Hoy tocaba un dia de transito donde recorreriamos la costa este, bordeando la costa este de Nueva zelanda a orillas del Pacifico. Este fue el unico dia del viaje donde nos llovio un poco, pero como mayormente era un dia de transito tampoco nos afecto mucho. Aun asi el paisaje era precioso sobre todo por el contraste del mar y las nubes.
Tras una parada a media mañana para tomar un cafe, seguimos bordeando la campiña y costa del Pacifico hasta llegar a la reserva de crias de foca de Ohau.
Nos adentramos en la naturaleza hasta encontrar una pequeña catarata donde estaban las crias de foca disfrutando del agua. La verdad es que es una maravilla verlas en plena naturaleza, nada de zoos o jaulas, estaban en su habitat y la verdad es que super cerca, habia hasta una pequeña foquita en una roca muy muy cerca de nosotros.
Y tras esto nos dirigimos a otro punto de avistamiento, tambien la zona de Ohau donde pudimos observar a familias enteras de focas, tanto cria como adultos, aparte de disfrutar del embrabecido oceano Pacifico:
Tras el espectaculo de las focas, nos dirigimos a la ciudad siguiendo la costa para comer, el dia estaba algo nuboso y llovia pero tenia su encanto ver el paisaje del mar con neblina y lluvia:
Tras esto, abandonamos la costa para dirigirnos hacia Waipara Valley para acudir a unas bodegas, concretamente las Waipara Hills y asistir a una cata de vinos neozelandeses con posibilidad de compra. La verdad es que estuvo muy bien y pudimos degustar unos vinos muy buenos:
Finalmente nos encaminamos hasta la tristemente conocida Christchurch, digo tristemente ya que tras haber sufrido el azote de un terremoto hace unos años, la ciudad no ha terminado de recuperarse del todo. Nosotros nos alojamos a las afueras, cerca del aeropuerto y del centro Antartico. Intentamos ir a ver los pingüinos azules que son muy famosos, pero cerraban muy pronto sobre las 17:30 horas y al llegar a la taquilla nos dijeron que no nos iba a dar tiempo a verlos y que era tonteria gastar en una entrada para nada, asi que nos quedamos con las ganas. La verdad es que es una pena que cierrren las cosas tan pronto a veces porque imposibilita el poder ver las cosas por muy pronto que llegues a los sitios. Sacamos unas fotos del lugar y volvimos al hotel.
Nuestro hotel era el Sudima Hotel cerca del aeropuerto, pese a encontrarse en una zona un tanto alejada de lo que fue el epicentro del terremoto, seguia en reformas por los destrozos sufridos, aun asi, era un hotel muy acogedor y las habitaciones como siempre muy buenas y comodas. Lo mas gracioso es que tenian un par de balanzas justo a la entrada de recepcion para que la gente pesase su equipaje antes de ir al aeropuerto :
Mi habitacion daba directamente enfrente del centro Antartico, incluso podia salir directamente desde mi habitacion hasta alli por lo que al menos tuve unas vistas nocturnas de los pingüinos azules de la fachada...jajaja. Tras acomodarme y cenar me fui a la cama porque al dia siguiente nos esperaba un dia muy intenso sonde iriamos a Edoras!