II parte Sur de Sudáfrica: Ciudad del Cabo, Simon´s Town, Chapman’s Peak drive, Hermanus
En nuestro primer viaje nos despedimos de Kruger con pena y con un hasta pronto…creo que ya algo nos decía que volveríamos . Salimos del parque rumbo a JH con tiempo por si los imprevistos e hicimos bien pues buena parte del camino tuvimos niebla densa y a ratos chaparrones.
Como os comentaba en el capítulo de preparativos volamos con Kulula y todo muy ok. Recogemos coche en el aeropuerto. Por el camino comienza a caer la tarde y la megaciudad del fin o principio del mundo nos recibe.
Llegamos al muy recomendable B&B Fulham ubicado en Camps bay que habíamos reservado por Booking. Nos recibe un personal muy amable y unas preciosas vistas al Atlántico. No somos muy urbanitas y sinceramente Ciudad del Cabo de noche no entraba en nuestro planning. Por lo que habíamos leído no es una ciudad segura para recorrerla a pie de noche, sí en coche …pero nosotros sabíamos que después del largo día no nos apetecería coger de nuevo el coche para ir a cenar y preferimos relajamos en la terraza de la habitación disfrutando de las vistas del Atlántico y del atardecer.
Nuestro objetivo para visitar el sur, como ya os comenté, eran las ballenas y por ello elegimos Hermanus para ubicar nuestra base. Según la WWF Hermanus es uno de los diez mejores lugares del mundo para el avistamiento de cetáceos incluida la observación desde tierra. De Junio a Noviembre es posible disfrutar del espectáculo de ver en su bahía a las ballenas francas australes desde tierra, mar o aire. Y todos los años en la localidad se celebra “The whale festival” (suele ser en octubre, hay web)
También es posible avistar cetáceos desde otras localidades cercanas pero quizás la mejor es Hermanus. Pequeña y cómoda localidad preparada para recibir turistas con una amplia oferta de agradables bed & breakfast, pequeños hoteles algunos con habitaciones con “vistas a las ballenas”, restaurantes…
Además de ballenas, por supuesto que el sur esconde otros muchos atractivos como las vistas panorámicas y senderos de Table Mountain (Patrimonio de la Humanidad y silueta inconfundible de Ciudad del Cabo), los encantos de la Península del Cabo, la conocida Garden route, la wine route, …, faros, paisajes, costa salvaje, playas infinitas, la floración del fynbos, viñedos, …parques naturales como The Hoop Nature Reserve, Fernkloof and Vogelgat … carreteras escénicas como Boyes drive, Chapman’s Peak drive, carretera a Gordon’s Bay y Wilderness… pingüinos, lobos marinos, delfines… aves… gastronomía…incluso un jardín botánico Patrimonio de la Humanidad.
La meteorología en el fin o principio del mundo es impredecible,… y aunque en el balance general tuvimos suerte, sí que es cierto que algunos momentos fueron demasiado ventosos y que un par de días tuvimos algo de suave lluvia en forma de chaparrones intermitentes.
La primera mañana fue de las ventosas y nos cambió los planes ya que no pudimos subir a Table Mountain. El viento traía también tormenta eléctrica y el teleférico a primerísima hora estaba cerrado. Aprovecho para comentar que nos dio muy mal rollo que pese a la presencia policial vimos muchos, demasiados, cristales de coches rotos en el suelo y zonas de parking. Nosotros llevábamos las maletas y parte del equipo fotográfico con lo cual el mal rollo fue aún mayor. Entre el cierre por viento y la intranquilidad por el equipaje nos entretuvimos poco y nos fuimos a nuestro siguiente destino, Boulders para ver los pingüinos.
Por el camino se pasa por lugares con algo de interés. Algunos merecen una parada fugaz (las coloridas casas de Muizenberg, o alguna curiosa estación de tren…) pero a nosotros no nos cabían en la agenda pues queríamos ver algo del Parque de los Cabos y no llegar demasiado tarde a Hermanus. Solo hicimos un par de breves paradas técnicas.
Atravesamos despacio la zona porque nos encontramos algún tramo en obras con trabajadores en la carretera. Dejamos el coche en un parking y nos acercamos caminando hasta la taquilla donde se abona la entrada para acceder a las pasarelas de la playa de Boulder desde donde se avistan los pingüinos. Recordar que la wild card incluye la entrada.
De cerca, de lejos, entrando y saliendo del agua, “rebuznando”, acicalándose,…
Recorrimos todas las pasarelas llegando hasta la mucho más tranquila zona del final. Y recuerdo que desde allí vimos nuestro primer y lejano soplo de ballena. Emocionados nos pusimos en marcha rumbo al parque de los Cabos.
Recorrimos el parque a buen ritmo asomándonos a algunos de los puntos principales, en ocasiones intentando esquivar el viento y en otras a las hordas de turistas orientales que llegaban en autobuses y que tras la foto de rigor desaparecían.
No nos entretenemos demasiado…queremos hacer el camino hasta Hermanus por la Sir Lowry´ s pass y llegar con algo de luz.
Pasamos por algunas poblaciones, algunos guetos infinitos, atravesamos montañas, a ratos nos acompaña un tren, a ratos subimos, …bajamos, …frutales…viñedos "espeluchados"… incluso atravesamos una enorme tormenta con un rayo demasiado cercano incluido. Al atardecer llegamos a Hermanus, y con la ayuda de Jenny encontramos el Anchor rest donde nos dieron las llaves de nuestra habitación que resultó ser una coqueta, independiente y completísima cottage reservada a través de Booking. El alojamiento no tiene vistas al mar, pero está muy cerca del Cliff Path, que es el sendero que recorre la costa y atraviesa el pueblo de Hermanus y donde se encuentran estratégicos miradores para observar a las ballenas.
No dio tiempo de mucho más, nos instalamos y fuimos a cenar al Lemon Butta por recomendación de nuestra anfitriona. Las vistas y la relación calidad/ precio todo muy ok. Con diferencia el mejor que probamos aquellos días.
Por la mañana nos ubicamos. Recorrimos el pueblo, paseamos por el sendero y disfrutamos de nuestras primeras ballenas desde los diferentes miradores que salpican el paseo… A veces bajábamos a las rocas, …
A veces de lejos, otras más cerca, otras tan tan cerca que escuchábamos con claridad los soplos y saltos …muy muy emocionante.
El pueblo gira en torno a los cetáceos y además del Path Whale (aprox 10 km ) sendero que lo atraviesa y de los miradores, también hay en el paseo algún que otro panel informativo, un pequeño museo, una réplica de la ballena franca austral, y un “whale carrier” que no vimos ni escuchamos ninguno de los días. También hay una pequeña plaza con pequeñas casetas de venta de “artesanía”, diferentes locales donde comer fish and chips…varias galerías de arte, tiendas, supermercados, cajeros… y recordar que hay alojamientos con habitaciones con vistas a las ballenas
Teníamos reservado un vuelo con Africa wings para ver las ballenas desde el aire. Dependíamos un poco de la meteorología, del viento para ser exactos. Necesitábamos que amainara un poco para poder volar con la Cessna…Por suerte el viento cayó el día siguiente y pudimos volar yyy ¡¡¡¡flipar mucho!!!! NUNCA olvidaremos la imagen de las ballenas desde el aire.
Inolvidable!!! No solo las emblemáticas siluetas, sino la nueva perspectiva de sus saltos y de las colas fuera…
Lo único malo es que allí arriba 30 minutos pasan demasiado deprisa … pero la imagen es 100% inolvidable. Incluso tuvimos la suerte de ver una madre con una cría blanca
Y de regalo… unas bonitas vistas panorámicas de la preciosa costa, sus playas, las montañas, el mucho verde…
La empresa African wings genial, el piloto muy profesional y amable. Contactamos por mail y pagamos allí con tarjeta. En su web ofertan distintos vuelos escénicos con distintas duraciones. Es algo carillo porque hay que tener en cuenta que realmente tu alquilas la avioneta completa, es decir, las tres plazas de las que dispone. Si sois tres compensa más. La empresa no te busca, o une, a un tercero. Aunque bien mirado el precio no dista demasiado de otros vuelos escénicos como por ejemplo en El Colorado…
El resto del tiempo, como buenos fatiguitas de los bichos que somos, lo pasamos abducidos en el pueblo avistando las ballenas, las aves, algunos delfines, algún león marino…
Estábamos tan tan alucinados con las ballenas, motivo de nuestra visita, que sinceramente de los alrededores de Hermanus no os podemos contar mucho… No podíamos, ni queríamos separarnos de allí, para nosotros era un espectáculo y un lujo poder disfrutarlo desde tierra.
Aún así una de las mañanas hicimos un "esfuerzo" y nos acercamos a Bettys Bay para visitar la pingüinera. Por el camino las enormes y verdes montañas tan próximas al mar, las pesadas nubes…la serenidad… algunas construcciones…el paisaje tenía un cierto punto muy Escocia/Highland.
La pingüinera de Betty´s bay nos pareció quizás algo escondida o algo mal señalizada. Es diferente a la de Boulder, mucho mas íntima al tener menos autobuses de turistas. Cientos de cormoranes, cómodas pasarelas, algunos paneles informativos, unos mínimos restos de una industria ballenera y de un barco hundido…algún chiringuito…
Quizás menos vistosa la playa…pero también nos gustó el paseo y vimos muy de cerca a los pingüis. Aquí no vale la wild card pero la entrada era barata.
También recuerdo que el día que hicimos el vuelo de las ballenas, de regreso a Hermanus, paramos a tomar nuestro picnic en una laguna que nos recibió llena de flamencos. Y recuerdo que una de las tardes nos acercamos hasta Grotto Beach a ver las ballenas desde las dunas…
Confieso que ni si quiera nos dio el punto de acercarnos a alguna de las bodegas o alguno de los lugares de interés que llevaba anotados…reservas naturales, …o algún viñedo…Imposible despegarnos del paseo, de los prismáticos, de la cámara…de las ballenas…estábamos completamente abducidos … era lo que realmente nos llevó allí y queríamos.
¿Y por qué no hicimos avistamiento de ballenas desde embarcación? Estuve mirando algunas webs para conocer el grado de ética de las diferentes empresas y en general me parecieron correctas. No reservamos nada aunque llevábamos en mente hacerlo. Una vez allí pronto nos dimos cuenta que las embarcaciones tienen prohibido el acceso al saco interno de la bahía donde se encuentran las cercanas ballenas. Los barcos de avistamiento se mueven por el arco exterior donde hay menos animales…y por suerte los muchos barcos tienen prohibido acercarse a la ballena. Es el animal el que decide si acercarse o no. Me pareció correcto…
Pero fuera de la bahía había algo de mar de fondo y fue él quien nos convenció de quedarnos en la costa mirando y remirando absortos las incontables ballenas que abarcaban nuestros ojos, nuestros prismáticos, nuestros objetivos. Decidimos continuar flipando desde tierra firme, toda una novedad para nosotros
También llevaba en la cabeza la posibilidad de alquilar un kayak si nos daba el punto pero durante los días que estuvimos no vimos ninguno en el agua, quizás no estaban saliendo por el viento y/o mar de fondo.
Y…¿Por qué no hicimos la actividad del buceo en jaula con tiburón blanco? Porque NO estamos de acuerdo con la metodología usada. NO somos partidarios del denominado “feeding”, es decir, no estamos de acuerdo con la alimentación de animales con fines turísticos. Y tampoco somos partidarios del uso de reclamos/cebos (“chunk”) para atraer a los animales con los mismos fines turísticos.
Estas prácticas, reclamo, atracción y/o premio-recompensa, tienen impactos desconocidos o aún poco estudiados. Por coherencia con nosotros mismos hemos preferido no realizar la actividad. Como turistas ya dejamos muchas huellas…ésta conscientemente podemos y queremos evitarla.
Los días pasaron rapidísimos…y con pena el viaje llegaba a su fin.
La vuelta desde Hermanus a CT fue por la costa disfrutando de las vistas panorámicas y miradores de la Whale route.
Por el camino volvemos a encontrar los contrastes que salpican Sudáfrica...
Como íbamos con algo de tiempo paramos en el jardín botánico Kirstenbosch (Patrimonio de la Humanidad). Recorrimos algunos de los senderos disfrutando de los muchos verdes y las muy diferentes flores, … de sus aves y pequeña fauna… paseamos por la curiosa pasarela con vistas al dosel de los árboles, a la Table y a la city... Y allí pusimos fin a nuestro salvaje viaje animal
Sin duda, hay destinos que sorprenden, otros enamoran, encantan….y otros definitivamente enganchan…Sudáfrica por su fauna…para nosotros ha sido uno de ellos.
Gracias a todos los viajeros que con sus diarios, comentarios y opiniones nos han ayudado a resolver dudas y darle forma a nuestro viaje, muchas gracias a Flotas, Meha, Wilderness, Diletante, Gsobrino, Chufina, Nachingo, Mambo, Davovo, Espitoni, Momi…a tod@s los que sumáis: muchas gracias
Espero que el diario sea de utilidad a futuros viajeros Los comentarios hacen ilusión y se agradecen
Saludos.