Ese día nos levantamos tarde y desayunamos tranquilamente. Nuestro vuelo no salía hasta las 7 de la tarde. Lo habíamos reservado a esa hora para poder aprovechar todo el día en las islas, y teníamos planeado hacer la excursión a Hong Island o a Railay si el tiempo lo permitía. Pero debido a los cortes en los pies de mi marido, no resultaba aconsejable ir a la playa, ya que le costaba trabajo andar, y la arena y la sal no son muy convenientes para este tipo de heridas. Así que nos quedamos en el hotel, de piscineo y relax, por lo que en esta etapa hay poco que contar.
Después de desayunar hicimos las maletas y subimos a la piscina de la terraza, que apenas la habíamos utilizado. A las 12 teníamos que dejar la habitación, así que dejamos las maletas en recepción y nos cambiamos a la piscina de abajo. Lucía un precioso sol, hasta que de repente empezó a diluviar.
Nos duchamos y cuando dejó de llover fuimos a comer. Teníamos ganas de repetir las brochetas de carne del primer día, y como no quedaba lejos del hotel, allí fuimos. Además de una brocheta para cada uno, pedimos un pad thai con fideos anchos. Descubrimos esa clase de fideos en el curso de cocina y nos gustaron mucho. Preguntamos si se podían comprar para llevar, pero solo se venden frescos, así que nada.
Reservamos el transporte para el aeropuerto, 150 baht por persona en van. Veréis que lo ofrecen en cualquier agencia, y salen cada hora durante todo el día. Después, nos dimos un masaje tailandés. El mío tradicional, y para mi marido masaje de cuello y espalda, por eso de que no le tocaran los pies, aunque resultó que el masaje sí que incluía pies, por lo que le tuvo que avisar del problema para que tuviera delicadeza.
Recogimos nuestro equipaje y esperamos a que viniesen a buscarnos para ir al aeropuerto. El vuelo salió tan puntual como los anteriores que habíamos hecho con Air Asia. En el aeropuerto de Don Muang esperamos la cola para coger un taxi oficial. Había muchísima gente, pero había 8 mostradores y la cola avanzaba rápido. Le dices la dirección a la quieres ir a la persona del mostrador y ellos le dan el papel al taxista. Aparte de lo que marque el taxímetro y los peajes si se va por autopista, hay que pagar 50 baht de tasa de aeropuerto. Tardamos algo más de una hora en llegar a nuestro hotel, el Aetas Lumpini, cerca de Silom. Pillamos un atasco de esos típicos de Bangkok, que nos tomamos con filosofía, a pesar del frío polar que hacía dentro del taxi.
El Aetas Lumpini es un hotel enorme, con un trato excelente y una relación calidad/precio muy buena. Llegamos tarde y cansados y no teníamos ganas de explorar la zona para buscar sitios para cenar ni de irnos muy lejos. Así que compramos la cena en el 7 eleven y nos la comimos en la habitación del hotel. Después subimos al bar a tomarnos la bebida de cortesía, y nos fuimos a dormir.
GASTOS DEL DÍA (2 PERSONAS)
Comida: 260 baht
Masajes: 550 baht
Van aeropuerto: 300 baht
Taxi: 247 + 50 baht tasa
Cena: 150 baht