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Hoy descenderemos desde las montañas de Thekaddy y Periyar, a los canales del las Backwaters, uno de los mayores atractivos turísticos del estado de Kerala. Tenemos el capricho de surcarlos y dormir en un barco tradicional de madera y paja.
Nuestro plan inicial partía con el handicap de que ayer nos dejamos sin hacer la actividad del paseo de elefante, así que lo hicimos a primera hora, pero eso nos puso en la carretera mas tarde de lo deseable.
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| 23 March: Periyar – Alleppey (140kms / 4hrs drive) Today morning after breakfast proceed to the backwaters region of Alleppey also known as "Venice of east", around midday you’ll embark the traditional Houseboat, where you will be floating rhythmically to the waves and enjoy watching Kuttanadu farming, coir making, fishing, dish washing and day to day activities of the local village people. There is a Kerala that lives along these backwaters busy with its own unique culture, it will be incredibly different experience just floating in this backwater and absorbing unusual representation. You will be provided with welcome drink, lunch, snack, beverages, dinner and breakfast on full board. Stay overnight at houseboat. Desayunamos en el hotel y nos asomamos al precipicio. El dueño nos cuenta que desde allí se ven numerosas cascadas, pero que ahora, al final de la época seca, casi todas están secas. La vista es impresionante, pero solo conseguimos ver el fondo del valle en algunos instantes, pues la condensación es tal, que se forma una cierta neblina. |
La bajada entre plantaciones de Té y especias es muy bonita, pero la carretera es muy mala.
Mansiones de los emigrantes
Un de las cosas que mas nos llamaron la atención fueron unas casas, que destacaban sobre el resto por modernas, grandes y cuidadas y que crecían donde menos te lo esperabas. Algunas parecían sacadas de una película de Hollywood.
Según cuenta el conductor son de los que emigraron a los países del Golfo. Seguimos bajando hasta el valle y se va notando el calor y la humedad.
Comienzan a aparecer canales de agua y casas en medio de esos canales. Es el preludio de los Backwater. Justo antes de cruzar un puente sobre un canal enorme, llegando a Alleppey hay un embarcadero, donde se acumulan cientos de barcos-casa flotantes. Allí paramos a coger nuestro barco.
En Barco por las Backwaters de Kerala
Los backwater de Kerala son unos canales donde se puede ver de cerca la vida en el medio lacustre en el sur de India y son quizás el mayor atractivo turístico del estado de Kerala. El mejor modo de disfrutar esta zona es en una embarcación. Se puede hacer en una embarcación de línea, que es el modo más barato de hacerlo, en un barco de excursiones compartido con otros turistas o en un barco exclusivo (que es como suelen hacerlo las parejas y familias).
La gran mayoría son turistas indios, sobre todo parejas. Debe ser el viaje de luna de miel soñado por muchos de los novios indios.
El paisaje se caracteriza por los barcos tradicionales, los canales, arrozales y palmeras, salteados de viviendas y pequeños pueblos que hacen su vida junto al agua. A veces se pueden observar granjas de patos, pescadores o gentes que suben a las palmeras para obtener licor de su sangrado o para recolectar cocos.
En cuanto a duración, unos escogen la excursión de 4 horas, otros la de un día e incluso hay los que contratan varios días.
Las dos rutas principales que se suelen hacer parte del puerto de Alleppey, una lleva hacia el norte, dirección Cochin, pero sin llegar a la ciudad, y se caracteriza por canales con más tráfico y por un paisaje un poco más monótono, aunque también interesante. Esta ruta la suelen seguir los barcos más grandes y, sobre todo, los que pasan la noche en los canales: en especial los barcos de varios dormitorios.
La segunda ruta, lleva desde Alleppey hasta Kollam, hacia el sur y dicen es la ruta más bella e interesante, pues los canales son más estrechos y se observa la vida en las orillas desde más cerca. Esta ruta no es muy apta para los grandes barcos.
Sobre el tamaño de las embarcaciones que surcan estos canales hay desde tradicionales barcos-casa (algunos hoteles flotantes de dos pisos y con numerosas habitaciones) hasta humildes canoas, pasando por barcos de línea que une las distintas islas y recorre los canales. Predominan los barcos con novios de luna de miel. La gran mayoría de los turistas son indios en familias o pareja de recién casados. Las parejas Indias deben tener este destino como su ideal para viaje de novios romántico. Predomina el barco con cocina, una o varias habitaciones con cuarto de baño y un salón mirador para disfrutar del paisaje. El capitán suele ir a la proa. Los barcos destinados a turistas suelen ser barcos con forma tradicional, de casco de madera y techo de paja.
Es sorprendente la cantidad de tráfico que tienen estos canales. Unos 1500 barcos se concentran alrededor del muelle de Alleppey, esperando posibles clientes cómo aunque la mayoría están contratados desde hace semanas.
En el muelle se nos acercan unos extranjeros y nos ofrecen que les acompañemos en su excursión. Parece gente maja que quieren compartir con nosotros a su barco sin embargo nosotros tenemos contratado un barco para nosotros. Para los niños es una sorpresa. Nada mas subir se ponen como locos a "explorar" el barco. Se les oye decir... ¡Ay va!
Un barco para una noche y para una pareja puede costar sobre 180 € en el barco. En el precio está incluido dormitorio, la cocina, un salón-mirador, cuarto de baño, la comida y el sueldo de los marineros.
Nuestro barco es algo más grande porque íbamos con los niños. Tenía cocina, 2 dormitorios, salon-mirador, cocina, dos cuartos de baño, dos balcones, aire acondicionado... En principio nos pidieron unos 250 €, pero lo consideramos excesivamente caro y, al final, los de la agencia Indian Panorama nos lo dejaron en 175 euros. Si tenemos en cuenta que un coche para hacer la ruta de 10 a 12 días por el sur de la india puede salir por unos 500 €, lo del barco es un capricho caro.
El salon se situaba en la proa y estaba acristalado. En la popa estaba la cocina dónde además dormían los dos marineros.
El barco de más tenía aire acondicionado pero solo funcionaba de noche. En esta embarcación iniciamos lentamente nuestro crucero por los canales. El capitán era un señor mayor qué contestaba correctamente a todas las preguntas que le hicieses.
Es finales de marzo y los campos está llenos de arroz granado, esperando ser cosechado por ser el final de la época seca. Algunos campos ya han sido recogidos.
Al rato de comenzar nuestra travesía no pregunto que si queríamos parar en un mercado de pescados (“fish market“). Inocente yo, le dije que por supuesto estaba interesado.
Cómo hemos llegado sobre las 14 horas, pronto fue la hora de comer cómo así que el barco se arrimó a una orilla y de la cocina salió nuestro almuerzo. Comimos en el saloncito y, tras una hora parados, reiniciamos la travesia.
Nos dirigimos hacia el norte por canales anchos puesto que este barco no es adecuado para los canales estrechos. Quizás fue un error porque todo el mundo parece de acuerdo en que son más interesantes los canales hacia el sur, mas más estrechos, y dónde la vida discurre más cerca de la barandilla del barco.
Quizás incluso una excursión de varias horas hasta Kollam sea más interesante que un día en los canales cómo teniendo en cuenta que las grandes lagunas y los grandes canales no son tan atractivos como los pequeños.
Parada en el presunto "Fish Market"
Estaba yo en todas estas reflexiones cuando llegamos al famoso “fish market”, a primera vista esto no era un fish market, sino una pescadería normal y corriente, al borde del agua.
Bajamos y el señor nos dice que aquí podemos comprar pescado. Es cierto que había pescado en varias cajas pero no era precisamente barato. Oferta había poca y pero la "demanda" no tenia elección.
Compramos 4 gambas gigantes, 4 cangrejos medianos y algo de bebida, fundamentalmente refrescos. Me doy una vuelta por la orilla para hacer alguna foto del lugar y observo, al volverme, que la señorita de la tienda le da un billete al capitán. Les hago ver que me he dado cuenta, con una mirada severa. Ellos no dicen nada. Sospecho que es la comisión por la parada.
Al subir al barco intento aclarar conceptos con el capitán. Le explico que “Fish market” es cuando hay varios puestos de pescado, pero cuando solo hay uno, se llama pescadería. Me guardo lo de preguntarle que si la del puesto es su prima. No le veo muy interesado en seguir la conversación didáctica.
Continuamos el resto de la tarde navegando por los canales, siempre a un ritmo muy bajo. El ritmo pausado permite hacer mejores fotografías, pero no es apto para corazones inquietos.
Al atardecer la luz se suaviza y los canales vuelven a cobrar un poco más de vida. Es normal: en cualquier lugar de clima tropical las horas centrales suelen ser horas que solo invitan a echarte una siesta.
Ya casi oscurecido, el barco se arrima una orilla. En principio no entendíamos si era para hacer un pequeño paseo, pero nos informa el capitán de que ahí pasaremos la noche. Por lo que observo es un lugar donde ellos tienen acceso a un punto de electricidad y gracias a eso puede mantener el aire acondicionado encendido, con los motores parados, cosa que es de agradecer durante las horas de sueño.
Damos un paseo por los arrozales maduros es un lugar tranquilo pero tampoco le vemos ningún atractivo especial diferente a otras islas o canales por los que hayamos pasado hoy más bien parece que hemos atracado en el pueblo de los de la tripulación. Nos acercamos a un poblado cercano donde los niños nos saludan y seguiremos caminando hacia un una estrecha carretera por la que pasan algunos autobuses y tuc tuc.
Me entretengo en hacer algunas fotos de las palmeras, arrozales y barcos, hasta que descubro a un señor mayor que se ha subido a una palmera para obtener una especie de licor a través de hendiduras que le hace a la planta. Le pido permiso para fotografiar y el con la mano me indica que sí que adelante.
Nos cruzamos con una serpiente en uno de los regueros. Por si acaso no nos acercamos. Proverbio chino: no te fíes de ninguna serpiente, aunque no tenga patas.
Volvemos al barco ya con la última luz nos sentamos en el balcón y vemos cómo aparecen de pronto algunos murciélagos gigantes volando sobre el remanso donde hemos atracado. Los niños se asombran de ver un murciélago del tamaño de un gato. Les explico que son inofensivos. Nos dormimos del tirón.
Cena abordo ¿Donde está mi cangrejo?
El capitán me preguntó esta tarde sobre cómo queríamos cocinar el marisco que habíamos comprado. Yo le dije que “no hot, no spicy”, pero no tuve la precaución de supervisarles.
La mayoría de los platos que nos sirvieron estaban cocinados al estilo occidental, para ellos seguro que muy sosos, aunque todos tiene algunos de los aromas el país. Sin embargo, el cangrejo llego nadando en una salsa roja que me dio muy mala espina. Y efectivamente cuando la probé estaba bastante picante. Así que inmediatamente la familia pasó del cangrejo y allí me vi yo, comiéndomelo solo, más por amor propio, que por ganas. Yo solo me repetía mentalmente: ¡No puede ser, se han cargado el cangrejo!
No acaba de entender porque se habían cargado el sabor con aquella salsa. Mientras iba sacando los trozos de cangrejo e intentaba limpiarlos lo más posible de salsa picante. ¡Me puse como trabajo acabar con el, yo solo!
Me puse a razonar y me di cuenta de un par de detalles:
- Aquí faltaba la mitad del cangrejo. 4 cangrejos = 8 pinzas y 8 mitades de cuerpos y aquí solo había el 50%.
- Además era el único plato que habían cocinado al estilo indio, de lo cual deduje que aquello no era una casualidad.
Mi sospecha es que habían echado la mitad del cangrejo troceado, en un bol con mucha salsa, para que no se notase la ausencia de la otra mitad. Y la otra mitad fue su cena... por eso estaba cocinada a su gusto y no al mio. Me molesté más, porque si yo lo he comprado como extra el marisco, teniendo la comida incluida.
Sin embargo, esta noche no me voy a enfadar. Hace tiempo que intento aprender que no me debo dejar amargar un día de vacaciones, por este tipo de incidentes. Me vengaré contando la historia a otros viajeros... sin acritud. Solo por justicia.
Nuestras amigas las cucarachas
Cuando estamos terminando de cenar, Eva descubre un par de pequeñas cucarachas corriendo por el salón. Supongo que han acudido al olor de la comida, aprovechando la penumbra. Es normal que en un barco haya cucarachas.
Con mi señora ya nerviosa, nos vamos a dormir, pero en el dormitorio nos encontramos con una hermosa cucaracha roja.
Eva me pide que la cace. Aunque, como yo presuponía, ella no está dispuesta a morir. Una cucaracha de ese tamaño no ha llegado a vieja dando facilidades al cazador. Me torea un poco. Sube por el marco de la puerta, se tira antes de cabeza y desaparece por debajo de la cama. Vamos a tener una noche entretenida.
Con esta intranquilidad nos metemos en la cama, pero todavía nos queda una sorpresa: como la felicidad no puede ser completa, el aire acondicionado no hay forma de regularlo. ¡Menudo frío que vamos a pasar esta noche!
Al amanecer el barco comienza a moverse de nuevo. Al levantarnos los cristales están empañados. No es extraño por la diferencia de temperatura entre el exterior y el gélido interior del barco. ¡Menuda noche la del aire acondicionado!
Es una hora muy atractiva para la fotografía. Los canales van cobrando vida, gentes que se desplazan en canoa, mujeres tendiendo la ropa, gente aseándose… los barcos-casa de las backwater comienzan su movimiento, en dirección al puerto de Alleppey.
Los barcos que han pasado la noche atracados como el nuestro comienzan a aparecer de los canales laterales. En el fondo todos hemos hecho lo mismo.
Esta vez sin parar en ninguna orilla, nos preparan el desayuno: un poco de fruta y una tortilla. Mientras nos vamos acercando al puerto. Por supuesto, la otra mitad del cangrejo no aparece.
El muelle de Alleppey
El capitán parece que tiene prisa por dejarnos. Hay que tener en cuenta que con 1500 barcos entrando a esta horas el atasco puede ser enorme. Consiguen alcanzar el muelle por la rendija que dejan entre barco y barco, con lo que el desembarco ha sido rápido y sencillo.
Todavía les doy 100 rupias de propina para la tripulación.
Sin embargo, no todo van a ser facilidades para salir de allí: en el muelle también hay atasco de vehículos intentando recoger a los turistas y salir dirección Alleppey. Al menos, aprovecho la parada para hacer alguna foto de unas pequeñas granjas de patos bajo un puente y de unos tenderetes donde venden cestas con huevos de ánades.
El puerto, con miles de barcos se colapsa sobre las 9 de la mañana, que es la hora a la que suelen acabar los tours. Sobre las 12 comenzaran una nueva travesía con nuevos huéspedes si tienen suerte ese día. De todos modos, los barcos no suelen ser de los capitanes, sino de empresas navieras. La de nuestro barco, al parecer, tiene media docena.
Conclusiones:
La experiencia de navegar por los canales de las Backwaters y dormir en el barco está muy bien, es un capricho, pero probablemente sea más interesante hacer un día por los canales estrechos de los Backwaters, camino de Kollam, e ir a dormir a alguna localidad costera.
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