Último día de safari. Nos levantamos bien temprano ya que hoy nos dirigimos al P.N. Manyara y posteriormente hemos de ir a Arusha.
Tras el desayuno de rigor nos despedimos del Sopa Lodge Serengeti. No os defraudará si optáis por él, eso seguro. Nos recogen Bumy y Nixon y nos dirigimos a toda velocidad a la salida del parque. El camino a Manyara es justo el contrario de la ida, es decir, que tenemos que pasar por el Ngorongoro. Por supuesto vemos animales: gacelas Thompson, hienas, ñúes, etc. pero de pasada. Graciosas las gacelas que están en mitad del camino de tierra ya que así divisan más fácilmente si un depredador se acerca oculto entre la maleza que les rodea. Graciosas porque se pegan unas corridas delante de nosotros que no veas y eso que Bumy no afloja la velocidad en ningún momento. De hecho a veces temo por ellas, pero en el último momento se apartan a izquierda o derecha.
Al Lago Manyara tardamos algo más de 3 horas en llegar. Hacemos el “check-in” del parque y nos adentramos en él. La primera parte es muy selvática, con mucha vegetación. Bonita pero difícil de ver animales. Los vemos cerca del río: muchísimos babuinos con los que nos entretuvimos un buen rato, sobre todo con las crías, muy juguetonas. También vimos unos elefantes. Más adelante la zona se abre y se convierte más en una planicie salpicada de acacias. Aquí no vimos nada destacable. Ya próximos al lago es donde más animales hay y es donde se encuentra el hippo pool. Por la zona se ven ñúes, cebras, facóqueros, babuinos, hipopótamos, tántalos africanos, buitres, grullas coronadas…. La verdad es que la zona es muy bonita.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Un poco más adelante vemos caminar una manada de búfalos y cómo uno de ellos trata de evitar que se les uno otro. Interesante las carreras y la pelea que tuvieron. Todo aderezado con un millón de mosquitos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras ello nos volvimos a adentrar en una zona selvática y vimos a un mono azul. Estaba en la rama de un árbol muy cerca, pero el maldito siempre nos daba la espalda. Después de unas cuántas fotos nos dirigimos a una zona de picnic para comer bajo una gran acacia. Desde allí se podía ver el lago a lo lejos. Tras la ingesta, de nuevo al todoterreno para irnos del parque y ya dirigirnos a Arusha, aunque hicimos algunas paradas ya que queríamos pillarnos algunos recuerdos. Al final yo me pillé una camiseta y Sonia una tanzanita, un mineral de la zona.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Cuando llegamos a la gran ciudad, atascazo y tras un buen rato alcanzamos nuestro hotel, el African Tulip, el cual dirigía un indio que hablaba un inglés a match-3. Nos despedimos de Bumy y Nixon ya que mañana lo único que haríamos es coger un autobús de línea que nos conduciría al aeropuerto de Nairobi.
El resto de la tarde-noche nos quedamos en el hotel, que también estaba muy bien. Tras la cena nos tomamos una cerveza en la sala anexa al comedor que tenían, muy estilo club inglés y sabiendo que esto había acabado.
El último día de nuestro viaje no tiene mucha historia. Tras el sabroso desayuno nos llevaron a la estación de autobuses, que estaba supercerca ya que a las 9 se supone salía el autobús. Aquí la puntualidad no es lo suyo y salimos unos 45 minutos después, aunque sin problemas de agobio ya que nuestro avión salía por la noche. En el viaje hicimos varias paradas para que la gente fuera al servicio y estirara las piernas y en Namanga, el pueblo fronterizo para el papeleo y mostrar los pasaportes. Y así llegamos al aeropuerto de Nairobi. Allí, lo primero que hicimos tras pasar los controles es comer en uno de los restaurantes que había. Luego estuvimos haciendo hora viendo las diversas tiendas de souvenirs que había. Pillamos una baraja de cartas con diferentes animales y una camiseta de los big five.
El viaje de vuelta fue un suplicio ya que nos tocó los asientos pegados a los servicios y encima las teles de nuestra fila de asientos estaban estropeadas y como no había asientos libres pues toda la vuelta hasta Zürich sin pantalla. Dormitamos algo y ya en el día siguiente otro avión desde la ciudad suiza hasta Madrid y una vez en España aún nos quedaba coger el coche que habíamos dejado enfrente del hotel de Barajas para volvernos a Jaén.
Y esto fue todo, un viaje magnífico y un lugar maravilloso al que volveremos sin lugar a dudas, si no es a Tanzania a Kenya seguro.
Tras el desayuno de rigor nos despedimos del Sopa Lodge Serengeti. No os defraudará si optáis por él, eso seguro. Nos recogen Bumy y Nixon y nos dirigimos a toda velocidad a la salida del parque. El camino a Manyara es justo el contrario de la ida, es decir, que tenemos que pasar por el Ngorongoro. Por supuesto vemos animales: gacelas Thompson, hienas, ñúes, etc. pero de pasada. Graciosas las gacelas que están en mitad del camino de tierra ya que así divisan más fácilmente si un depredador se acerca oculto entre la maleza que les rodea. Graciosas porque se pegan unas corridas delante de nosotros que no veas y eso que Bumy no afloja la velocidad en ningún momento. De hecho a veces temo por ellas, pero en el último momento se apartan a izquierda o derecha.
Al Lago Manyara tardamos algo más de 3 horas en llegar. Hacemos el “check-in” del parque y nos adentramos en él. La primera parte es muy selvática, con mucha vegetación. Bonita pero difícil de ver animales. Los vemos cerca del río: muchísimos babuinos con los que nos entretuvimos un buen rato, sobre todo con las crías, muy juguetonas. También vimos unos elefantes. Más adelante la zona se abre y se convierte más en una planicie salpicada de acacias. Aquí no vimos nada destacable. Ya próximos al lago es donde más animales hay y es donde se encuentra el hippo pool. Por la zona se ven ñúes, cebras, facóqueros, babuinos, hipopótamos, tántalos africanos, buitres, grullas coronadas…. La verdad es que la zona es muy bonita.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Un poco más adelante vemos caminar una manada de búfalos y cómo uno de ellos trata de evitar que se les uno otro. Interesante las carreras y la pelea que tuvieron. Todo aderezado con un millón de mosquitos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras ello nos volvimos a adentrar en una zona selvática y vimos a un mono azul. Estaba en la rama de un árbol muy cerca, pero el maldito siempre nos daba la espalda. Después de unas cuántas fotos nos dirigimos a una zona de picnic para comer bajo una gran acacia. Desde allí se podía ver el lago a lo lejos. Tras la ingesta, de nuevo al todoterreno para irnos del parque y ya dirigirnos a Arusha, aunque hicimos algunas paradas ya que queríamos pillarnos algunos recuerdos. Al final yo me pillé una camiseta y Sonia una tanzanita, un mineral de la zona.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Cuando llegamos a la gran ciudad, atascazo y tras un buen rato alcanzamos nuestro hotel, el African Tulip, el cual dirigía un indio que hablaba un inglés a match-3. Nos despedimos de Bumy y Nixon ya que mañana lo único que haríamos es coger un autobús de línea que nos conduciría al aeropuerto de Nairobi.
El resto de la tarde-noche nos quedamos en el hotel, que también estaba muy bien. Tras la cena nos tomamos una cerveza en la sala anexa al comedor que tenían, muy estilo club inglés y sabiendo que esto había acabado.
El último día de nuestro viaje no tiene mucha historia. Tras el sabroso desayuno nos llevaron a la estación de autobuses, que estaba supercerca ya que a las 9 se supone salía el autobús. Aquí la puntualidad no es lo suyo y salimos unos 45 minutos después, aunque sin problemas de agobio ya que nuestro avión salía por la noche. En el viaje hicimos varias paradas para que la gente fuera al servicio y estirara las piernas y en Namanga, el pueblo fronterizo para el papeleo y mostrar los pasaportes. Y así llegamos al aeropuerto de Nairobi. Allí, lo primero que hicimos tras pasar los controles es comer en uno de los restaurantes que había. Luego estuvimos haciendo hora viendo las diversas tiendas de souvenirs que había. Pillamos una baraja de cartas con diferentes animales y una camiseta de los big five.
El viaje de vuelta fue un suplicio ya que nos tocó los asientos pegados a los servicios y encima las teles de nuestra fila de asientos estaban estropeadas y como no había asientos libres pues toda la vuelta hasta Zürich sin pantalla. Dormitamos algo y ya en el día siguiente otro avión desde la ciudad suiza hasta Madrid y una vez en España aún nos quedaba coger el coche que habíamos dejado enfrente del hotel de Barajas para volvernos a Jaén.
Y esto fue todo, un viaje magnífico y un lugar maravilloso al que volveremos sin lugar a dudas, si no es a Tanzania a Kenya seguro.