Nos levantamos a eso de las 9:30, desayunamos con Olga (nos dio unas tostadas, unos bollitos y unos cafés) y nos fuimos a la estación de tren. Allí sacamos billetes en las máquinas para ir en tren a Padova, nuestro siguiente destino. Salía a las 10:21 y el precio eran 7€/persona. Venga, vámonos al andén, ¡que los asientos no son numerados y hay que coger buen sitio!
El trayecto dura casi una hora y transcurre por los campos de cultivo del Véneto, con un paisaje un tanto monótono. Aprovechamos para terminar de ver Cartas para Julieta.
El trayecto dura casi una hora y transcurre por los campos de cultivo del Véneto, con un paisaje un tanto monótono. Aprovechamos para terminar de ver Cartas para Julieta.
Llegamos a Padova (Padua en español) a las 11 y 20, y lo primero que hacemos es ir a la Oficina de Turismo de la estación a por un plano, y luego a tirar las cosas al apartamento (de nuevo teníamos una habitación alquilada); desde donde nos fuimos a patear la ciudad. Eso sí, vimos la entrada a la casa muy insegura, al tener que cruzar un túnel bastante oscuro por debajo de las vías, lo que unido a la recomendación del chico de la Oficina de Turismo de no andar por la zona de noche decidimos volver en taxi.
De nuevo no hay Free Tour, así que venga, aprovecho que estamos dejando las cosas en la habitación para contar la historia de la ciudad:
"Patavium era una ciudad ubicada en un punto estratégico de la península italiana, lo que le dio notable importancia en tiempos romanos y bizantinos.
Agilulfo fue un poderoso rey de los lombardos, que en sus objetivos expansionistas conquistó la ciudad de Padua (año 601) entonces perteneciente al imperio bizantino, y la destruyó.
Hacia el siglo XI comenzó la urbe a recuperar su poder y en el XII adquirió rango de ciudad libre, y erigió notables monumentos. En el XV cayó bajo el dominio de Venecia, aunque siguió manteniendo una importante tradición cultural, tanto en el plano formativo (la universidad) como en el artístico. Mantegna y Donatello trabajarían allí.
La universidad de Padua fue fundada en 1222 por Federico II y tuvo su apogeo hacia los siglos XVI y XVII.
En el final del XVIII acabó el poderío de la república veneciana y este territorio acabó en manos de Austria. En el XIX pasaría a integrarse en el reino de Italia. La entrada de Vittorio Emanuele en la ciudad tuvo lugar en 1866.
En los días de la I Guerra Mundial, el territorio fue invadido por la coalición de los imperios centrales, pero la resistencia italiana acabó propiciando un armisticio que fue firmado en Villa Giusti, en las afueras de la ciudad.
Padua también resultaría afectada por la II Guerra Mundial. Los bombardeos americanos serían mortíferos en lo humano y destructores de riqueza artística." (guiarte.com)
Cruzamos de nuevo por debajo de la estación de tren y nos subimos a un autobús urbano con destino al Prato della Valle (pasan muchas líneas por delante de la estación de tren, y varias van a este punto, consultad el mapa que está en la marquesina), el punto turístico más alejado de nuestro alojamiento (estamos al norte del centro, esta plaza cierra el centro por el sur), y es que haríamos la visita de sur a norte.
Es la plaza más grande de Italia y una de las mayores de Europa. Es elíptica y tiene más de 90.000 metros cuadrados de superficie, ahí es nada.
Está, asimismo, rodeada de edificios importantes de la ciudad, como la Chiesa di San Giustina
En el centro tiene una isla rodeada por un canal adornado con estatuas, es l'Isola Memmia, donde vimos a docenas de padoveses tomando el sol sentados en el césped.
Los edificios residenciales que la rodean son palacetes, que le dan un aire especial y distinguido a este espacio.
Y uno de ellos es un palacio veneciano, el día siguiente nos íbamos a esa ciudad, las ganas iban en aumento...
Fue un lugar perfecto para entrar en contacto con Padua, una ciudad que en principio era una parada técnica entre Verona y Venecia porque el alojamiento era barato pero que a mí me gustó mucho.
Seguidamente entramos al Orto Botánico, la principal visita a hacer en la ciudad, y es que este Jardín Botánico es Patrimonio de la Humanidad desde 1997 al ser el más antiguo del mundo, y lo es por 2 criterios:
· Criterio II (Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura, tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico), al representar una fuente de inspiración para muchos otros jardines en toda Italia y Europa.
· Criterio III (Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida), al llevar siendo más de cinco siglos un testimonio excepcional del avance científico en el campo de la botánica.
Fundado en 1545 es, como ya he dicho, el primero del mundo. Era en sus orígenes universitario, y a día de hoy mantiene el mismo trazado que hace casi 500 años: un terreno circular (símbolo del mundo) rodeado de agua; aunque se le añadieron elementos ornamentales y funcionales, como bombas de agua. Actualmente sigue cumpliendo su función original de centro de investigación científica.
El jardín es bastante curioso, y no demasiado caro (5€), teniendo plantas de todo tipo. No destaca por su belleza ni por su espectacularidad, sino por su altísimo valor histórico. No parábamos de pensar que hace 450 años estudiantes de nuestra edad se pasaban aquí las horas.
Apartados de la zona histórica del jardín hay unos pabellones modernos que simulan las selvas ecuatoriales y los desiertos tropicales. Y la simulación es perfecta, con ruidos e incluso olores, aunque también con una reproducción exacta de temperatura y humedad... Madre mía que sudada, pasamos volando por aquí.
Y me imagino que tu también tendrás calor, pero tranquilo, que ya es la 1 y media y en cuanto salgamos compramos algo de comer y una botella bien fría de agua.
Información práctica
Acceso: Al lado del Prato della Valle, en el centro de Padua
Horario: Variable según el mes. Click para verlo
Precio: 10€ (8 jubilados y profesores, 5 estudiantes)
Web: www.ortobotanicopd.it/
Nos fuimos hacia el centro histórico de la ciudad, y nos compramos una barra de pan para comer unos bocatas con el embutido que llevábamos de España. Las calles de esta zona son realmente bonitas.
Comimos a la sombra de la Basilica di San Antonio, un templo originalmente románico construido en el siglo XII aunque con muchas modificaciones posteriores (góticas, renacentistas y barrocas) Es el principal de la ciudad, aunque no tenga el título de catedral.
Ana no pudo entrar al interior por llevar pantalones cortos (llegaban casi a la rodilla, tampoco eran los típicos vaqueros supercortos) así que hice una visita exprés al interior, en el que no se pueden sacar fotos. Mi rebeldía se agotó colándome en el bus, no iba a tentar aquí más a la suerte (lo del bus fue recomendado tanto por una amiga de Ana que está allí de Erasmus como por los propios pasajeros a los que preguntamos donde sacar el billete, es un cachondeo total) El interior es grandioso, os dejo una foto de Google.
Pegado a la iglesia hay un bonito claustro por el que pasé volando para no dejarle mucho tiempo sola en la calle. Una pena no poder disfrutarlo los dos con más calma.
La plaza de delante de la basílica es bien bonita, estando presidida por una estatua ecuestre del Condottiero Gattamelata (el más conocido del Renacimiento) esculpida por Donatello. Este mercenario sirvió a varias ciudades italianas y fue dictador de Padua, siendo su estatua la primera en honor a un guerrero en la historia moderna. Ahí es nada...
Seguimos rumbo al norte pasando por una sucesión de calles con bastantes rincones con encanto. Padua nos sorprendió bastante, si bien queda eclipsada al pensar en Italia por la gigante Venecia y la espectacular Verona.
Entramos a la Università di Padova, bueno, a su edificio histórico, el Palazzo Bo, un edificio construido en el siglo XVI para acoger esta institución universitaria, fundada en 1222. Es un edificio realmente bonito, aunque por incompatibilidad horaria con las visitas no pudimos ver a fondo.
Enfrente de este bello edificio se encuentra esta preciosidad, de la que por desgracia no recuerdo el nombre.
Y bien cerca está la Piazza delle Erbe y la Piazza della Fruta, las centrales de la ciudad, que se encuentran separadas y unidas a la vez por el Palazzo della Ragione (se pasa por su parte baja de una a otra)
Aquí nos compramos, en una frutería, unos trozos de piña bien fríos para hidratarnos y combatir el calor. Esto lo hay en las ciudades vénetas (no así en Bolonia o Ferrara), donde vimos bastantes vasos o envases con fruta fresca preparada para comerse directamente. Así que venga, no seas vergonzoso y come algún trozo, que con lo fresca que está la piña, ¡te va a sentar genial!
De aquí entramos al Palazzo della Ragione (Palacio de la Razón), un edificio construido entre los siglos XIII y XIV y que fue sede del gobierno civil y de los tribunales de la ciudad de Padua.
El interior es espectacular. Una sala enorme que está rodeada de pinturas que representan los meses del año con las costumbres locales, hechos históricos y mitología. Es el mayor fresco del mundo, suma más de 200 metros de longitud en total.
Información práctica
Acceso: Piazza delle Erbe (Centro de Padua)
Horario: 9-19 (hasta las 18 de noviembre a enero)
Precio: 6€ (4 estudiantes)
Web: padovacultura.padovanet.it/ ...la-ragione
Nos vamos y pasamos por la bonita Piazza dei Signori, que acoge el Palazzo del Capitanio con su torre (Orologio) que tiene el famoso reloj de Padova, tiene los signos del zodiaco, pero le falta el símbolo de libra (justicia), según dicen porque el artista no cobró su obra y la eliminó para que se viera que no hay justicia en la ciudad.
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Cruzando bajo esta torre llegamos al Duomo di Padova, la catedral padovesa. Es un templo moderno (construido a mediados del siglo XVIII) en estilo manierista y sin mayor encanto. Una mole que hace que la Basílica di San Antonio sea el principal de la ciudad aunque no tenga el rango catedralicio.
Se nos echa encima la tarde, y a las 7 y media habíamos quedado en el centro con nuestros amigos para tomar algo, así que vamos yendo hacia el apartamento a darnos una ducha y quitarnos el calor y el sudor acumulado de todo el día. No nos mires así, seguro que tú también te mueres de ganas por descansar en un sitio fresco
Caminamos por la amplia Via Garibaldi, que cruza la ciudad de norte a sur, es la que hicimos por la mañana en bus. Es una avenida amplia y rodeada de bonitos edificios.
A medio camino entre el centro y la estación se encuentra el Giardini dell'Arena, que acoge dos bonitas iglesias. La primera que vimos es la Chiesa degli Eremitani, un templo gótico construido a finales del siglo XIII.
La entrada es libre, y el interior realmente bonito.
Pegada está la espectacular Cappella degli Scroveni, que tiene una pinacoteca adosada. Es uno de los puntos fuertes de la ciudad.
La entrada a este sencillo templo románico es guiada, debiendo estar 15 minutos en una sala acondicionada para impedir que con nuestro calor corporal dañemos los frescos; y la visita en sí dura 15 minutos, y aunque sea solo en italiano se entiende muy bien.
Lo espectacular de la capilla son los frescos de Giotto, el gran maestro del trecento, el inicio del Renacimiento, que hacen que fuera lo que más nos gustó de la ciudad.
Como no, la temática es religiosa, habiendo multitud de imágenes e historias narradas de forma extraordinaria por este artista.
Nos llamó la atención la decoración de los pies, con las virtudes a la izquierda y frente a ellas cada uno de los pecados capitales, con el Juicio Final como fondo. Muy didáctico en esa época, y curioso hoy en día.
Salimos de la capilla tras los 15 minutos reglamentarios y damos una vuelta por la pinacoteca, que es espectacular, con un gran número de obras barrocas y renacentistas sobre todo de artistas italianos. Aunque no esperéis un Da Vinci, son casi todos de segunda línea, al menos de fama, porque sus cuadros son preciosos.
Nos damos una ducha en el apartamento (al final de la etapa os hablo más a fondo de como era) y vamos a la Piazza dei Signori, donde tomamos una cerveza con nuestros amigos (nos tiramos un par de horas aquí sentados, viendo atardecer en este marco tan bonito)
Y tras dar un paseo por el centro en el que nos contaron algunas curiosidades de la ciudad nos fuimos a cenar a Navigli, un paseo junto al río tomado por chiringuitos en los que sirven de comer y beber, además jugaba Italia en la Eurocopa (el último partido de la fase de grupos contra Irlanda) y había un ambientazo total. Además no era nada caro, un panini bastante grande costaba 5€.
Y tras esto cogimos un taxi que nos llevó por otros 5€ al apartamento. Este era una habitación enorme en un piso de estudiantes, con una cama doble muy grande y cómoda, y la verdad es que es bastante fresca pese al calor reinante en el exterior y no tener aire acondicionado. La decoración era superoriginal, nos encantó.
También podemos utilizar un baño compartido bastante limpio y completo y la cocina libremente, nuestro anfitrión, Aleksandar, nos dio consejos para ver la ciudad y fue realmente flexible con la hora de llegada. Un 10 para él.
La ubicación es buena para hacer turismo, y es que está cerca del centro (10' andando) y pegado a la estación, por lo que es factible alojarse aquí para visitar incluso Venecia -a media hora en tren-, si bien es algo inseguro para volver de noche. Pero vamos, que con el precio (16€ utilizando el código de 10€ ECOSSE2015 o CROATIE2015, Os dejo por aquí el enlace, es muy recomendable alojarse aquí: www.airbnb.es/rooms/6343156
CONCLUSIONES DE PADUA: Vinimos a Padua como escala técnica entre Verona y Venecia por tema precios, pero es una ciudad que nos sorprendió muy gratamente. Su centro histórico es el típico italiano, con calles estrechas y muy bonitas y plazas mágicas y con mucho encanto. Además, las iglesias son bonitas y tiene dos lugares bastante diferentes a lo que estamos acostumbrados a ver (Prato della Valle y Orto Botánico) Lo más recomendable de la ciudad es perderse por el centro, destacando como lugares a ver estos dos citados anteriormente, la Basilica di San Antonio, las plazas centrales y la Cappella degli Scrovani.
Para ver la ciudad se necesita casi un día entero, sobre todo si queremos entrar a los diversos monumentos, para ver los exteriores una mañana/tarde creo que sería suficiente. Diría que es una parada a hacer si hay tiempo en un viaje por el norte de Italia, aunque queda por detrás de Milán, Bérgamo, Verona y Venecia.
La definiría como la gran desconocida del turístico Véneto.