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Ha llegado hasta nuestra pequeña villa una invitación de la capital. Traída en persona por un oficial de la VI legión, la victoriosa, nos invita a viajar hasta el centro mismo del imperio para asistir a la inauguración del anfiteatro Flavio.
Ya hace años que se habla de él pero el boca a boca seguramente haya ido distorsionando la verdad. Se dice que en medio de la ciudad se está construyendo el mayor edificio que cualquier persona haya visto jamás. Que supera incluso en altura la enigmática pirámide que hay en el desierto de Egipto. Eso no puede ser verdad.
Nos embarcamos en el puerto de Tarraco días después para asistir durante más de un mes a los juegos en honor a la dinastía que lleva ahora el timón del imperio: la joven dinastía Flavia. Pocos años han pasado desde que el último emperador del linaje de Cesar Augusto, el mismo que dio nombre a nuestra ciudad, terminó sus días con Nerón. Engendrado por Agripina casi consiguió superar en maldad a su tío Calígula. Nombrado sucesor por su otro tío y padrastro Claudio nos exprimió a todos los comerciantes del imperio durante años. Y todo para crearse un palacio "digno para vivir" en la capital. Que duros fueron esos años.
El gran incendio fue obra suya. Da igual que se esforzara en echar las culpas a esa nueva secta judía y los crucificara por miles, ya todo el mundo sabe que él lo contemplaba riendo a carcajadas y recitando con su lira los penosos poemas que componía. Y al final lo acabó pagando con la vida.
Es hoy, en el lugar que ocupaba el lago de su palacio y estaba su colosal figura de 36 metros de altura, donde se haya el anfiteatro que lo deja pequeño y le arrebatará el apodo. Además con razón.
Todos los caminos conducen hasta aquí y 11 acueductos traen desde las cercanas colinas de la zona el agua necesaria para que 800.000 personas puedan vivir aquí con la salud e higiene que nunca antes se habían conocido. Es la seña de identidad que nos hace superiores al resto de imperios. Hileras interminables hechas con arcos de piedra las traen y cloacas bajo el suelo se las llevan, regando antes campos y llenando termas de baño. Tenemos la intención de disfrutar de las más famosas durante nuestra estancia.
Fueran o no los culpables de las desgracias que causó el incendio, los judíos han acabado pagando los platos rotos. En este caso pagando su construcción. Ese pueblo indomable que un día anexionó Pompeyo el grande al imperio de la república no acataba ya ni las indicaciones de su sumo sacerdote. Son muy listos, quizás sabían de sobra que era otra marioneta nombrada por nosotros como las que usamos en la mayoría de reinos. Nos fue bien con Herodes pero desde su muerte la cosa empeoró por momentos. Y tampoco parece que el mensaje de ese mesías de Samaria que seguían ahora esa misteriosa secta cristiana, Yashua, predicara poner la otra mejilla y amar al prójimo como a ti mismo como alternativa al mensaje radical de los zelotes. Esa nueva religión con un Dios único no puede tener mucho futuro en estos tiempos, acabará por desaparecer. Por júpiter que así será.
Ya podrían haber seguido ese mensaje porque las consecuencias han sido mortales de necesidad.
Nada puede oponerse al poder de Roma, ni ciudades como Jerusalén ni la inexpugnable Masada. Les hemos demolido su querido templo, saqueado hasta el último gramo de oro, destruido todas las fortalezas y esclavizado a todos sus varones. Ellos ya dicen que en la antigüedad fueron un pueblo que hizo lo propio en Egipto hasta que su Mesías Moisés los liberó llevándoles a una tierra prometida. Esa que ya ES nuestra. Pero no solo son esclavos, los hay excelentes artesanos, buenos administradores y hábiles comerciantes.
Es el general que logró esta hazaña con solo 30 años el que hoy es cesar. Tito inaugurará los juegos que empiezan hoy. Qué pena que su padre Vespasiano no pueda está presente, en cierto modo, él comenzó a enderezar las riendas del imperio hace 10 años y dejó encaminada la rebelión de Judea.
Delante nuestro esta todo su oro y el esfuerzo de gran parte de ese pueblo esclavo. De 12000 a 30000 obreros según la lengua que te lo cuente. 200000 toneladas de piedra caliza se han traído hasta aquí en 8 años. Otras 6000 de hormigón y un innumerable número de ladrillos se han amasado para crear el coliseo. Es 10 veces más grande de lo que había imaginado, porque, hasta ahora, ningún anfiteatro había tenido más de una hilera de arcadas para las gradas. Aquí hay tres, el doble de altas que las habituales.
110 fuentes por todo el recinto se encargan de suministrar el agua a las 7000 personas que estamos buscando entre 11 posibles nuestra entrada al recinto. Jamás había visto tanta gente junta, batallas se han ganado con menos hombres de los que estamos aquí. Ni en el mismo hades puede haber tanto griterío como hay aquí, ni en los lejanos bazares de oriente tantos tipos de comida como los que se venden por la plaza. ¿Cómo ha sido posible construir esto? Estoy en la fila VIP, justo detrás de dos senadores y alcanzo a escuchar alguna explicación del misterio.
Las piedras se han elevado con ayuda de ruedas de madera el doble de altas que una persona. Con un sistema de poleas y esclavos andando dentro de ellas se habían ido apilando, muchas sin más unión entre ellas. El arco que se usaba para aligerar peso ahora se había "alargado" para crear unos pasillos abovedados que sujetaran la grada superior. La nueva masa de cal agua y la roca volcánica permitía crear rápidamente las formas que quisieras, sin usar piedra alguna. Conocimientos de los mismos dioses revelados para la gloria de Roma, sin duda.
Va a empezar el espectáculo, y se apagan las luces. No es que sea de noche, es poco más de mediodía. Por eso el sol reparte rayos por todo el lugar. En todos menos en uno, la ubicación de Cesar, ya se ha tenido en cuenta la orientación del edificio desde el principio para este menester. Están desplegando el colosal toldo que dará sombra durante toda la sesión. Aquí el griterío llega a su cénit, el populacho que está en la grada encima de nosotros enloquece al contemplar las enormes telas que se deslizan por enormes sogas hacia el centro, lentamente hasta unirse todas en el mismo centro de la arena, pero a 50 metros sobre ella.
Nos esperan por delante 30 días de fiesta sin descanso. Es lo máximo que nos hemos podido permitir, pero los juegos durarán 70 días más. Espero poder ver en estos días a todas las bestias que han traído de cada confín del imperio, en especial el elefante. Esa que dicen es la mayor bestia que pisa el mundo. Luchas de gladiadores y ejecuciones de cristianos.
Y todo esto puede ser verdad pero para mañana hay una recreación de la batalla de Salamina. ¿Serán trirremes de verdad? ¿Cómo los van a mover dentro? ¿Acaso llenaran las arenas de agua? Diría que eso es imposible, pero también dirán lo mismo de este edificio cuando en mi regreso lo describa a todas las gentes de mi querida ciudad, la que baña el río Íber, mi querida Caesaraugusta.
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