kudeta”, y allá que nos metimos, como si lo conociéramos de toda la vida. Resulta que es la entrada a la piscina y, claro, en cuando llegamos nos pararon y pidieron acreditación de cliente, y como no la teníamos no pudimos pasar, pero sorpresa!!!, justo a la derecha de donde te paran para que no entres a la piscina, hay una entrada a otro club nocturno (que tiene sombrillas color rojo y creo recordar que a diferencia del otro, no tiene restaurante), y ahí entramos poniendo cara de ser clientes del hotel, hasta saludamos al de la puerta, y no nos pararon, y desde ahí sí que hay vistas a la piscina, alucinante. Era de noche y había mucha gente bañándose, viendo el skyline de Singapur. La verdad, disfrutamos mucho.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de eso, regresamos al hotel pero esta vez andando por el otro lado del lago para ver otra perspectiva de los edificios iluminados y llegar al Merlion, y como se nos hizo muy largo y llevábamos una paliza de tres pares de narices desde que habíamos salido de Madrid, me negué a dar un paso más y a medio camino cogimos un taxi de regreso. Ni me acuerdo de dónde o qué cenamos, sí que debía estar molida…
La previsión era que ese mismo día hubiésemos paseado por los jardines Gardens By the Bay y visto su espectáculo de luces, así como la zona de Explanade, pero como a la vuelta tendríamos 8h de escala en Singapur, decidimos dejarlo (error, ya veréis lo que pasó el último día…)
Un aviso, pese a que habíamos llamado en varias ocasiones a los de la Turkish para reservar número de asiento, siempre nos decían que sólo se podía hacer 1 mes antes del vuelo, pero cuando llamamos en esa fecha resulta que para el tramo Estambul-Singapur (vuelo largo) se podía hacer desde 3 meses antes, así es que ya pillamos malos asientos. Así es que si os pasa, insistidles en que al menos os reserven el asiento en el vuelo largo.
Bueno, pues llegamos a Singapur a media tarde del día siguiente (por aquello del cambio horario que se pierde casi medio día) y tardamos unos 30 min en pasar el control de pasaportes. No necesitamos visado. Recogida de maletas, cambio de divisa, y taxi hasta el hotel, que se tarda unos 30 min y no recuerdo el precio del taxi pero no es caro, de hecho antes de coger el taxi pasas por un mostrador donde te dan un papelito con el precio fijo.
El hotel fue The Residence Club. Los hoteles en Singapur son carísísimos o más. Cuando miramos para reservar, resulta que los únicos que tenían un precio por debajo de los 180-150 euros no tenían siquiera ventana en la habitación (alucino), o estaban muy lejos de la zona de la Marina/Explanade, que es donde queríamos estar ya que sólo teníamos 1 noche para poder verla. Como excepción, habíamos encontrado el hotel Lavender V (a unas 5 paradas de metro de Maria Bay) y teníamos reserva en él, pero un día los de booking.com me enviaron una oferta en el Residence, y lo cambiamos sin dudarlo porque está casi al lado de la Marina y nos salió por 137€ la noche con desayuno. Por cierto, hay que llevar adaptador porque en Singapur los enchufes son de 3 patas.
El Residence Club es un hotel tipo inglés (de hecho es un club), enmoquetado hasta las cejas, pero con una situación excepcional porque desde el aeropuerto se accede a él en taxi sin necesidad de callejear por la ciudad, y se puede ir andando a la Marina, y desde su terraza se tiene vista al Marina Bay Sands. Para nuestro gusto y teniendo en cuenta lo que necesitábamos, lo vemos muy recomendable. Eso sí, dentro de la habitación había 3 escalones para acceder desde la puerta a la zona de la cama.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Así es que después de dejar las maletas y cambiarnos de ropa porque hacía mucho calor y porque queríamos entrar en el club Kudeta en el Marina Bay Sands (y se requiere ir un poco “monos”, pero sin exagerar), cruzamos la calle por un subterráneo y aparecimos en una especie de paseo "marítimo" desde donde había muy buenas vistas del Marina Bay Sands de un lado, y de otro de los rascacielos de Singapur.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Fuimos bordeando el lago por su lado izquierdo mientras se nos hacía de noche, por un paseo del que a mano izquierda salen calles con restaurantes y terrazas para cenar, que por cierto estaban llenas, pero no nos paramos porque nuestro objetivo era otro y aunque pensamos cenar ahí a la vuelta, ya luego no hubo oportunidad porque regresamos por otro sitio y se hizo muy tarde.
Terminado el paseo "marítimo", por debajo de un puente (lo digo porque metimos la pata por ir por encima y perdimos mucho tiempo) llegas a la zona del Marina Bay Sands, que tiene la entrada por detrás (a esas alturas ya tenía los piés molidos por las sandalias “monas” que se me había ocurrido ponerme) y por fin entramos. Muy chulo por dentro, y enorme. Ahora que, olvídate de ver algo más que el superhall que comunica por dentro los tres edificios, porque para subir a los pasillos de las habitaciones hace falta una tarjeta de residente.
*** Imagen borrada de Tinypic *** Interior del edificio.
Localizamos el ascensor con el que se sube a la terraza del club Kudeta, desde donde se ven las vistas y teníamos la esperanza de ver también la piscina colgante, que creo que es la más alta del mundo. Para subir, antes te paran y te miran de arriba abajo a ver qué tal vas vestido (yo creo que es suficiente con no llevar zapatillas), “nos aprobaron” y nos dieron dos entradas gratis (quiero decir, que no se paga por entrar pero te piden entrada). Allá que subimos!!! El club está muy chulo y además tiene mesas para cenar. La vista está muy bien, pero aviso, desde ahí no se ve la piscina nada de nada…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Total que cuando ya nos íbamos a bajar, observamos que al fondo del descansillo de los ascensores hay una flecha que indica “Club Lounge Kudeta”, y allá que nos metimos, como si lo conociéramos de toda la vida. Resulta que es la entrada a la piscina y, claro, en cuando llegamos nos pararon y pidieron acreditación de cliente, y como no la teníamos no pudimos pasar, pero sorpresa!!!, justo a la derecha de donde te paran para que no entres a la piscina, hay una entrada a otro club nocturno (que tiene sombrillas color rojo y creo recordar que a diferencia del otro, no tiene restaurante), y ahí entramos poniendo cara de ser clientes del hotel, hasta saludamos al de la puerta, y no nos pararon, y desde ahí sí que hay vistas a la piscina, alucinante. Era de noche y había mucha gente bañándose, viendo el skyline de Singapur. La verdad, disfrutamos mucho.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Después de eso, regresamos al hotel pero esta vez andando por el otro lado del lago para ver otra perspectiva de los edificios iluminados y llegar al Merlion, y como se nos hizo muy largo y llevábamos una paliza de tres pares de narices desde que habíamos salido de Madrid, me negué a dar un paso más y a medio camino cogimos un taxi de regreso. Ni me acuerdo de dónde o qué cenamos, sí que debía estar molida…
La previsión era que ese mismo día hubiésemos paseado por los jardines Gardens By the Bay y visto su espectáculo de luces, así como la zona de Explanade, pero como a la vuelta tendríamos 8h de escala en Singapur, decidimos dejarlo (error, ya veréis lo que pasó el último día…)