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Llegamos puntuales a las 11:40 al aeropuerto de Narita después de muchas horas de vuelo. La experiencia con Aeroflot no estuvo nada mal por el precio que pagamos. Los asientos no eran muy espaciosos pero la comida y en entretenimiento a bordo (eso sí las películas tenían que ser en ruso o inglés
) fueron correctas. Nada más llegar pasamos por el control de pasaporte de manera rápida y fácil, aquí empezamos a darnos cuenta de lo eficientes que son los japoneses. Una vez recogimos nuestras mochilas (desde hace un tiempo viajamos con mochila porque pensamos que es más cómodo y práctico) y fuimos a la oficina donde activamos nuestro Japan Rail Pass. Hicimos una cola de unos 15 minutos y en seguida nos atendieron en un inglés más que correcto.
Nos recomendaron la opción que ya habíamos mirado nosotros para llegar a Kyoto que era coger un tren allí mismo hasta Shinagawa, en contreto era el "LTD Exp. Narita Express 26 (67 minutos) y de allí el Shinkansen "Nozomi 233" hasta Kyoto (otros 130 minutos más). Todo esto ya gratis ya que nuestro JRP nos cubría todo.
Así lo hicimos, fue todo súper fácil y la verdad es que los horarios de salida y llegada los respetan a rajatabla.
Llegamos a Kyoto Central Station a las 17:00 de la tarde más o menos, y allí sacamos nuestros billetes de metro (el JRP no cubre en Kyoto) para ir a la estación de metro más cercana a nuestro hotel. Aquí tuvimos un poco de lío para encontrar la zona del metro y preguntamos varias veces, al final un alma caritativa nos señaló la dirección y por fin cogimos el metro hasta Marutamachi, que estaba al ladito de nuestro hotel.
El Hearton Hotel Kyoto, sería nuestro hotel en Kyoto y la verdad es que no nos equivocamos. Las habitaciones estaban extra limpias e incluso nos pusieron amenities de Shisheido. Al llegar nos duchamos y nos fuimos hacia el barrio de Gion con la esperanza de cazar alguna Geisha. Tardamos unos 20 minutos andando hasta llegar al barrio.
Comimos en un pequeño restaurante del barrio con unas cervezas, pedimos un par de platitos para picar. Esta fue nuestra primera experiencia comiendo en Japón, la verdad es que se nos hacía rarísimo no tener ni idea de lo que estábamos pidiendo, unas veces acertábamos y otras no. Esta vez no estuvo mal y estábamos tan agotados después de tanto avión y horas de vuelo que todo nos supo a gloria. Después de comer regresamos al hotel para descansar finalmente.
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