En kutaisi he alquilado un aparamento, Aia apartment,... una pasada. Está situado en una zona alta de la ciudad, se trata de una casa con dos alturas, tocándonos todo el segundo piso para nosotros. El precio, razonable, 40€/noche, incluyendo desayuno continental. La chica que lo lleva, Sofi, un encanto. Además trabaja junto a su cuñado que hace las veces de taxista privado.
Para llegar a Kutaisi tardo unas 5 horas desde Mestia, en un viaje que se me hace un poco largo, a la espera del reencuentro. Pero merece la pena. Además, tengo que tomar el vuelo a Kiev desde el aeropuerto de la ciudad, así que es cuestión de disfrutar de la estancia.
La tarde del día de hoy, sábado, la hemos aprovechado para acercarnos a las cuevas que las iraníes no quisieron visitar. Es que soy bastante pertinaz cuando quiero hacer algo. Las cuevas prometeo
, descubiertas en 1983.
El viaje hasta allí dura unos 30 minutos. El taxi nos llevará, esperará y traerá de vuelta al centro de la ciudad por unos 13€. La entrada a la cueva tiene precios, como casi todo en Georgia, muy razonables (3-4€).
No tienen, en mi opinión, la espectacularidad de las de Nerja que visité al principio de mi viaje, en Junio. Pero hay que reconocer que saben cómo ganarte: la iluminación es muy cuidada y hace del recorrido una visita obligada si puedes acercarte. Creo que es posible venir en transporte público hasta el pueblo donde está situada, tomando después un taxi o andando hasta la cueva. Nosotros somos un poco vagos.
La vuelta la decidimos hacer hasta el centro de la ciudad, ya que no habíamos comido nada en todo el día. Por consejo de Sofi, comeremos en el Palaty. Un restaurante pequeño, en medio de todo (muy próximo al italiano donde comí con Nasrin y nazanin), con cocina tradicional georgiana. Allí nos comemos un bistec en salsa de vino dulce (quetecagas), así como unas berenjenas rellenas. Además, nos llevamos para el apartamento un pizza (ha he dicho que no habíamos comido nada antes)
Al día siguiente, domingo, nos vienen a buscar a las 9:00 para acercarnos al cañón Okatse (el otro sitio al que las iraníes no quisieron acercarse... recuerda lo de cabezota). Pero, pasamos: les dijimos que a las 10:00 nos trajeran el desayuno! Cómo se les ocurre molestarnos a las 9:00. Total, que nos quedamos toda la mañana en el apartamento. Además ha estado lloviendo a raudales.
A eso de las 14:00 decidimos que podemos intentar alquilar un taxi e ir al cañón por nuestra cuenta, una vez ha dejado de llover. Así lo hacemos, si bien no tenemos buen ojo con los taxis: cogemos uno viejo que nos deja "tirados" a unos diez minutos de empezar. Llama a otro, más viejo que el anterior, que a duras penas pasa de 50 km/h. En resumen, que tardamos una hora en llegar al cañón.
Una vez en el centro de visitantes, nos dicen que la pasarela (es algo parecido al caminito del rey) más espectacular, la que pende del vacío está cerrada por la lluvia. ¡Pero si ahora no llueve! Total, que le decimos que nos venda la entrada (3€/ por cabeza, recuerdo que es unas cuatro veces menos que el recorrido del caminito en España), que si está cerrado nos daremos la vuelta, pero que si no llueve allí lo intentaremos.
El hecho es que para llegar al comienzo del cañón puedes andar por un camino infernal unos tres kilómetros o ir en taxi 4x4 que te lleva, espera y trae de vuelta al centro de visitantes, por uno 40 laris. Así lo hacemos.
Cuando llegamos justo acaba de reabrir el acceso a un grupo de tres turcos, así que les seguimos. La niebla al principio nos impide disfrutar del camino, si bien pronto empieza a despejar y se contempla un paisaje precioso.
Nos llevará algo más de una hora terminarlo. Merece mucho la pena acercarse a esta parte de Kutaisi, que no tiene transporte público. El gasto total, incluido taxi y 4x4 sería de unos 40€.
Toca regresar a kutaisi, otra vez en la cancarra del taxi. Así que aprovechamos para echar una cabezadita y nos plantamos en el centro al de una hora. Esta vez optamos por comprar alguna cosa para el apartamento. Toca descansar. Mañana a las 5:00 me vienen a buscar, pues el vuelo hacia Kiev sale a las 6:15 (no me gusta esperar en aeropuertos. Y en el de kutaisi ese día habrá sólo tres vuelos).
Aquí termina mi periplo por Georgia. Un país en el que he descubierto bellos paisajes montañosos, una preciosa capital y un horror de ciudad costera. Todo ello en buena compañía, si bien no ha sido ni de lejos la experiencia vital de Irán. Ahora toca Ucrania.