Buenas a tod@s, me presento, soy Lordestan, nuevo en el foro aunque llevo mucho tiempo leyéndolo, la idea de crear este diario de viaje (el primero que hago) nace como muestra de agradecimiento a toda la información que he podido sacar de este foro para todos mis viajes anteriores, así que, aquí va mi granito de arena, espero que pueda ayudar a aquellos, que como yo, decidan ir de vacaciones a este maravilloso destino.
Este mes de marzo, mi pareja y yo hemos podido cumplir uno de nuestros sueños más anhelados, que era el viajar a Grecia, cuna de nuestra civilización y destino soñado para cualquier amante de la arqueología. Pero no solo es eso, sino que, además, ofrece paisajes de impresionante y una gastronomía deliciosa.
Así pues, nuestro vuelo salía desde Gatwick a las 13:45, el vuelo duraba más o menos unas 3 horas, que con el añadido de las 2 horas de diferencia horaria, hicieron que llegáramos al aeropuerto por la noche. Nada más salir del aeropuerto, buscamos la estación de metro, (El Metro de Atenas solo tiene 3 líneas, el aeropuerto Internacional está en el límite de una de ellas, es decir que todos los trenes que salen del aeropuerto van hacia el centro de Atenas).
Nuestro hotel era el Victory INN, lo reservamos principalmente por 2 motivos, uno por el precio y el otro por los buenos comentarios en TripAdvisor y en Booking, el hotel se encuentra a 5 minutos andando de la estación de metro Victoria, que a su vez está a dos paradas de metro de la parada de Monasteraki, que se considera el centro neurálgico de Atenas. El hotel cumple todos los requisitos de las 3 B, bueno, bonito y barato. Muy limpio, buen wifi en las habitaciones y una atención excelente por parte del personal del hotel. De hecho uno de los detalles del viaje fue el recibimiento que nos brindó el recepcionista, puesto que nos subieron a nuestra habitación dos pequeñas jarras de vino blanco y unas patatas fritas como gesto de cortesía, (hemos estado en hoteles mejores y mucho más caros y nunca tuvieron un detalle así) ¡Qué mejor forma de empezar!
La noche era lluviosa, así que después de deshacer las maletas y bebernos el vino, nos fuimos a dar un paseo por el centro de Atenas y a tener la primera toma de contacto con la gastronomía griega. Al llegar a la plaza Monasteraki, me impactó la primera imagen, nada más salir, allí estaba delante de nosotros, presidiendo la ciudad desde lo alto, iluminada, la gran Acrópolis de Atenas. Impresionante como se ve desde abajo. Como no paraba de llover decidimos buscar un sitio acogedor y que tuviera las mejores vistas posibles para seguir disfrutando mirando sin calarnos. Lo encontramos, el sitio se llamaba 360 Degrees, era una especie de Restaurante de 3 pisos, con terraza (estaba cerrada por la lluvia) con zona de Cocktail-Bar y con hotel. El lugar tiene su encanto, la comida no estaba mal, pero lo mejor de todo eran las vistas, puesto que se encontraba a los pies de uno de los laterales de la Acrópolis, proporcionando unas vistas incomparables.
Comimos una especie de champiñones rellenos, un dorada con una guarnición de legumbres y unos medallones de lomo de cerdo con una guarnición de patata y guisantes que estaba bastante bueno, dos cervezas Alpha y postre, todo por unos 60 euros. No estuvo mal, mucha presentación, pero la comida algo sobrevalorada, sobre todo en el precio. Más tarde descubrimos que éste fue el sitio en el que por calidad-precio, peor comimos en nuestro viaje. Eso sí las vistas, una vez más inigualables.
Después de cenar, y como se nos había hecho ya un poco tarde, nos pusimos en camino al hotel, para descansar, puesto que al día siguiente nos esperaba un día cargadito de actividades y había que madrugar.
Este mes de marzo, mi pareja y yo hemos podido cumplir uno de nuestros sueños más anhelados, que era el viajar a Grecia, cuna de nuestra civilización y destino soñado para cualquier amante de la arqueología. Pero no solo es eso, sino que, además, ofrece paisajes de impresionante y una gastronomía deliciosa.
Así pues, nuestro vuelo salía desde Gatwick a las 13:45, el vuelo duraba más o menos unas 3 horas, que con el añadido de las 2 horas de diferencia horaria, hicieron que llegáramos al aeropuerto por la noche. Nada más salir del aeropuerto, buscamos la estación de metro, (El Metro de Atenas solo tiene 3 líneas, el aeropuerto Internacional está en el límite de una de ellas, es decir que todos los trenes que salen del aeropuerto van hacia el centro de Atenas).
Nuestro hotel era el Victory INN, lo reservamos principalmente por 2 motivos, uno por el precio y el otro por los buenos comentarios en TripAdvisor y en Booking, el hotel se encuentra a 5 minutos andando de la estación de metro Victoria, que a su vez está a dos paradas de metro de la parada de Monasteraki, que se considera el centro neurálgico de Atenas. El hotel cumple todos los requisitos de las 3 B, bueno, bonito y barato. Muy limpio, buen wifi en las habitaciones y una atención excelente por parte del personal del hotel. De hecho uno de los detalles del viaje fue el recibimiento que nos brindó el recepcionista, puesto que nos subieron a nuestra habitación dos pequeñas jarras de vino blanco y unas patatas fritas como gesto de cortesía, (hemos estado en hoteles mejores y mucho más caros y nunca tuvieron un detalle así) ¡Qué mejor forma de empezar!
La noche era lluviosa, así que después de deshacer las maletas y bebernos el vino, nos fuimos a dar un paseo por el centro de Atenas y a tener la primera toma de contacto con la gastronomía griega. Al llegar a la plaza Monasteraki, me impactó la primera imagen, nada más salir, allí estaba delante de nosotros, presidiendo la ciudad desde lo alto, iluminada, la gran Acrópolis de Atenas. Impresionante como se ve desde abajo. Como no paraba de llover decidimos buscar un sitio acogedor y que tuviera las mejores vistas posibles para seguir disfrutando mirando sin calarnos. Lo encontramos, el sitio se llamaba 360 Degrees, era una especie de Restaurante de 3 pisos, con terraza (estaba cerrada por la lluvia) con zona de Cocktail-Bar y con hotel. El lugar tiene su encanto, la comida no estaba mal, pero lo mejor de todo eran las vistas, puesto que se encontraba a los pies de uno de los laterales de la Acrópolis, proporcionando unas vistas incomparables.
Comimos una especie de champiñones rellenos, un dorada con una guarnición de legumbres y unos medallones de lomo de cerdo con una guarnición de patata y guisantes que estaba bastante bueno, dos cervezas Alpha y postre, todo por unos 60 euros. No estuvo mal, mucha presentación, pero la comida algo sobrevalorada, sobre todo en el precio. Más tarde descubrimos que éste fue el sitio en el que por calidad-precio, peor comimos en nuestro viaje. Eso sí las vistas, una vez más inigualables.
Después de cenar, y como se nos había hecho ya un poco tarde, nos pusimos en camino al hotel, para descansar, puesto que al día siguiente nos esperaba un día cargadito de actividades y había que madrugar.