A las 5 de la madrugada en pie, -uno solo-, sin el asiático bajo la terraza, que imagino que estaría en el hospital con un collarín y un trípode clavado en el muslo-, engancho el gorillapod con la cámara a la barandilla, y mientras amanece tomándome un café, le hago una sesión a la montaña, que se va revistiendo desde la cumbre con una capa color fuego.
Llego a la estación 10 minutos antes de su apertura a las 7, y me tomo otro café a sorbos en el agradable bar con agradables camarer@s de la estación. En las taquillas, saco por 43 €, billete ida y vuelta para el tren de las 7’37 h, Zermatt-Visp-FIESCH, donde está la estación del teleférico al monte Eggishorn. El trayecto, incluyendo el transbordo en Visp, son unas 2h15', y el recorrido es hermoso porque las vías van pegaditas al curso del Ródano en sus tramos de aguas bravas encañonadas, que bajan de su nacimiento en los Alpes Lepontinos, unos 90 kms al este.
EL GLACIAR
El gran glaciar alpino, patrimonio de la humanidad, atesora una masa de 27 mil millones de toneladas de hielo en una superficie de 120 km2 y una longitud de 23 kms. El grosor también es considerable, desde los 150 metros estimados al sur, hasta los 900 metros en la Plaza de la Concordia, considerada el punto de inicio del glaciar, por la confluencia de las lenguas de los tres glaciares, Ewigschneefeld, Aletschfirn, y Jungfraufirn, que nacen en la cara sur del macizo del Jungfrau, a 4000 metros de altura, y de la de otro pequeño glaciar,el Gruneggfirn, al este.
Desde la Konkordiaplatz, el glaciar engorda hasta los 1'5 kms de anchura, y se desplaza unos 180 metros al año. En un punto lateral intermedio de la lengua, a la altura del Eggishorn que es donde voy a ir yo, se forma el lago glaciar Marjelen, y en su final, el Aletsch se derrite formando el Rio Massa, que desemboca tras 7 kms de recorrido en el Ródano.
La visita al glaciar Aletsch, se puede hacer desde puntos distintos y lejanos, dependiendo de la posición en uno u otro margen, o del deseo de visitar uno u otro tramo del glaciar. Por mi ubicación en Zermatt, las únicas excursiones viables de ida y vuelta en el mismo día que podía hacer en transporte público, eran las opciones número 2 y 3, al sur del glaciar, que tal como recojo en el párrafo anterior, se realizaban cogiendo tren a Visp, y allí enlazando con un tren hasta Betten o Fiesch, en el valle del Ródano.
La opción Zermatt - Jungfrau, al norte del glaciar, era imposible puesto que solo en llegar a Jungfraujoch ya tardaba 4 horas y media, entre otras cosas porque se han de atravesar los alpes berneses. Esta opción sin embargo, sería la más favorable para viajeros alojados o de paso por la zona de Interlaken.
COMO LLEGAR
1.- Desde el Jungfrau. Subiendo en tren desde Grindelwald o Lauterbrunnen hasta Kleine Scheidegg, y desde allí en cremallera a Jungfraujoch, la estación de tren a mayor altitud de Europa a 3454 metros. Hay que decir que también ha de ser el mayor precio de billete de tren de Suiza, porque cuesta nada menos que la friolera de 170 €.
Al llegar, se coge un ascensor hasta el mirador observatorio de la cumbre, donde al encontrarnos sobre el mismo origen, el circo glaciar, tendremos la majestuosa perspectiva de la totalidad de los 23 kms del Aletsch, el glaciar más grande de los Alpes.
2.- Desde el Eggishorn a 3000 metros. Subiendo en telecabinas desde Fiesch. Al llegar a la estación de tren, hay que caminar unos 10 minutos a través del pueblo hasta la estación de las telecabinas, que salen cada media hora.
Se hace una sola parada intermedia en Fiescheralp, donde se enlaza con otra góndola al Eggishorn, con salidas igualmente cada ½ hora. El ticket i/v cuesta 33 €, siempre hablando con el pase Half Fare Card del 50%. La perspectiva desde el Eggishorn es menos elevada que desde el Jungfrau, y por tanto menos amplia, pero por contra se aprecia muchísimo más el glaciar en longitud y detalle.
3.- Desde el Bettmerhorn. Primero subiendo en los telecabinas que salen de Betten a la aldea peatonal intermedia de Bettmeralp, y luego allí cogiendo otra al pico. Bettmeralp, es una aldea muy popular entre las familias, ya que le han concedido una especie de sello de calidad “familias bienvenidas” por haberse montado servicios y programas de animación para los niños.
Incluso, en los senderos que parten de la población, se han tenido en cuenta a los peques y a sus familias, adecuándolos por ejemplo para los cochecitos. La perspectiva desde el mirador del Bettmerhorn, dicen que quizás sea la mejor para apreciar la fabulosa curva que hace el glaciar bajando de las cumbres.
El Eggishorn, conocido como la montaña de las vistas, ofrece una de las mejores panorámicas que existen de los Alpes valesianos, Cervino incluido, e incluso del Mont Blanc al oeste. Sin embargo, las cimas que reinan en la zona, por ser las cunas del glaciar, son el Eigern de 3970 metros, el Monch de 4107m, y el Jungfrau con 4158 metros.
SENDEROS
Centenares de kilómetros de rutas están habilitadas en el área del gran glaciar, que contienen un buen número de miradores, además de los árboles más ancianos de toda Suiza. Dejo un plano.
En mi caso, aunque al final no realicé ninguna por limitaciones de tiempo, si había valorado posibilidades, y me había planteado una ruta, la más clásica seguramente, que recorre el Aletsch:
1.- Bettmerhorn - Fiescheralp. Una ruta espectacular de 9 kms a lo largo de la lengua, de aproximadamente unas 3 horas de camino con una dificultad moderada, en cualquiera de los dos sentidos, desde Bettmerhorn hacia Fiescheralp, o a la inversa. Muchos hacen también la ruta circular entera, sumándole otros 4 o 5 kms de caminata.
Dividiéndolo en tres secciones, y partiendo de Bettmerhorn, la primera son unos 3'5 kms, caminando en paralelo al glaciar con una visión permanente del hielo, hasta que se tuerce en dirección este al Lago Marjelen. La segunda sección, es el tramo en que continuando en dirección al lago Vorder (Vordersee), se entra en un oscuro túnel peatonal de 1 km de longitud.
Si no se quiere entrar en el túnel se puede bordear el lago Vorder por el norte, y enlazar más adelante con la ruta original, aproximadamente a 1 km de Fiescheralp. La tercera y última sección, se inicia al salir del túnel, y es una pista ancha y fácil que lleva a Fiescheralp, manteniendo las vistas del glaciar, y los valles de Fiescher y del Ródano superior.
Lógicamente, quien quiera hacer esta fantástica ruta, ha de tener en cuenta la época del año, equiparse con lo básico para estos senderos, y llevarse linterna para el túnel.
CÓMODA CORONACIÓN DEL EGGISHORN
Una vez entra la góndola en la estación del Eggishorn, llegar a la cumbre son unos 20 minutos. La caminata sobre grandes bloques de piedra, se inicia con un descenso hasta una arista que cruza hasta un punto de la montaña, a unos cuantos metros más abajo de la cruz de la cima, donde empieza la parte más fatigosa del sendero, ya que queda el ascenso en zig zag hasta arriba.
Al llegar, no hay mucho espacio, y hay que andar con ojo mirando bien donde se ponen los pies. Sentadas en la cruz 2 o 3 personas, me incrusto entre unos bloques a esperar, gozando de las impactantes vistas, hasta que tras un rato marchan y puedo agarrarme a ella para hacer alguna foto más amplia del Aletsch. El paisaje es indescriptible.
Las estrecheces se agravan cuando algunos grupos acceden a la cumbre en cuadrillas de más de 8 personas con aparatosos equipamientos, y se comienzan a ocupar los pasos para hacerse selfies o fotografiarse las dentaduras recortados contra el horizonte de montañas, nubes y hielo, haciendo la señal de victoria con los dedos.
Grito fuego!!! fuego!!", fire!!!, fire!!! y consigo paso para escaparme haciendo el cabra con cuidado por los bloques, hacia el saliente sobre el glaciar y el lago Marjelen, mucho más tranquilo y con una perspectiva completa del recorrido y la maravillosa curva que hace la masa de hielo, cientos de metros más abajo. Me siento por los bloques del saliente cerca del borde, protegido y oculto por una roca que hace de biombo y de pétreo respaldo a mi espalda, donde a cierta distancia se encuentra la cima con la cruz, y simplemente, me quedo ahí.
Veo descender cuidadosamente a alguna pareja en dirección al hielo, y a algún grupito pequeño de 2, 3 o 4 personas, sentadas literalmente en el borde del precipicio, pero por el lugar donde estoy sentado, es practicamente imposible el paso, lo cual agradezco porque las cuadrillas se mantienen lejos, detrás del peñasco contra el que apoyo mi espalda.
Hago fotos y una grabación panorámica con la cámara, y me quedo ahí casi una hora disfrutando de la magnitud del paisaje del glaciar fluyendo del Jungfrau, recorriendo las faldas de los picos de la cordillera frente a mí, y fluyendo hacia el valle y la cuenca del río Ródano al sur. Maravilloso.
Me levanto de mi trono de piedra, y medio escalando, siempre sin distracción, regreso por la arista de bloques que une el saliente con la cumbre, volviendo a solicitar paso un par de veces a alguno de los miembros del mismo grupo de antes.
Tras volver a bajar de la cima del Eggishorn, recorrer de nuevo el sendero de cubitos de piedra de la arista que lo separa de la cima donde están los telecabinas, charlar con una pareja de Mexico DF, tomarme una cerveza y un agua en el chiringuito que hay nada más salir de la estación, que cuestan lo mismo que 3000 metros más abajo, unos 9 €, me despido de este increible lugar descendiendo de nuevo en una góndola, mientras converso con una familia de españoles, de ruta en coche por el país.
Ya a ras de tierra, en la estación de tren de Fiesch, tras un lento y agradable paseo por el pueblo, tengo la suerte de llegar justo un minuto antes de la salida del tren directo a Zermatt, que no había cogido por la mañana porque el primero no salía hasta las 10h15, y sobre las 5 y pico de la tarde, estoy otra vez en el pueblo del prado.
dejo una grabación desde la cima del eggishorn
Llego a la estación 10 minutos antes de su apertura a las 7, y me tomo otro café a sorbos en el agradable bar con agradables camarer@s de la estación. En las taquillas, saco por 43 €, billete ida y vuelta para el tren de las 7’37 h, Zermatt-Visp-FIESCH, donde está la estación del teleférico al monte Eggishorn. El trayecto, incluyendo el transbordo en Visp, son unas 2h15', y el recorrido es hermoso porque las vías van pegaditas al curso del Ródano en sus tramos de aguas bravas encañonadas, que bajan de su nacimiento en los Alpes Lepontinos, unos 90 kms al este.
EL GLACIAR
El gran glaciar alpino, patrimonio de la humanidad, atesora una masa de 27 mil millones de toneladas de hielo en una superficie de 120 km2 y una longitud de 23 kms. El grosor también es considerable, desde los 150 metros estimados al sur, hasta los 900 metros en la Plaza de la Concordia, considerada el punto de inicio del glaciar, por la confluencia de las lenguas de los tres glaciares, Ewigschneefeld, Aletschfirn, y Jungfraufirn, que nacen en la cara sur del macizo del Jungfrau, a 4000 metros de altura, y de la de otro pequeño glaciar,el Gruneggfirn, al este.
Desde la Konkordiaplatz, el glaciar engorda hasta los 1'5 kms de anchura, y se desplaza unos 180 metros al año. En un punto lateral intermedio de la lengua, a la altura del Eggishorn que es donde voy a ir yo, se forma el lago glaciar Marjelen, y en su final, el Aletsch se derrite formando el Rio Massa, que desemboca tras 7 kms de recorrido en el Ródano.
La visita al glaciar Aletsch, se puede hacer desde puntos distintos y lejanos, dependiendo de la posición en uno u otro margen, o del deseo de visitar uno u otro tramo del glaciar. Por mi ubicación en Zermatt, las únicas excursiones viables de ida y vuelta en el mismo día que podía hacer en transporte público, eran las opciones número 2 y 3, al sur del glaciar, que tal como recojo en el párrafo anterior, se realizaban cogiendo tren a Visp, y allí enlazando con un tren hasta Betten o Fiesch, en el valle del Ródano.
La opción Zermatt - Jungfrau, al norte del glaciar, era imposible puesto que solo en llegar a Jungfraujoch ya tardaba 4 horas y media, entre otras cosas porque se han de atravesar los alpes berneses. Esta opción sin embargo, sería la más favorable para viajeros alojados o de paso por la zona de Interlaken.
COMO LLEGAR
1.- Desde el Jungfrau. Subiendo en tren desde Grindelwald o Lauterbrunnen hasta Kleine Scheidegg, y desde allí en cremallera a Jungfraujoch, la estación de tren a mayor altitud de Europa a 3454 metros. Hay que decir que también ha de ser el mayor precio de billete de tren de Suiza, porque cuesta nada menos que la friolera de 170 €.
Al llegar, se coge un ascensor hasta el mirador observatorio de la cumbre, donde al encontrarnos sobre el mismo origen, el circo glaciar, tendremos la majestuosa perspectiva de la totalidad de los 23 kms del Aletsch, el glaciar más grande de los Alpes.
2.- Desde el Eggishorn a 3000 metros. Subiendo en telecabinas desde Fiesch. Al llegar a la estación de tren, hay que caminar unos 10 minutos a través del pueblo hasta la estación de las telecabinas, que salen cada media hora.
Se hace una sola parada intermedia en Fiescheralp, donde se enlaza con otra góndola al Eggishorn, con salidas igualmente cada ½ hora. El ticket i/v cuesta 33 €, siempre hablando con el pase Half Fare Card del 50%. La perspectiva desde el Eggishorn es menos elevada que desde el Jungfrau, y por tanto menos amplia, pero por contra se aprecia muchísimo más el glaciar en longitud y detalle.
3.- Desde el Bettmerhorn. Primero subiendo en los telecabinas que salen de Betten a la aldea peatonal intermedia de Bettmeralp, y luego allí cogiendo otra al pico. Bettmeralp, es una aldea muy popular entre las familias, ya que le han concedido una especie de sello de calidad “familias bienvenidas” por haberse montado servicios y programas de animación para los niños.
Incluso, en los senderos que parten de la población, se han tenido en cuenta a los peques y a sus familias, adecuándolos por ejemplo para los cochecitos. La perspectiva desde el mirador del Bettmerhorn, dicen que quizás sea la mejor para apreciar la fabulosa curva que hace el glaciar bajando de las cumbres.
El Eggishorn, conocido como la montaña de las vistas, ofrece una de las mejores panorámicas que existen de los Alpes valesianos, Cervino incluido, e incluso del Mont Blanc al oeste. Sin embargo, las cimas que reinan en la zona, por ser las cunas del glaciar, son el Eigern de 3970 metros, el Monch de 4107m, y el Jungfrau con 4158 metros.
SENDEROS
Centenares de kilómetros de rutas están habilitadas en el área del gran glaciar, que contienen un buen número de miradores, además de los árboles más ancianos de toda Suiza. Dejo un plano.
En mi caso, aunque al final no realicé ninguna por limitaciones de tiempo, si había valorado posibilidades, y me había planteado una ruta, la más clásica seguramente, que recorre el Aletsch:
1.- Bettmerhorn - Fiescheralp. Una ruta espectacular de 9 kms a lo largo de la lengua, de aproximadamente unas 3 horas de camino con una dificultad moderada, en cualquiera de los dos sentidos, desde Bettmerhorn hacia Fiescheralp, o a la inversa. Muchos hacen también la ruta circular entera, sumándole otros 4 o 5 kms de caminata.
Dividiéndolo en tres secciones, y partiendo de Bettmerhorn, la primera son unos 3'5 kms, caminando en paralelo al glaciar con una visión permanente del hielo, hasta que se tuerce en dirección este al Lago Marjelen. La segunda sección, es el tramo en que continuando en dirección al lago Vorder (Vordersee), se entra en un oscuro túnel peatonal de 1 km de longitud.
Si no se quiere entrar en el túnel se puede bordear el lago Vorder por el norte, y enlazar más adelante con la ruta original, aproximadamente a 1 km de Fiescheralp. La tercera y última sección, se inicia al salir del túnel, y es una pista ancha y fácil que lleva a Fiescheralp, manteniendo las vistas del glaciar, y los valles de Fiescher y del Ródano superior.
Lógicamente, quien quiera hacer esta fantástica ruta, ha de tener en cuenta la época del año, equiparse con lo básico para estos senderos, y llevarse linterna para el túnel.
CÓMODA CORONACIÓN DEL EGGISHORN
Una vez entra la góndola en la estación del Eggishorn, llegar a la cumbre son unos 20 minutos. La caminata sobre grandes bloques de piedra, se inicia con un descenso hasta una arista que cruza hasta un punto de la montaña, a unos cuantos metros más abajo de la cruz de la cima, donde empieza la parte más fatigosa del sendero, ya que queda el ascenso en zig zag hasta arriba.
Al llegar, no hay mucho espacio, y hay que andar con ojo mirando bien donde se ponen los pies. Sentadas en la cruz 2 o 3 personas, me incrusto entre unos bloques a esperar, gozando de las impactantes vistas, hasta que tras un rato marchan y puedo agarrarme a ella para hacer alguna foto más amplia del Aletsch. El paisaje es indescriptible.
Las estrecheces se agravan cuando algunos grupos acceden a la cumbre en cuadrillas de más de 8 personas con aparatosos equipamientos, y se comienzan a ocupar los pasos para hacerse selfies o fotografiarse las dentaduras recortados contra el horizonte de montañas, nubes y hielo, haciendo la señal de victoria con los dedos.
Grito fuego!!! fuego!!", fire!!!, fire!!! y consigo paso para escaparme haciendo el cabra con cuidado por los bloques, hacia el saliente sobre el glaciar y el lago Marjelen, mucho más tranquilo y con una perspectiva completa del recorrido y la maravillosa curva que hace la masa de hielo, cientos de metros más abajo. Me siento por los bloques del saliente cerca del borde, protegido y oculto por una roca que hace de biombo y de pétreo respaldo a mi espalda, donde a cierta distancia se encuentra la cima con la cruz, y simplemente, me quedo ahí.
Veo descender cuidadosamente a alguna pareja en dirección al hielo, y a algún grupito pequeño de 2, 3 o 4 personas, sentadas literalmente en el borde del precipicio, pero por el lugar donde estoy sentado, es practicamente imposible el paso, lo cual agradezco porque las cuadrillas se mantienen lejos, detrás del peñasco contra el que apoyo mi espalda.
Hago fotos y una grabación panorámica con la cámara, y me quedo ahí casi una hora disfrutando de la magnitud del paisaje del glaciar fluyendo del Jungfrau, recorriendo las faldas de los picos de la cordillera frente a mí, y fluyendo hacia el valle y la cuenca del río Ródano al sur. Maravilloso.
Me levanto de mi trono de piedra, y medio escalando, siempre sin distracción, regreso por la arista de bloques que une el saliente con la cumbre, volviendo a solicitar paso un par de veces a alguno de los miembros del mismo grupo de antes.
Tras volver a bajar de la cima del Eggishorn, recorrer de nuevo el sendero de cubitos de piedra de la arista que lo separa de la cima donde están los telecabinas, charlar con una pareja de Mexico DF, tomarme una cerveza y un agua en el chiringuito que hay nada más salir de la estación, que cuestan lo mismo que 3000 metros más abajo, unos 9 €, me despido de este increible lugar descendiendo de nuevo en una góndola, mientras converso con una familia de españoles, de ruta en coche por el país.
Ya a ras de tierra, en la estación de tren de Fiesch, tras un lento y agradable paseo por el pueblo, tengo la suerte de llegar justo un minuto antes de la salida del tren directo a Zermatt, que no había cogido por la mañana porque el primero no salía hasta las 10h15, y sobre las 5 y pico de la tarde, estoy otra vez en el pueblo del prado.
dejo una grabación desde la cima del eggishorn