Día 13, 20 de agosto: Bahía de Menai
Este día madrugamos mucho para salir del hotel a las 8 de la mañana y hacer la excursión llamada “Safari Azul”, que consiste en pasar el día completo en un típico barco swahili, el dhow, que es una embarcación de madera toda hecha a mano con una única vela triangular, navegando por la bahía de Menai. Salimos desde un pueblo llamado Fumba.
En el barco íbamos nosotros dos solos y cuatro personas que se encargaban de acompañarnos y atendernos. Lo primero que hicimos fue ir hacia un banco de arena, en mitad del mar. De camino vimos delfines, pero no eran los de “nariz de botella” que son más amigables sino los “dot” que se asustan y salen corriendo, así que no nos pudimos bañar con ellos. Ya nos habían avisado de que no era época y que posiblemente ni los viéramos.
Lo del banco de arena es una cosa muy curiosa (ya los habíamos visto desde el avión) porque es como una isla pequeña pero sólo con arena de playa. Por supuesto nos bañamos y montaron un tenderete para que tuviéramos sombra mientras nos daban de beber el agua de un coco. Después snorkel, quizá el mejor de estos días, pues había muchísimos peces, plantas y corales.
Lo del banco de arena es una cosa muy curiosa (ya los habíamos visto desde el avión) porque es como una isla pequeña pero sólo con arena de playa. Por supuesto nos bañamos y montaron un tenderete para que tuviéramos sombra mientras nos daban de beber el agua de un coco. Después snorkel, quizá el mejor de estos días, pues había muchísimos peces, plantas y corales.
Después nos han llevaron a la laguna de los manglares, dentro de la isla de Kwale. Es una especie de lago, aunque tiene entrada muy estrecha desde el mar y es de agua salada, donde hay un bosque de manglares. No cubre más de 1,5 m y es impresionante bañarte allí, rodeado de árboles y extrañas formaciones rocosas.
Después de esto desembarcamos en la isla de Kwale, donde nos llevaron a ver un baobab con 300 años, que había sido derribado por el viento, pero como las raíces seguían agarradas, aún caído había seguido creciendo. A su lado había una estructura de madera, a la que te podías subir y ver una impresionante perspectiva de la isla, toda llena de vegetación.
Tras este pequeño paseo un bañito y cervecita fresca antes de comer, aunque durante todo el viaje en el dhow nos habían dado fruta, coco, piña y sandía a discreción y también bebidas. La comida consistió en una parrillada de mariscos con langostas, gambas, calamares, etc., acompañado con arroz y un poquito de pescado. Todo exquisito. Hacía calor, así que entre plato y plato nos íbamos a bañar. Un lujazo.
La vuelta hacia Fumba la hicimos a vela. Fue una delicia desplazarse en el mar sin ningún ruido y con una paz inmensa. Nuestros “tripulantes” se durmieron: estaban en pleno Ramadán y no habían bebido ni agua. Al llegar a tierra nos esperaba el coche para llevarnos al hotel. Una vez allí un baño en la pisci y a descansar a la habitación antes de cenar. Además, nos habíamos quemado un poquito. Después cena y a descansar, el día había sido muy largo y muy bonito.
La vuelta hacia Fumba la hicimos a vela. Fue una delicia desplazarse en el mar sin ningún ruido y con una paz inmensa. Nuestros “tripulantes” se durmieron: estaban en pleno Ramadán y no habían bebido ni agua. Al llegar a tierra nos esperaba el coche para llevarnos al hotel. Una vez allí un baño en la pisci y a descansar a la habitación antes de cenar. Además, nos habíamos quemado un poquito. Después cena y a descansar, el día había sido muy largo y muy bonito.
ALOJAMIENTO ZANZÍBAR:
Hotel Breezes:
http://thezanzibarcollection.com/home/zanzibar-hotels/breezesbeach-club-and-spa-zanzibar/
TURISMO ZANZÍBAR:
http://zanzibar.net/