Muy temprano tocaba levantarse. Mucho frío en el Shack up inn a esas horas, pero aun así, puede que fuese el día que menos esfuerzo hizo Ana por salir de la cama. Íbamos a visitar Graceland.
Dejamos la llave de la cabaña sobre el piano (Si se lee esta frase con calma, se da uno cuenta de lo peculiar que es este hotel), nos despedimos del hotel , prometiéndonos que volveríamos, y rumbo a Memphis.
La experiencia de este hotel es algo que recordaremos siempre. Lo recomiendo al 100%, a pesar de que a cierto tipo de gente puede no gustarle, ya que no es un hotel lujoso o elegante, pero tiene ese “algo” que lo hace autentico y especial.
Por el camino, prácticamente lo único que nos cruzábamos eran camiones y campos de algodón.
En poco mas de una hora estábamos en el parking de Graceland. (10$) Dejamos el coche allí, con cuidado de no dejar ningún equipaje, ni nada en el interior a la vista, pues los parkings de los lugares turísticos son bastante frecuentados por los amigos de lo ajeno, y Memphis es una ciudad con fama de ser un poco conflictiva en los barrios de las afueras. Justo donde se encuentra Graceland.
Tras pasar por el centro de recepción de visitantes, sacamos nuestras entradas. Un inciso. Hay diferentes tipos de entradas, según lo que incluyen, y si dan la posibilidad de entrar en los diferentes puntos de interés varias veces en el mismo día. Actualmente todos los paquetes de entradas incluyen un Ipad con cascos y una app en diferentes idiomas que sirve de autoguia en la visita a la mansión. Muy intuitiva, agradable de escuchar y con detalles interesantes. Al menos para mi, que no soy un gran fan de Elvis.
Os dejo una foto de una excursión de instituto con la que nos cruzamos paseando por el jardín trasero de la mansión mientras usan la citada Tablet.
Ana y yo nos reíamos mucho con el hecho de que casi todas las chicas de la excursión seguían los mismos patrones de ropa, corte de pelo y aspecto. ¿Replicantes quizás? Puede que solo moda adolescente……
La web donde explican los diferentes tipos de tickets es esta.
GRACELAND TICKETS
Nosotros optamos por el platinum+los aviones. Yo y mi fijación por los aviones, no podía dejar pasar la oportunidad de conocer los aviones privados de Elvis. Las entradas son caras, pero buscando por internet encontramos un cupón de descuento del 5%, que si bien no rebaja las entradas a un precio bajo, siempre ayuda.
Una vez que se tienen los tickets, se pasa a una zona exterior donde te hacen una foto ante un fondo que simula las puertas de Graceland (y que luego te venden en diferentes tamaños, con imán y en papel fotográfico por unos 35$ el paquete completo)
*Foto no propia, encontrada en google imágenes.
Una vez te han hecho la foto, te suben en un microbús para cruzar la calle y acceder a Graceland. No se permite la entrada a pie, ni en vehículos privados.
El trayecto apenas dura 2 minutos, y cuando desciendes del microbús te encuentras ante la puerta principal de la mansión.
Allí, los empleados de Graceland controlan el flujo de acceso a la mansión para evitar que se sature. Desde aquí les envío mi felicitación, pues son muy amables con todo el mundo. Te permiten moverte por la zona mientras esperas, e incluso te hacen fotos ellos mismos para poder salir todo el grupo de visitantes que va junto. Un detalle que siempre se agradece.
Una vez se accede a la mansión, el Ipad te va guiando por las diferentes estancias. Realmente se entiende la importancia de Elvis como icono en su momento viendo las diferentes habitaciones de la mansión. Únicamente se puede visitar la planta inferior, pues la superior es privada y únicamente accesible a la familia en los últimos 30 años. Una leyenda urbana dice que la única persona ajena a la familia Presley a la que se permitió el acceso fue Nicolas Cage, reconocido fan de Elvis y que estuvo casado con Lisa Marie Presley en el año 2002. Hay quien dice que solo por acercarse mas a su ídolo y poder conocer esta zona cerrada….. Si buscáis por internet hay fotos de esta segunda planta, pero su veracidad debe ser cogida con pinzas.
Volviendo a la visita, como fuimos en una época cercana a Navidad, la casa estaba decorada para la época, empezando por el salón.
El comedor, con su árbol de navidad, y la mesa dispuesta a recibir comensales.
La habitación de la madre de Elvis.
Con el detalle de una foto de Elvis de niño sobre una de las cómodas
La cocina, y la sala de la televisión son las siguientes estancias del tour. Especialmente llamativa la decoración de la Tv room, con el rayo en la pared. El rayo era una de las marcas personales de Elvis.
En la sala de la televisión podemos comprobar que es cierto que Elvis tenia siempre 3 televisiones encendidas a la vez, así como algunos de los discos que le gustaba escuchar.
Las siguientes estancias era la sala del billar (recargadísima y casi mareante para mi) y la famosa “Jungle room”, que fui un añadido a la casa. Elvis la mando construir después de adquirir la casa.
Tras esto, se sale a la zona trasera de la mansión, desde donde vemos una perspectiva menos famosa.
La zona mas a la derecha de la planta baja es la “Jungle room”, y se puede comprobar que no pega con lo que era el diseño original de la mansión.
En esta zona trasera se encuentran la oficina del padre de Elvis, y los jardines donde habitualmente se pueden ver caballos trotando. Una de las tradiciones que Elvis instauró en la casa y que a dia de hoy, se sigue respetando.
La siguiente parada es la sala de los trofeos, donde se amontonan los discos de oro, platino, y demás premios por ventas de albums y singles. Es increíble la cantidad de discos de oro que llego a lograr.
Tras el paseo entre tanto premio, una pequeña zona expone algunos de los carteles de sus películas, y algunos de sus atuendos mas icónicos, como su ropa del servicio militar, su traje de boda o el famoso traje de cuero negro del concierto “comeback special” de 1968
• Pido perdón por la calidad de estas fotos, pero no podía usar flash y la zona estaba mas oscura que una mina.
A partir de aquí, la visita se vuelve un poco mas sentimental, pues pasamos a la sala de raquetball (squash) donde hay expuestos mas trajes y premios recibidos por el artista, pero también el último lugar donde hizo música. En concreto en el piano de la sala de descanso, pocas horas antes de su fallecimiento.
[img][/img]
Y tras esto, el jardín de la meditación, donde tanto Elvis, como su abuela, su padre y su madre descansan junto a su tumba.
No me extenderé mucho en las sensaciones que nos provocó este lugar, pues cada uno tendrá las suyas. Pero me impresiono el silencio y la devoción de los visitantes que iban pasando por el lugar mientras estábamos allí. Supongo que el hecho de ser primera hora de la mañana de final de otoño y a media semana, ayudaba a no sufrir la masificación del lugar y favorecía estas sensaciones.
Tras este lugar, se devuelve el ipad en una caseta y se vuelve a la fachada principal donde puedes hacerte más fotos mientras esperas el microbús que te devuelve al centro de visitantes. Siguiente para del tour, el museo de automóviles, donde se encuentran algunos de los coches que todos relacionamos con Elvis. Por salirme del clásico Cadillac rosa, os mostrare su Rolls Royce y su Ferrari Dino.
El siguiente punto de nuestra visita fueron los dos aviones privados de Elvis, el Lisa Marie y el hound dog.
El primero de ellos es el Convair CV-880 “Lisa Marie” nombrado asi por su hija.
En los aviones no hay ipad que sirva de auto guía, pero unas pantallas estratégicamente colocadas cumplen con esta función.
El interior no desentona para nada con la decoración de la mansión. Incluidos algunos detalles como la grifería y los anclajes de los cinturones de seguridad bañados en oro.
El otro avión es un pequeño jet llamado “Hound dog”
Tras visitar todo esto, se nos hacia un poco tarde, pero no queríamos dejar Graceland sin acercarnos a las puertas reales de Graceland. Impresiona ver como los fans de Elvis Presley dejan su marca sobre los ladrillos de la fachada de Graceland.
Tras la visita y con una sonrisa enorme en la cara de Ana, tomamos el coche para conducir hasta Natchez. Lo que iba a ser un día de conducir tranquilamente por carreteras secundarias cerca del rio Mississipi, se convirtió en un tute de autopista interestatal, pero no podíamos irnos de Memphis sin conocer Graceland.
De la kilometrada en coche, poco que decir, más allá de una parada para repostar y otra para comer en un Wendys. Que sinceramente, para ser comida rápida, nos gustó mucho. (Ahora me explico el gran éxito de esta cadena de hamburgueserías)
A nuestra llegada a Natchez, ya había anochecido y al gps le costó un poco encontrar nuestro “hotel” de destino. Y aquí, una puntualización. Este hotel fue un regalo a Ana. Me imaginaba que tras visitar el Shack Upp inn, iba a necesitar un hotel más convencional, pero no me apetecía nada dormir en hoteles estándar, así que decidí gastar algo más de dinero y dormir en el interior de una plantación sureña. Y como Ana es una fan de “Lo que el viento se llevó” busque una con cierta relación con la película. Linden Plantation, cuya puerta principal fue copiada para crear “Tara” la plantación donde se desarrolla la famosa película.
https://www.lindenbandb.com/
¿Qué decir de este lugar? Pues que llegamos de noche, aparcamos en la puerta lateral y al bajarnos, una nota en la pared tenía mi nombre. Nos indicaba que debíamos seguir las flechas negras hasta llegar a nuestra habitación, en cuyo interior estaba la llave. Pero antes de leer la nota, una amable ancianita llama Mary Clark (la dueña) salió a recibirnos, y muy amablemente nos acompañó a la habitación. Nos dio la clave de wifi, un dossier con restaurantes de la zona, un pequeño libro con lugares para visitar en los alrededores y mil consejos sobre cualquier cosa que le comentamos. De pedir la tarjeta de crédito como garantía, ni palabra. (Habiendo pagado casi 200$ por la estancia……)
Desde aquí, envío un fuerte abrazo a Mary Clark
Como únicamente había dos habitaciones ocupadas esa noche. Nos hicieron un upgrade a ambas parejas y nos dieron una habitación llamada Feltus room.
https://www.lindenbandb.com/feltus-room
La cara de Ana, y la mía, todo hay que admitirlo, al ver la habitación fue de impresión. Espectacular.
Teníamos provisiones para cenar algo en la habitación, y estábamos un poco cansados como para salir a explorar un pueblo pequeño como Natchez durante la noche. Y el día siguiente era muy muy relajado en cuanto a planning, así que tras un baño, una cena ligera y un poco de tv, nos acostamos en esa increíble cama. Destacar que había un pequeño banco a los pies de la cama para ayudar a subir a ella, ya que para gente de baja estatura podía ser complicado. Yo mido cerca de 1,80 y tenía que dar un pequeño salto para subirme, y para bajar..... las piernas te colgaban sin llegar al suelo. Parecíamos marionetas allí sentados........