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Esa mañana ya nos permitimos remolonear un poco en la cama, porque no teníamos parques que visitar, ni reservas de ningún tipo…sólo salir a conocer Clearwater y su famosa playa.
La habitación tenía un ventanal con unas vistas preciosas, y con este buen despertar nos
vestimos para ir a desayunar, ya que estaba incluido. Luego nos pusimos los bañadores y salimos a la calle, dimos un paseo por el muelle y nos hicimos unas cuantas fotos, y como había un parque en la misma playa, como era de esperar tuvimos que parar un rato para que Lucía se columpiara un poco y se tirara por el tobogán. Como pudimos la sacamos de allí convenciéndola con cambiar el parque por la playa.
Clearwater Beach fue premiada en 2013 como mejor mejor playa de ciudad de Florida entre otros 9 destinos de playa de Florida.
Y no me extraña, su arena blanca y fina y sus aguas transparentes bien lo merecen. Además es perfecta para los niños ya que apenas cubre.
El día estaba nubladillo pero hacía bastante calor, así que Lucía y Raul se bañaron pero yo no me atreví por mi dolor de garganta, pero tampoco quería perder la mañana buscando el centro médico y visitándome ya que era el único día que teníamos para visitar Clearwater Beach y además queríamos recorrer la costa hasta St. Pete.
Por si no os lo han explicado al contratar el seguro médico para Estados Unidos, no puedes ir al médico que quieras, si no que tienes que llamar al seguro y ellos te dan una dirección donde te puedes visitar, y no tienes que pagar absolutamente nada. Bueno, al menos, con el que nosotros contratamos, que es el ERV.
Si vas a un médico por tu cuenta sin ponerte en contacto con el seguro, además de que tendréis que pagarlo de vuestro bolsillo, tendréis problemas para cobrar.
Así que pensé que en el crucero me sería más fácil porque allí habría un médico y no tendría que ir a ningún sitio. Y después de todo iba aguantando con el ibuprofeno y la sobredosis de felicidad que tenía por estar de vacaciones y viviendo cada día nuevas experiencias.
Estuvimos en la playa un rato relajados, había cerca un grupo de parejas con una niña un poco mayor que Lucía, pero enseguida las niñas se acercaron sin decir nada la una a la otra, con esa manera de entenderse que tienen los niños. Cuando la otra niña empezó a hablar a Lucía, fui a explicarle que ella no hablaba ingles, para que entendiera por que no le contestaba. Aun así, estuvieron jugando un poco con el agua sin decirse nada, y una chica del grupo que estaba con la niña se ofrecio a hacernos una foto en familia cuando vio que sacamos la cámara y aprovechamos para hacernos unas fotos en familia.
Cuando ya nos íbamos se nos voló una bolsa de patatas que habíamos abierto cuando ya quedaban pocas, y se lio una que no veas en la playa, vinieron un monton de gaviotas a por las patatas y corri a recoger las patatas de la arena y tirarlas a la papelera con todas las gaviotas siguiéndome hasta la papelera. Madre mía la que liamos, menos mal que ya nos íbamos.
Se estaba acercando la hora de comer, y decidimos ir a un restaurante que estaba a unos 20 minutos en coche, en Indian Shores, porque la forera alimar511 me lo recomendó y además estaba de camino a St. Pete Beach, así que cogimos el coche y pusimos la dirección en el GPS, que llevaba apuntada desde España.
No nos costó nada encontrarla, ya que todo el camino es una isla de barrera, con una carretera de doble sentido que no tiene perdida. Además está anunciado en la carretera así que aparcamos en el parking del restaurante, The Pub Waterfront, que como bien dice su nombre, está frente al mar. El restaurante está muy bien, es agradable comer mirando el mar, y aparte la comida estaba buenísima. Tiene un ambiente como informal y desenfadado, pero con gusto.
Yo otra vez pedí un plato de marisco, porque quería salir de lo típico de la comida americana que solemos comer los que vamos de vacaciones porque es lo más barato, hamburguesas, pizzas y sándwiches, aprovechando que los precios no son muy elevados.
Creo que esta cuenta fue de unos 40$, y comimos muy bien y muy agusto. Menos mal que estaba nubladillo por eso, porque hacía mucha calor.
Con la cuenta nos trajeron un plato de plástico con la publicidad del restaurante, de esos típicos que se tiran en la playa que nos sirvió para divertirnos el resto del viaje.
Después de comer seguimos por la misma carretera dirección a St. Pete. El paisaje nos tenía bien entretenidos, entre casas de colores, muchos condominios, como los llaman allí a los alojamientos, restaurantes, bares y tiendas decorados de una manera única, de repente pasamos por un bar donde está cantando una chica y tocando la guitarra, mientras a gente bebe cerveza y le vitorean. En la puerta está esta reliquia de cochazo aparcado.
En un rato llegamos a St. Petesburgo, más conocida como St. Pete. Aquí, tenemos dos opciones: una es visitar la ciudad, donde se encuentra el museo sobre el pintor surrealista Salvador Dalí, o ir directamente a la playa. Optamos por la segunda opción, pues ya conocemos el museo de Dalí que está en Figueras, y además no es una buena opción para Lucía. Pues buscamos un sitio donde aparcar y a través de una pasarela de madera llegamos a una playa parecida a Clearwater pero mucho más virgen. Sin puestos de vigilantes de la playa, sin restaurantes, sólo alguna casa bastante alejada. Mientras Raul y Lucía juegan con el plato que nos regalaron en el restaurante de Indian Shores y se dan un baño, yo decido ir a pasear un poco por la playa, quería acercarme al impresionante y lujoso hotel rosa Loews Don Cesar Hotel para sacarle unas fotos más de cerca
Por el camino me entretuve haciendo algunas fotos de mis pies dentro del agua para que se viera lo transparente que era.
Cuando vi que ya había andado demasiado hice las fotos y decidí volver
En esta zona había mucha más gente que donde estábamos nosotros, que no había casi nadie y era mucho más tranquila.
Cuando llegue estuvimos un rato más jugando en la arena y decidimos irnos para ver la famosa puesta de sol de Clearwater desde el Pier 60.
Así que nos pusimos en marcha para la vuelta, y nos dimos una ducha rápida para hacer unas fotos desde la terraza del hotel antes de bajar a ver la puesta, aunque estaba un poco nublado pero había que intentarlo.
La terraza como era de esperar estaba a tope y no había ni una mesa libre, y menos las que daban al muelle, la gente ya estaba preparada para ver la puesta desde allí.
La vista no estaba mal, pero sin duda era mejor bajar al muelle
En la playa había un conciertillo de un grupo tocando canciones al más puro estilo americano
Fuimos pasenado por elmuelle, habían puestos donde vendían bisutería, souvenirs, algunos cuadros….nosotros compramos unos cuantos imanes hechos a mano de Florida y Clearwater chulísimos, así que cogí para nosotros y para regalar y la chica nos dejó 5 imanes por 10$, genial de precio para ser hechos a mano, porque estaban muy bien hechos de madera pintada.
Para llegar al final del muelle tuvimos que pagar 1$ cada uno, había gente pescando
Otros como nosotros que estaban visitando el muelle, por lo menos no eramos los únicos ilusos que a estas alturas aún tenían esperanzas con la puesta de sol jajajaja.
Y aunque la puesta de sol no fue nada espectacular gracias a las nubes, pudimos ver a un delfin nadando por allí.
Bueno una foto un poco mala, pero aun así lo mío me costó pillar al delfín.
A la vuelta se había animado bastante el concierto en la playa y estuvimos alli un rato escuchando y nos entretuvimos mirando los puestos de artesanía.
Luego nos fuimos a cenar al Hooters, la famosa hamburguesería de las chicas guapas en pantalón corto. Y menudos culos que tienen todas, la selección la hacen de espaldas seguro jajaja. Encontrareis muchos por todo USA, nosotros ya habíamos estado en Miami y nos gustaron mucho las hamburguesas, así que aunque teníamos que esperar una media hora, nos dieron un avisador de esos que vibran cuando está tu mesa preparada y nos fuimos a dar una vuelta. En la misma calle del Hooters, Mandalay Ave, hay también ambiente y algunos restaurantes, bares y tiendas.
Cuando vibro nuestro cacharro fuimos para Hooters y nos pusimos los tres hasta arriba de hamburguesa y patatas.
Allí también, casualmente, nos regalaron un disco de lanzar.
Un detalle muy bueno para los niños en todos los restaurantes es que nada más llegar les daban una hoja para pintar con colorines con su menú que estaba bastante bien de precio. Eso sí, siempre tenían lo mismo, pasta, hamburguesa, Nuggets y hot dog con patatas. Pero siempre con su bebida y su postre entre los 5 y 7$ dependiendo del sitio.
Cuando salimos de cenar estaban poniendo una película de dibujos en un cine al aire libre justo al lado del Pier60, y estaba llenos de familias sentados en toallas, mantas, sillas plegables, etc. Nosotros también nos quedamos un rato, aunque sólo nos dio tiempo a ver el final.
Y es que aunque Clearwater Beach es pequeñito, tienen mucho ambiente.
Ya eran más de las 11pm y decidimos ir para el hotel ya que tocaba hacer maletas. Mañana empezaba otra aventura! Esta vez, por mar……
Esa noche me dormí pensando que tal sería ir de crucero, si nos gustaría, si nos aburriríamos, como serían Gran Cayman y Cozumel…..
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