Recorrido: Según Google Maps, 392 km. Mapa de la ruta seguida:
A las siete estabamos desayunando pero como era sábado a los que atendían el desayuno parece que se les habían pegado las sábanas y hasta el lechero no había llevado la leche. No estuvo por tanto el desayuno muy a nuestro gusto. Cargamos el equipaje en el coche las cosas y partimos, aunque lo primero es llenar el depósito de gasolina. Recorremos en parte el recorrido que lleva a Santa Mónica y observamos que da igual que sea sábado y temprano, la autopista siempre está llenas de coches.
Nuestra ruta está pensada para ver la zona de las playas de Malibú. De las que todos concocemos por ser zona de viviendas de "ricachones". De hecho aquí esta la Getty Villa (hoy museo). Cuando iniciamos la carretera costera confieso que nos decepciona lo que vemos pues son casuchas con cables de la luz entrando en ellas como si tuvieran "luz de obra", eso sí están en la misma costa. Más adelante si empezamos a ver casas como teníamos idea. El tirón nos lleva a parar en la Playa de Westward, donde se rodaron las escenas finales de la película "El Planeta de los Simios", la original, con Charlton Heston de protagonista. Es el lugar llamado Point Dume y Pirates Cove. Cuando llegamos, aunque está nublado todavía, como todas las mañanas, el aparcamiento gratis esta lleno y el de pago, más próximo a la zona que queremos ver es 15 $ (flat rate) para estar un rato no compensa así que cuando podemos encontrar un sitio para aparcar, en la playa de Zuma, era demasiado alejado como para ir hasta Point Dume, pues no queríamos parar mucho tiempo. Simplemente fuimos a la playa y con el zoon del video vimos las rocas que marcan Point Dume.
La siguiente parada fue en el Walmart de Oxnard para comprar "abastecimiento" para los próximos días, pues el día de mañana iba a ser todo en ruta. El aparcamiento del super entre palmeras permitían disfrutar el paisaje de la cálida California.
En el camino ya tuvimos ocasión de observar la realidad de que California es la primera productora agrícola de los EEUU. Los inmensos campos de fresas lo atestiguaban. Y a pesar de la sequía reinante parece ser en los últimos cuatro años los riegos no faltaban. ¡Ya lo quisieran nuestros agricultores canarios!
Siguiente tirón hasta Santa Bárbara, donde comeríamos. Antes de entrar en la ciudad propiamente visitamos la Vieja Misión. Un lugar encantador y que evoca el pasado misionero español de California.
Después nos dirigimos al Downtown, a uno de los numerososParking Lots camuflados estratégicamente. El elegido fue el Lot 8, que tiene su entrada por Anacapa St. entre E Figueroa St. y E Carrillo St. a la espalda de State St (todos los aparcamientos de esta zona tienen 75 minutos gratis y el resto a 1,50 dólares por hora o fracción). La vista de esta última calle nos gustó muchísimo y el ambiente en general de Santa Bárbara nos hizo pensar venirnos a esta ciudad cuando nos jubilemos
Aquí nos encontramos con el Restaurante italiano Aldo´s y decidimos comer aquí. Comida y precios correctos. Nos llevó bastante tiempo la comida pero había que visitar sin falta la playa y el pier. Fuimos hasta el aparcamiento llamado Skate Park (en Carrillo Blvd.).
El Pier no es como el de Santa Mónica, pero sus vistas de Santa Bárbara con el fondo de montañas son espectaculares.
Lo cierto es que con la hermosa tarde, nos habíamos parado más tiempo disfrutando de Santa Bárbara de lo previsto.
Partimos hacia Solvang, un pedacito de Dinamarca en California. Es tanto así, que tienen su fuente con Sirenita y todo, como en Copenhague. Las calles están tan cuidadas que parece un pueblo casi artificial pero no, es auténtico.
Estaba el sol bastante bajo y nos quedaba un buen tirón hasta San Simeón. Así que hacia allí nos dirigimos, aunque al llegar a Cambria ya anochecido paramos a echar gasolina. Eran sobre las nueve y media cuando llegamos a nuestro nuevo hotel: el Sands by the Sea. Cuando llegamos la recepción estaba cerrada y usamos el telefonillo que había. Nos contestaron que en unos minutos vendrían.
Esperamos a la escasa luz que había, cuando llegó un empleado en un cochecito de estos de golf. Nos explicaron que ahora este hotelito lo gestionaba el hotel Best Western Cavalier, vecino (es lo que pasa cuando se reserva con mucha anticipación, cambian hasta los propietarios), dónde era el desayuno. Allí mismo, fuera, firmamos las facturas indicándonos que se cargaban a la tarjeta usada en la reserva ¡Y adiós!
Descargamos el coche. Menos mal que la habitación era abajo de los dos plantas del motel. Las habitaciones estaban muy bien. El precio 132 $ con tax. Pero la ubicación del hotel dada la oscuridad no la veríamos hasta la mañana siguiente. Dada la hora, cenamos frugalmente de lo que habíamos comprado y a dormir. Mañana más.