Buenos y madrugadores días!
Después de nuestro desayuno en el hotel vamos a montar por primera vez en el Shinkansen!! Salimos hacia Nikko a las 7.18 de la mañana con nuestro asiento reservado el primer día que llegamos a Tokio para llegar a las 9.11 am a Nikko para verlo bien y tranquilamente, teniendo en cuenta que ese mismo día íbamos a dormir en Kioto.
Nos llevamos las mochilas y las dejamos en consigna en la estación de Nikko. Ya veréis que hay taquillas por todos lados, por la calle estaciones, centros comerciales... El precio varía según el tamaño de la taquilla desde 100/200Y las más pequeñas hasta 500Y las más grandes y caras que vimos por 24 horas. Si te pasas de este tiempo simplemente tienes que echar el sobrecoste que hayas tenido en función del tiempo que te hayas pasado y ya está. Nosotros metimos nuestras dos mochilas (viajamos con mochila, no con maleta) en una de las de 500Y sin problema.
Una vez dejadas las mochilas nos dispusimos a visitarlo. Optamos por ir andando desde la estación, tardando en llegara la zona de templos una media hora aproximadamente. No tiene nada especial, pero pasas por calles residenciales, donde ves de verdad como es el día a día del japonés de a pie. Pasamos por el Shinkyo Bridge (muy bonito) y llegamos a la zona de los templos, patrimonio de la UNESCO: Rinnoki Temple, Toshogu Shrine y Futarasan Shrine (vamos que os van a salir los templos por las orejas XD). El entorno es una pasada, y aunque algún templo está en obras, es muy recomendable la visita.
Después, cruzamos el río para llegar a Kanmangafuchi Abyss, una garganta producida por una erupción hace añetes donde hay colocadas unas 70 estatuas de Jizo. Un recorrido muy recomendable y curioso. Nosotros sólo teníamos planeado visitar estos puntos porque no queríamos llegar muy tarde a Kioto, nuestra próxima parada. Nos apuntamos para la próxima visitar toda la zona del lago, las cascadas, miradores...
Una vez visto todo, fuimos buscando un restaurante que recomendaban en Tripadvisor pero llegamos y estaba cerrado “For a while”. No sabíamos si quería decir “he ido a por tabaco, vuelvo en 5 minutos” o “estaremos cerrados durante una temporada”. Quizá varios meses después siga así. El caso es que seguimos buscando y encontramos un sitio japonés en la calle que va hacia la estación y un poco chungo también, en el sentido de que parecían unos mafiosos de los Simpson, con tatuajes y todo… Quizá estuvimos en un restaurante Yakuza y no nos enteramos! Eso sí, la comida muy rica. Probamos la Yuba, una especie de derivado lácteo de la soja que es típico de allí. Físicamente parece un Phoskito!
De allí, caminito a la estación que nuestro tren salía a las 16.43 pero cogimos el anterior porque ya no nos quedaba nada por ver de lo que teníamos previsto y no queríamos llegar a Kyoto muy tarde. En la estación de Tokio, en el transbordo hacia Kioto cogimos las bandejitas de comida (bento) que venden por todos sitios y cenamos en el tren y la verdad es que genial.
Una vez en Kioto fue fácil encontrar nuestro, otro Mystays, la misma cadena hotelera con la que nos hospedamos en Tokio, También era estilo occidental y estaba bastante bien. A dormir que había sido un día duro y muy bonito.