GURAIDHOO O LA ISLA SORPRESA ✏️ Diarios de Viajes de Maldivas

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No habíamos programado visitar Guraidhoo, pero una de las excursiones de snorkel incluía además de dos puntos para realizar esta actividad, el avistamiento de delfines y visita a una isla local.

Sobre las cuatro de la tarde nuestro barco llegó a puerto y nos dejaron una hora para recorrerla, tiempo suficiente para tener una panorámica completa pues no es muy grande.
Las calles de la isla, también de arena, son más estrechas y acogedoras que las de Maafushi, hay más vegetación y varias tiendas en las vías principales, algunas de artesanía. Bordeamos la playa donde nos topamos con el típico cartel que advierte de la prohibición de usar bikini. A lo lejos se distingue el resort Cocoa, no apto para todos los bolsillos, a razón de dos mil euros la noche, sí 2000, qué barbaridad!

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Seguimos caminando y en otro extremo de la playa unos chavales juegan en la orilla justo en frente del resort Kandooma, regentado por la cadena Holiday Inn y cuyas villas sobre el agua, de dudoso gusto y con perdón, parecen casetas prefabricadas.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Una fina lengua de arena separa la isla de Guraidhoo de este resort por lo que se puede acceder caminando. Han instalado unas vallas que rodean las villas para evitar, supongo, visitas inesperadas.
Siguiendo con el paseo entre las tranquilas callejuelas descubrimos a una niña con su mascota que no duda en posar ante la cámara y mostrarse muy contenta con el conejo en brazos.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Otro lugareño nos acompaña hasta el jetty y se despide de nosotros con un saludo. Como aún disponemos de tiempo nos acercamos a una especie de astillero donde están construyendo un barco de manera artesanal y pasamos frente a un centro de jóvenes con problemas psíquicos en cuya puerta hay un pez de cartón piedra con un cartel que da la bienvenida a la isla.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Regresamos a Maafushi con la alegría de haber conocido otra isla local y con el recuerdo de una preciosa niña de tez morena y ojos grandes abrazando a su mascota en las callejuelas de Guraidhoo.

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