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Uno de los motivos principales para coger los billetes de avión con Finnair (quizás algo más caros que otras compañías Low Cost) es que es vuelo regular, con horarios de salida y llegada a Madrid inmejorables.
Sorprende que haya un vuelo diario durante todo el año de Madrid a Helsinki (también desde Barcelona). Quizás sea (como luego pudimos comprobar) que Helsinki se haya convertido en uno de los principales aeropuertos de Europa para viajar a los principales países asiáticos (China, Japón, Vietnam, Thailanda…) y viceversa.
El vuelo se hace en un Airbus A321, de 200 pasajeros. Va lleno. El vuelo sale a las 10:20 h. tiene prevista la llegada a las 15:30 h. (En Finlandia y el resto de países Bálticos es una hora más que en España). También ese vuelo lo opera Finnair para Iberia. De hecho parte del personal de cabina, aunque el avión es de Finnair, era de Iberia.
Salimos de casa hacia las 7:00 h. Llegada a Barajas (Terminal 4) hacia las 9:00 h. Aparcamos en el parking cubierto frente a las terminales. Reservado previamente por Internet, nos saldrá a 7,45 €/día, si es el de larga estancia sale algo más barato pero hay que coger bus interno.
No llevamos equipaje para facturar, una maleta de cabina y una mochilita cada uno. Finnair deja subir maletas más o menos grandes. Al no facturar nos ahorramos tiempo de facturación, pagar a parte el equipaje (creo que 15 o 25 €/maleta) y sobre todo, nos obliga hacer un equipaje para una semana ajustado. Así nos aseguramos que cabrá todo en el coche de alquiler y no estaremos cargando cada dos días de pesadas maletas.
El control de seguridad de Barajas a esas horas es rápido. Por la puerta de familias, al llevar a una niña de 9 años. Puerta de embarque cercana al control de seguridad (no al otro extremo, como nos pasa muchas veces).
Traslado al avión en bus. Ya hay bastantes sentados. Malo para dejar todas nuestras maletas que las repartimos como podemos.
Como he indicado en la introducción, al comprar los billetes te da la opción de reservar ya el asiento. 12 € por vuelo europeo (la mitad los niños) y 6 € vuelos domestico a Vilna (niños mitad). Es carete, pero tiene las siguientes ventajas:
• Desde que lo reservé (mitad de mayo) conozco ya nuestros asientos. Se pueden cambiar en cualquier momento.
• Conseguí fila 7 de 35. Me gusta más delante. Mucho menos ruido.
• Los asientos van distribuidos de 3+3. La fila 7 es la única de 5 asientos 3+2, así que toda la fila será para nosotros.
• Sobre todo, no estás pendiente que asiento te darán cuando llegues al aeropuerto. Menos mal. Os aconsejo si vais más de 2 personas reservar los asientos (incluso siendo 2). Tanto en el vuelo de ida como en el de vuelta, al ir lleno el avión y haberse permitido reservar los asientos, cada persona coge lo que quiere. Ventanilla en la fila 5, pasillo en la 8, dos es la 13, otro en ventanilla de la 20, etc. etc. Al final, cuando llegas al aeropuerto te dan lo que queda. 4 o 5 plazas juntas, olvídate. Incluso vimos varias parejas separadas. Uno delante y otro atrás del todo.
Embarcamos más o menos puntual. El problema es que la T4 de Barajas es desesperante, y hasta que te llevan a coger pista tardas un montón (a la vuelta fue más eterno). El vuelo dura 4 horas. No hay películas, ni música, ni wifi, ni enchufes…
Te sirven dos veces en el vuelo agua, café o zumo de arándanos. El resto de bebidas y comida (tipo bocatas y sándwiches) de pago. Hasta 3 días antes del vuelo puedes pedir y pagar por internet el típico menú de avión de bandeja. Nosotros dado que iba a ser vuelo a media mañana encargamos esa comida. Bastante completo. Te ahorras una comida más cara en Finlandia. 12 €/pax. Unos elegimos pechugas de pollo con puré de patata y otros pasta boloñesa, con ensalada y postre. Estaba bueno, menos la ensalada amarga que gustó menos. Al sentarnos el personal de cabina nos ofreció la posibilidad de elegir la hora a la que queríamos que nos sirvieran nuestras comidas (como si fuésemos de bussines).
El personal muy majo y servicial. El vuelo (todos los que hicimos), perfectos.
Llegamos a Helsinki en hora. Su aeropuerto es larguísimo para recorrerlo de un lado a otro. Y a la vez es estrechísimo, por lo que en poquísimo espacio se acumulan las tiendas, las salas de embarque, las personas que circulan para buscar las puertas de embarque y los que acabamos de aterrizar hasta buscar equipajes o la salida. Si a eso se unes (como he dicho) que es uno de los principales aeropuertos para ir a Asia (lleno de chinos y japoneses), pues es un poco caos. Parece que están haciendo obras para una nueva terminal (lo pide a gritos). Wifi gratis.
Como vamos a estar esta tarde de sábado, y mañana a las 9:30 h. sale nuestro vuelo desde el aeropuerto con destino a Vilna, he decidido probar una cosa, que siempre me ha hecho ilusión al ver en muchos aeropuertos europeos, usar el hotel del aeropuerto y no tener que pegarnos un madrugón al día siguiente para ir al aeropuerto con tiempo para coger el vuelo.
Estamos en Finlandia, en su capital, Helsinki. Las cosas no son cara, sino lo siguiente. Además el hotel pegado al aeropuerto es de la cadena Hilton. Empecemos el viaje por todo lo alto. En 5 minutos andando desde la terminal (al fondo a la derecha) por pasarelas acristaladas, llegamos a la recepción del Hotel Hilton Airport .
Le hemos reservado previamente con una oferta en Hoteles.com. Es muy caro, pero a precio similar a los hoteles en el centro. 100 €/noche por habitación doble. Como vamos 5, dos habitaciones con camas enormes y muy insonorizadas. Lo malo es que no hay wifi más que en recepción. Por 20 € más desayunaremos mañana los 5 (4 €/pax) en un increíble bufé.
Tras dejar las cosas en la habitación y cambiarnos un poco (el día está lluvioso), volvemos a la terminal de aeropuerto a coger el tren para ir al centro.
Desde el aeropuerto de Helsinki al centro (estación de tren), se puede ir de dos formas. Autobús o Tren recién inaugurado en verano de 2015. Ambos tardan igual, pero si hay tráfico, mejor el tren.
Hay un tren (Dirección “P” o “I”) cada 10 minutos. Tiene bastantes paradas y va lento, pero es fiable, nuevo y limpio. 30 minutos para hacer de unos 15 a 20 km.
Al llegar al aeropuerto id siguiendo el pictograma de un tren que pone Helsinki. Antes de bajar por escaleras automáticas (parecen que te llevan al infierno) o por el ascensor, hay unas máquinas (solo 2) para comparar los billetes. Se puede pagar en billetes (euros) o con tarjeta. Hay que sacar ticket a ticket. En verano de 2016, el trayecto del aeropuerto al centro cuesta 5,50 € los niños 2,80 €. Nosotros como íbamos a “bajar” a la ciudad y luego íbamos a volver al aeropuerto (5,5+5,5=11€), decidimos coger el billete de 24 h. que por 12 € tienes incluidos todos los viajes que hagas en 24 h. Usaremos el tren 2 veces, además de tranvía y barco a la Isla de Suomenlinna, que se incluye con esta modalidad.
CONSEJO: Se puede subir directamente al tren (por ejemplo, si hay mucha cola en la máquina de sacar billetes) y comprarlos cuando pase el personal por el tren (tipo revisor). Cuestan lo mismo. Realmente pasan, pero parecen que están más para vender billetes que para hacer funciones de revisión. Quizás haya otros que hagan estas funciones.
A las 17:30 estábamos ya en la estación de trenes. Lugar neurálgico de Helsinki y centro entre la parte nueva y vieja. La estación mola mucho. A qué os recuerda…
Si, parece sacada de Gotham Batman.
Nada más salir cogemos el tranvía nº 2, dirección Nordenskiöldinkatu. En 4 paradas llegamos junto a la Iglesia de la Roca (parada Sammonktu).
CONSEJO: En este enlace podéis consultar todas las líneas, paradas y horarios de tranvía y buses en Helsinki.
Iglesia de la Roca o Temppeliaukion Kirkko
No se sabe muy bien el horario que tiene ya que se usa mucho para conciertos de música y otros actos privados. Llegamos a las 17:45 h. a ver si cerraba a las 18:00h. Ese día había un cartel en la puerta que decía que cerraba a las 17:30 h. Empezamos mal, pero la hacemos una foto ya que algo se ve desde las puertas de cristal. Como está alejada, y no nos parece para tanto, decidimos no volver el último día de viaje (que estaremos por la mañana en Helsinki) a visitarla.
Desde la iglesia bajamos andando hacia el centro por Fredrikinkatu (casas de clase media-alta), giramos a la izqda. hacía Arkadiankatu. Pasamos frente al Museo de Ciencias Naturales.
Buena opción si se tienen varios días para visitar Helsinki.
A continuación, en Pohjoinen Rautatiekatu, nos encontramos con el Parlamento de Finlandia
que es interesante pero que está todo tapado por una lona porque le están restaurando.
Llegamos a la imponente Avenida de Mannerheimvägen. Junto a ella se encuentra una zona con varios edificios de museos (ej. museo Kiasma), exposiciones, salas de conciertos, biblioteca, etc. Es una explanada moderna llena de jardines, que sinceramente me lo esperaba mejor. Quizás el mal regusto de lo que no hemos podido ver, el cansancio, el día nublado, etc. nos está dando una opinión de Helsinki, como una ciudad…mejorable.
Pero viajar con la mente abierta da su recompensa. Desde la estación de trenes comenzamos a bajar por las calles comerciales hacia el centro/puerto. Nos paramos a reponer fuerzas. Son las 18:30 h. hora local y tenemos hambre. Miramos precios.
Es todo carísimo. Nos metemos en el Mc.Donalds de la calle Kluuvikatu 7. Zampamos los 5 por 35 €. Nada más salir, con el estómago lleno, nos topamos con la Catedral Luterana de Helsinki.
Chulísimo. Se nos ha cambiado la cara a todos. Disfrutamos muchísimo tras un buen rato sentado en las escaleras como los lugareños,
Entramos en la catedral. Está casi vacía, como todas las iglesias luteranas. Escuchamos un poco el sonido de su órgano.
Tras hacer varias fotos…
Seguimos caminando hasta el puerto.
Observamos como por el centro, las chicas (y chicos) ya se han arreglado (de negro y gris, aquí nadie usa el color) para salir este sábado por la noche.
En el puerto, vemos el Ayuntamiento…
El Palacio Presidencial…
La Catedral Ortodoxa de Helsinki o Uspenski Cathedral, la iglesia ortodoxa más grande en Europa Occidental. La visitaremos el domingo 31 de julio que volveremos, junto a los puestos callejeros del puerto que ahora también están cerrados.
CONSEJO: Con el billete de transporte público en el puerto se puede coger un pequeño ferry hasta la Isla de Suomenlinna (Patrimonio de Humanidad por la Unesco). Horario de los Ferries.
El trayecto dura 15 minutos y es chulísimo. Recorre la Bahía de Helsinki compuesta por unas 300 islas (muchas unidas entre sí).
Dada las horas que son, los museos de la isla (los principales de ellos solo abren en verano) ya están cerrados. Pero no es lo principal. Lo fundamental es el viaje y pasearla (además ha salido gratis, que más pedir).
La paseamos, juegan los niños en los parques, exploramos los rincones y sus fortalezas, vemos varios de sus edificios.
Nos sorprende ver en una sociedad tan idílica que parece Finlandia que haya (tanto en la isla, como en el propio centro de Helsinki, Paseo de la Explana) miles de personas haciendo botellón. Bueno aquí sería “latón” ya que lo que beben son latas de cerveza de tercio. El nivel de edad de quien lo hace es de unos 30, 40 o 50 años. En grupo, con música suave o charlando, casi en silencio. Pasa muchas veces la policía, pero no dicen nada. También orinan en árboles y paredes. Tampoco es que el ambiente sea súper ordenado y agradable.
Hacia las 21:30 h. cogimos el Ferry de vuelta.
Paseamos por la Explanada (Esplanadi). En la parte inicial del paseo (más cerca del puerto) hay un par de cafeterías elegantes, con ambiente como tuvo que tener la España de los años 50 y 60. En la última parte bastante botellón/latón.
Volvemos paseando por las calles del centro, donde hay numerosos comercios (que claro a estas horas están cerrados) y regresamos a la estación de tren. Por cierto, en la plaza que hay a su derecha (frente al edificio del Ateneum) se instalan un montón de los ahora tan de moda, Food Truck.
Desde la vía 2 en la estación, al final del andén a la derecha del todo, salen los trenes al aeropuerto (Lentoasema). Unos 30 minutos de viaje.
Hacia las 22:30 h. ya estábamos en el hotel.
La tarde nos ha dado para conocer en Helsinki:
• Estación de trenes.
• La iglesia de la Roca (aunque en nuestro caso cerrada).
• Museo de las Ciencias Naturales (no entramos).
• Parlamento (tapado por obras).
• Catedral Luterana.
• Puerto.
• Edificios gubernamentales.
• Isla de Suomenlinna.
• Paseo central de la Esplanadi.
• Calles del centro.
Dejamos para el domingo 31 de julio (mañana de vuelta):
• Interior de la Iglesia Ortodoxa.
• Puestos de puerto.
• Viejo mercado o Vanha kauppahalli
• Capilla de Kamppi.
No visitamos por falta de tiempo, pero puede ser interesante:
• Parque Silveliusparken, con el Sibelius Monument.
• Estadio olímpico, sede de los juegos olímpicos celebrados en esta ciudad en 1952.
• Parque atracciones Linnanmäki, con entrada gratuita.
Tampoco es que Helsinki tenga mucho más. Un buen “regalo” poder haber conocido la capital de Finlandia, cuando el objetivo real eran los países del Báltico (Lituania, Letonia y Estonia).
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